Teresa Gómez, poesía entre la soledad y el deseo
La poeta publica 'La espalda de la violinista' una ópera prima que recoge poemas inspirados en una composición de Beethoven
10 enero, 2020 14:04Teresa Gómez (Puebla de Don Fadrique, 1960) ha sido incluida en antologías de relatos. Ha firmado con Ángeles Mora los textos de un espectáculo flamenco: De entre la luna y los hombres. Ángeles Mora explica en su prólogo que buena parte de una obra anterior e inédita de Teresa Gómez, Plaza de abastos, fue recogida en el volumen La otra sentimentalidad: estudio y antología (Francisco Díaz de Castro, 2003). La poeta era miembro del grupo de escritores que Luis García Montero, Javier Egea, Álvaro Salvador y la propia Mora formaron en Granada.
La espalda de la violinista es el primer libro de versos publicado por Teresa Gómez. Según revela la autora, los textos nacieron al escuchar en vivo una composición de Beethoven para violín: “Desde la sala B podía ver la espalda de Viktoria Mullova. Me impresionó absolutamente la danza de pequeños músculos de su espalda”. Dividido en tres secciones y un preludio, el poemario se abre con una cita de Ángela Figuera Aymerich: “Pero aquel que comprende / desconoce el sosiego”. El lector no tarda en entender la importancia de estas palabras introductorias. Desde el primer poema, el bello “Licor y chocolate”, se nos transmite un desasosiego pudoroso. La cuchilla, el tedio, los arrecifes y el abismo son mencionados para crear un ambiente de inquietud. La expresión es nítida y en ella menudean las alusiones musicales. El dolor se asoma con suavidad: “El silencio / brilla entre las espigas / que se mecen / con el aliento de tu ausencia”.
La soledad y el deseo forman el núcleo temático de La espalda de la violinista. De súbito, cae la noche y no hay nadie en las ventanas. Conmueven los diecinueve versos dedicados a Javier Jurado Molina, poeta amante del jazz y admirador de los músicos suicidas, muerto a los treinta y dos años. En muchas estrofas se percibe el mismo hueco que representa la muerte de Jurado Molina. A menudo la persona amada vive en una lejanía que se nombra con elementos de la Naturaleza. Una figura humana se aleja con rapidez. También varios objetos urbanos (farolas, semáforos) alumbran alguna carencia amorosa. Con sencillez expresiva que envuelve sentimientos complejos, Teresa Gómez se retrata al iniciar uno de sus poemas: “Si me buscas, / hazlo entre la gente que mira en silencio / cómo cae la tarde".