Casanova, el regreso del Rimbaud español
Casanova retratado por su hermano José Bernardo
Félix Francisco Casanova lo tenía todo para ser leyenda, pues murió, como los héroes clásicos, demasiado joven, rebosante de inquietante talento. El lector de El Cultural seguramente recordará la trágica historia de este autor de culto, del que Demipage lanza sus Obras Completas en un solo volumen.
Una expresión singular
Lo que el lector va a encontrar en estas Obras Completas es un volumen de más de 700 páginas que reúne la novela, su diario, cuatro poemarios escritos en solitario y considerados válidos por el autor, 11 poemas sueltos, tres cuentos y tres libros de versos compuestos con su padre. Se incluye un apéndice documental, con la entrevista que le hicieron dos días antes de morir, una carta y un manifiesto redactado con Ángel Mollá, donde expresaba su rebeldía frente a la literatura convencional. También hay una treintena de fotografías, 15 de ellas inéditas (dos acompañan a estas páginas).Al hablar de las dificultades que ha planteado el libro, el editor de la obra, Francisco Javier Irazoki, explica que se han respetado las peculiaridades ortográficas de los originales. “La ausencia del primer o segundo signo de interrogación o exclamación, algunos cierres sin punto final, ciertos nombres propios escritos con minúsculas, etc. son deliberados. Las colaboraciones de José Bernardo Casanova, hermano de Félix Francisco, y Ángel Mollá han sido especialmente valiosas”, destaca. Para Irazoki, el lector que se acerque por primera vez a la obra de Casanova va a descubrir, ante todo, “una expresión singular. Su talento literario le permite superar velozmente las etapas. En muy poco tiempo pasa de la exuberancia a una sobriedad enigmática. Ahí están los versos de Una maleta llena de hojas. Son poemas transparentes, pero inagotables. Y la sorpresa de la novela El don de Vorace, escrita a los 17 años. Con ella hace saltar por los aires una superchería que niega a los escritores jóvenes la aptitud para crear novelas importantes”, y añade que, pese a conocer casi todos los textos del poeta, el placer de la relectura ha sido completado “por unas huellas: imágenes inéditas, collages, dibujos. Materiales menores que también están libres de la convención”. Adelantado a su tiempo, es imposible no plantearse hacia dónde hubiese evolucionado su poesía. Irazoki reconoce que es imposible saberlo, aunque dice que en los últimos textos, agrupados en Agua negra, “amplía su libertad. Algunos amigos imaginan a Casanova convertido en un músico con gran fuerza poética”. Sería una forma de cerrar el círculo creativo del poeta, ya que sus primeros versos fueron, en realidad, la traducción del inglés de las letras de sus canciones.“Para Casanova, los juegos estaban en el mismo lugar que la hondura artística. Combina la ironía y el desgarro”, explica Irazoki