María Vázquez  es Ramona  en 'Matria'

María Vázquez es Ramona en 'Matria'

Cine

'Matria', retrato de una mujer en llamas: una película prendada de dolor y esperanza

Llenando los contados tiempos muertos del filme con unos silentes aullidos de libertad, la actriz María Vázquez deslumbra en el primer largometraje de Álvaro Gago Díaz

24 marzo, 2023 02:28

El arrollador arranque in media res de Matria funciona como toda una declaración de intenciones. Aferrándose a un realismo crudo, el cineasta vigués Álvaro Gago Díaz (1986) decide dar sus primeros pasos en el largometraje pegando su cámara al nervioso cuerpo de su protagonista, Ramona, quien se desloma fregando con legía el suelo de una planta de conservas. La escena remite inevitablemente a la fulgurante apertura de Rosetta, la película con la que los hermanos Dardenne, allá por 1999, pusieron patas arriba el cine social europeo con el traqueteo de sus travellings de seguimiento.

Eso sí, el enérgico filme gallego y su referente belga se distancian en un rasgo esencial: el carácter de su protagonista. Allí donde la joven Rosetta se presentaba como una figura hermética, Ramona, de cuarenta y dos años, enarbola a los cuatro vientos su ardor vitalista, con el que doblega una existencia marcada por la precariedad laboral, una salud renqueante, la tensa relación con una hija adolescente y la vida en una aldea gallega en la que no hay lugar para el anonimato.

A los veinte minutos de película, Matria parece cambiar de registro y decantarse hacia lo didáctico. El giro llega cuando las limpiadoras de la planta de conservas se rebelan contra un recorte salarial. La escena no desentonaría en una película de Ken Loach. Y, de hecho, la alargada sombra del cineasta británico, con su inclinación al tremendismo, también se percibe en la acumulación de calamidades a las que debe hacer frente Ramona.

Sin embargo, Gago Díaz opta por situar en el centro de la representación una cuestión que escapa al drama social y que tiene que ver con el fogoso temperamento de su protagonista, quien antepone su dignidad personal a todo lo demás, incluso cuando su senda vital aparece colmada de contradicciones (Ramona se presenta como una mujer orgullosa, alérgica a cualquier forma de paternalismo, pero al mismo tiempo se le ve sometida a la caprichosa y alcoholizada voluntad de su marido).

Por último, cabe resaltar que, para componer el fascinante retrato femenino de Matria (que amplía lo expuesto en el cortometraje homónimo que Gago Díaz dirigió en 2017), el cineasta gallego cuenta con la deslumbrante labor de María Vázquez. La actriz viguesa lleva años reclamando una merecida atención con sus papeles protagonistas en notables dramas intimistas (como Trote, de Xacio Baño) y con su capacidad para robarse películas enteras con unas pocas apariciones (como en Cuerpo abierto de Ángeles Huerta).

['Rebelión', el 'antibiopic' del músico colombiano Joe Arroyo, sacude el Festival de Málaga]

En Matria, Vázquez encuentra a un personaje a la altura de su talento y, para hacer justicia a la complejidad de Ramona, la actriz saca a relucir un chorro de voz que recuerda al de Anna Magnani, al tiempo que encadena sonrisas jubilosas y miradas melancólicas con la virtuosa agilidad de toda una Juliette Binoche. Llenando los contados tiempos muertos del filme con unos silentes aullidos de libertad, Vázquez hace de Matria una obra prendada de dolor y esperanza.