Andrés Barba: "Abandono los libros que me parecen ideologizados, engolados, la autoficción complaciente"
Poeta, editor, novelista, ensayista y traductor, el madrileño vuelve al fin a la poesía con 'Los años frente al puente' (La Bella Varsovia).
3 agosto, 2024 01:50¿Qué libro tiene entre manos?
Deseo postcapitalista, de Mark Fisher, y Omeros, de Derek Walcott.
¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?
Abandono los libros que me parecen ideologizados, los panfletos de lo que sea. Los libros engolados. La autoficción complaciente.
¿Con qué personaje real o de ficción le gustaría tomar un café?
Con Thomas de Quincey. Con Natalia Ginzburg. Me gustaría ser amante (un verano) de Clarice Lispector y (otro verano) de Marguerite Duras.
¿Recuerda el primer libro que leyó?
Recuerdo el primero que me fascinó: Jim Botton y Lucas el maquinista, de Michael Ende.
¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura? ¿Es de tablet o prefiere leer en papel? ¿De día o por la noche?
Leo cuando me dejan los niños, a media tarde, casi nunca de noche. Los audiolibros me han salvado la vida en la crianza. Escucho libros constantemente, mientras llevo a los niños, mientras cocino, mientras corro.
¿Qué acontecimiento cultural le hizo cambiar su manera de ver el mundo?
La pandemia.
¿Qué respondería a la cita de Christa Wolf que abre el libro, esto es, para usted “qué significa avanzar, qué significa volver”?
Me gusta la cita de Wolf precisamente porque es imposible responder nada, avanzar y volver son muchas veces coincidentes.
¿Cuándo, cómo descubrió de manera irremediable que “uno ya es olvido además de porvenir”?
Cuando vi un libro mío, dedicado por mí a una antigua novia, en una librería de viejo de la cuesta de Moyano.
¿Cuántos puentes (reales y simbólicos) ha tenido que cruzar para llegar a este poemario?
Unos cuantos. Pero la mayoría de ellos los he cruzado sin saber que los cruzaba. Soy más bien despistado.
¿En qué sentido Los años frente al puente es también un libro de poemas de amor?
Es un libro donde se cruza lo doméstico, unos años en la vida de una familia, y la visión y la historia política del puente Roque Gonzalez sobre el río Paraná, entre las ciudades de Posadas en Argentina y Encarnación del Paraguay. Bascula entre esas dos fuerzas.
¿Es quizá el más argentino de sus libros?
En cuanto al paisaje sin duda, pero los últimos ya son todos bastante argentinos, creo. Una novela de fantasmas, una biografía borgiana, una novela política con niños…
¿Y su mejor autorretrato?
Uno nunca sabe cuál es realmente su mejor autorretrato. Sabe cuál querría que fuera su mejor autorretrato.
¿Qué película ha visto más veces y por qué?
Creo que 2001. Cada vez que veo esa nave espacial con el vals de El Danubio azul corro a hacer palomitas.
¿Se ha enganchado a alguna serie?
Con mucha dificultad. Prefiero las miniseries, estilo Chernobyl. Las interminables me generan mucha ansiedad o me aburren enseguida.
¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Algunas cosas (pocas) me emocionan (mucho).
¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Tintoretto. De Bacon. De Van der Weyden. De Goya.
¿Le gusta España? Denos sus razones.
Sí. Los callos. El cocido madrileño.
¿Qué medida urgente tomaría para mejorar el mundo de la cultura?
Sería urgente que la mayoría de los funcionarios de cultura en el extranjero interactuaran mínimamente con sus entornos locales, editores, artistas, etc., que hablaran las lenguas de los países en los que viven, que convirtieran los centros de la cultura española en el extranjero en verdaderos centros de intercambio cultural, más que en establecimientos de canapés y vino español.