Manuel Martín-Loeches
"Nuestro cerebro está al servicio de la supervivencia"
1 mayo, 2009 02:00Martín-Loeches, en el Museo de Ciencias Naturales. Foto: Sergio Enríquez
¿Qué nos dice la teoría de la evolución de Darwin sobre nuestro cerebro? Manuel Martín-Loeches, profesor de Psicobiología de la UCM y director de Neurociencia Cognitiva del Centro de Evolución y Comportamiento Humano (UCM-ISCIII), explica a El Cultural algunas características de este órgano con motivo del bicentenario del nacimiento del autor de El origen de las especies.
-¿Puede el cerebro estudiarse con los parámetros de la teoría de la evolución?
-No sólo se puede, sino que, de hecho, hoy día una gran cantidad de estudios sobre el cerebro se hacen a la luz de las teorías de Darwin. Sin ir más lejos, los sistemas emocionales del cerebro de cualquier mamífero, incluyéndonos a nosotros mismos, se están entendiendo como mecanismos para movernos hacia aquello que aumenta nuestra probabilidad de sobrevivir y evitar lo que la disminuye. Y las emociones son el motor de todo lo demás, de manera que aplicando las teorías de Darwin se puede entender que la gran mayoría de los procesos cognitivos de nuestro cerebro estén básicamente al servicio de lo que reclaman esos sistemas emocionales y que, en definitiva, sirvan a nuestra supervivencia y reproducción. Para entender el lenguaje humano, por ejemplo, las ideas de Darwin son de gran ayuda, pues la capacidad del lenguaje humano para aumentar la probabilidad de supervivencia de nuestra especie es evidente.
-¿Es la "chispa" de la inteligencia producto de la selección natural?
-Al igual que el lenguaje y, en realidad, gran parte de nuestro más peculiar comportamiento, una gran inteligencia como la nuestra también se puede entender a la luz de las teorías de Darwin. Sin duda, un ser más inteligente es un ser mejor adaptado en el sentido de que será capaz de sobrevivir y reproducirse con más éxito ante situaciones cambiantes o novedosas. La inteligencia, que no es patrimonio exclusivo de la humanidad, es claramente uno de esos mecanismos adaptativos.
Juego y artificio
-¿Cómo ve el cerebro del hombre dentro de millones de años?
-Puede ocurrir de todo. Teniendo en cuenta que estamos construyendo contextos artificiales cada vez más peculiares, y teniendo en cuenta que uno de los rasgos más característicos del ser humano es que le gusta mucho jugar (algo que no es exclusivo de nuestra especie), podemos ir hacia cualquier parte. Uno de los derivados de la selección natural de Darwin, la selección sexual, ha sido causa precisamente de la evolución de los más variopintos rasgos. El ejemplo más típico es la cola del pavo real, que quizá no mejore la capacidad de sobrevivir, pero sin duda sí la de reproducirse. Los más variopintos comportamientos pueden también surgir y seleccionarse en el caso del cerebro del ser humano. No obstante, uno de los derivados de la teoría de Darwin es que la evolución hacia otras especies ocurre en grupos con un cierto grado de aislamiento. De lo contrario, cualquier innovación suele diluirse entre la población y desaparecer. La globalización de la humanidad es hoy por hoy un factor que pondría las cosas más difíciles a la aparición de otra especie derivada de la nuestra.
-¿Es posible predecir las mutaciones?
-La evolución funciona por el surgimiento de mutaciones genéticas debidas al azar. Es decir, nadie las dirige. Curiosamente, por ejemplo, las radiaciones que vienen del cosmos son una de las principales causas de mutación genética. Por eso creo que predecir cuáles van a ser esas mutaciones resulta virtualmente imposible. Hay muchos que conjeturan que de todas las posibles mutaciones que surjan es muy probable que permanezcan (se seleccionen) aquellas que tengan que ver con una mejor adaptación al contexto tecnológico presente, a un ambiente cada vez más dominado por la tecnología y por unas relaciones sociales y familiares hasta ahora nunca vistas. Puede ser, pero esta opinión quizá sea muy "occidental"; nos olvidamos con frecuencia de que gran parte de la población mundial vive fuera de ese contexto.
Diferencias heredables
-¿Cree que sigue vigente el legado de Darwin?
-Por supuesto, más que nunca. Nos habla de que las diferencias heredables entre individuos de una misma especie afectan a la probabilidad de sobrevivir y reproducirse. Por eso, con el paso del tiempo encontraremos en una población más cantidad de individuos con aquellos rasgos que han aumentado la probabilidad de sobrevivir y reproducirse. Si dejamos pasar más tiempo ya no quedará nadie con los rasgos menos adaptativos, e incluso hasta podremos encontrarnos con una especie nueva si ha pasado el tiempo suficiente. Y esta es, básicamente, la "peligrosa" idea de Darwin.
-¿Se conoce el hombre a sí mismo mejor desde Darwin?
-En esto hubo y sigue habiendo una auténtica revolución. Una vez posicionado el ser humano como un ser vivo más, muchas ideas se extrajeron y aún se están extrayendo del estudio de otros seres con grandes similitudes a nosotros, como los grandes simios. Conociendo los mecanismos de la evolución propuestos por Darwin se entendía mejor y más fácilmente que de seres similares a los chimpancés hubiera surgido una especie como la nuestra: los parecidos físicos eran innegables. Pero es que resulta que los parecidos mentales también son muy llamativos, y esto es algo que se está investigando a fondo hoy día. Todo esto nos está llevando a entender que nuestro peculiar comportamiento no surgió "de la nada", sino que en otros seres vivos relacionados biológicamente con nosotros encontramos muchos precedentes de nuestras más peculiares facultades mentales. Que por "selección natural", es decir, por la mayor prevalencia al cabo del tiempo de aquellos individuos con mejor capacidad para sobrevivir y reproducirse, se haya podido llegar al Homo sapiens a partir de un ser ancestral parecido a los chimpancés, resulta ahora mucho más fácil de entender y, sobre todo, de aceptar; parece mucho más "natural".
-¿Qué papel juegan los estudios genómicos de otras especies a la hora de entender la evolución?
-Desde Darwin a nuestras fechas se conocen muchas especies que estuvieron a medio camino entre el ancestro común a los chimpancés y humanos y la la especie humana actual, e incluso muchas de ellas eran seres humanos en el pleno sentido de la palabra pero… eran de otra especie distinta a la nuestra. Los impresionantes avances que se están realizando en nuestros días acerca del genoma de los neandertales cobran todo su sentido a la luz de la teoría de Darwin.