Con la regularidad del turrón, la edición en disco compacto del concierto de Año Nuevo de la Filarmónica de Viena se ha convertido ya en algo consustancial a estas primeras semanas del nuevo año. Tanta prontitud responde a obvias y legítimas razones de mercado. Riccardo Muti, que no es precisamente la alegría de la huerta, rige con pericia, gusto e indudable maestría la sucesión de valses, polcas, czárdás, galopes y marchas que integraron el programa, en esta edición centrado en la figura de Johann Strauss I, de quien se conmemora el segundo centenario de su nacimiento. De la mano de Muti, la Filarmónica de Viena juega y se explaya con una música que forma parte de su entraña. En la batuta, se echa en falta un poquillo más de gracejo y chispa. La calidad técnica de la toma de sonido está a tono con la autenticidad de las versiones. En el debe de este álbum para todos los públicos, hay que anotar que el texto que incluye su ilustrado cuadernillo, firmado por el delegado general de OFV, Clemens Hellsberg, aparece sin versión española.