1921, viaje a una España convulsa
Del asesinato de Eduardo Dato a la muerte de Emilia Pardo Bazán, un libro coordinado por Demetrio Castro recorre los acontecimientos de un año que marcó nuestra historia
25 mayo, 2022 02:10Noticias relacionadas
En la introducción a esta obra colectiva, su coordinador Demetrio Castro menciona que, a comienzos de 1921, en la prensa y en las tertulias no era infrecuente pronosticar que ese iba a ser un año “infausto”, porque sumando sus cuatro cifras daba como resultado el inquietante número 13. Lo cierto es que en la opinión pública llevaba tiempo instalada, al menos desde 1917, una inquietud general ante el deterioro de la dinámica política, la tensión social y la inestabilidad económica.
Título: El año "infausto": España en 1921
Autor: Demetrio Castro Alfín (ed.)
Editorial: Universidad de Granada y Universidad de Sevilla
Año de edición: 2021
Disponible en Editorial UGR
Disponible en Unebook
La idea de El año "infausto": España en 1921, editado por las universidades de Granada y Sevilla, consiste en revisar esa España convulsa proponiendo al lector que se fije en una serie de acontecimientos concentrados en 1921. La verdad es que, dejando aparte el pesimismo predictivo, ese que se presumía “infausto” fue un año de hechos de gran relevancia. En 1921 fue asesinado Eduardo Dato, se produjo el desastre de Annual, se fundó el PCE, murió Emilia Pardo Bazán, Ortega y Gasset publicó España invertebrada, Miguel de Unamuno su novela La tía Tula y murió el pintor Francisco Pradilla. Estos son los hitos elegidos para reconstruir el poliedro de 1921 y que, con objeto de dar una visión pormenorizada de cada uno, han sido tratados por especialistas en las respectivas materias.
El libro comienza con un capítulo de Roberto Villa García acerca del asesinato el 8 de marzo del presidente del Consejo de ministros, Eduardo Dato, a manos de anarquistas. El atentado no solo fue una acción más de la lógica terrorista ejecutada por el anarcosindicalismo revolucionario, sino que refleja la omnipresencia de la violencia en la vida pública, generalizada desde 1917, cuando una confluencia de fuerzas muy heterogéneas había colocado al régimen de la Restauración al borde del precipicio.
La elección como víctima de un conservador-liberal con el currículo de Dato, que había puesto en marcha reformas sociales y que tenía muy claro que el régimen constitucional debía atender las demandas más básicas políticas y económicas reclamadas por las fuerzas opositoras, pone de manifiesto, además, la extrema polarización de las posiciones y el dramático encogimiento del espacio para la moderación.
Del mismo modo, la fundación del PCE, estudiado por Antonio Robles Egea, es una consecuencia de las disensiones dentro del socialismo español, la confusión creada en el internacionalismo obrero por la Guerra del 14 y, sobre todo, la imposición de la hegemonía soviética a través de la III Internacional. El nuevo partido nació de sucesivas escisiones del socialismo y, aunque en principio no iba a tener un peso político relevante en la izquierda revolucionaria española, jugaba la poderosa baza del seguimiento de las directrices del bolchevismo triunfante. He aquí un avance de cómo iban a influir en España intereses internacionales.
El desastre de Annual, en el verano de 1921, supuso una conmoción en todos los órdenes, como señala Demetrio Castro. Primero por la derrota militar y la muerte de más de diez mil hombres, que cuestionó la capacidad de los mandos militares en un momento en el cual el Ejército estaba interviniendo en la vida política como un actor más. Segundo porque dio alas a quienes venían criticando el proyecto colonial norteafricano y sus costes humanos y económicos. Y tercero porque suministró argumentos contra el mismo corazón del viejo régimen canovista, la corona.
Los debates parlamentarios posteriores, las fuertes tensiones dentro de la cúpula militar a la hora de establecer responsabilidades, la agitación en la prensa, la instrumentalización por parte de los partidos opositores y, en general, la ola de indignación y desolación nacional, fueron efectos inmediatos de una tragedia que tuvo consecuencias a largo plazo.
El fin de una gloriosa etapa literaria
Siguen dos capítulos dedicados al mundo literario, uno sobre la publicación de La tía Tula, que da pie a Concha Olhaberriague para significar la figura de Unamuno, ya entonces muy prestigioso y que en su propia trayectoria condensa las contradicciones del intelectual que analiza y a la vez trata de influir en su sociedad. Igualmente, fue 1921 el año de aparición de España invertebrada, que estudia Demetrio Castro.
El ensayo de Ortega, más que repercutir inmediatamente en el debate público, representa un momento pesimista de la evolución del pensamiento de su autor y un intento de fundamentar el presente desde la historia. La tesis de que España estaba desvertebrada por la ausencia de una elite intelectual y política que debería agregarla y guiarla, expresa una idea emergente en ese tiempo, y no solo en España.
El volumen termina con dos personalidades de la cultura que fallecieron ese año. Una es Emilia Pardo Bazán, de quien se encarga María Aboal López, y el otro es el pintor de género histórico Francisco Pradilla, estudiado por María Isabel Cabrera García. Ambas desapariciones simbolizan el fin de una época. En el caso de la escritora, es la cancelación del siglo XIX literario, y en el del artista plástico es el agotamiento del realismo historicista. Hacía tiempo que las vanguardias estaban llamando a las puertas.