Los jugadores del Barcelona celebran uno de los goles ante el Nápoles.

Los jugadores del Barcelona celebran uno de los goles ante el Nápoles. REUTERS

Fútbol FC BARCELONA 3 - 1 NÁPOLES

El Barça vuelve a los cuartos de final de la Champions tras derrotar a un Nápoles indigno

En un partido con muchos fallos y entre dos equipos muy pobres, los culés certificaron su presencia entre los ocho mejores equipos de Europa.

12 marzo, 2024 22:54

Por momentos esperanzó, pero en otros muchos instantes desesperó ante un equipo indigno del nivel de la Champions League como el Nápoles. El Fútbol Club Barcelona consiguió el pase a los cuartos de final de la máxima competición continental cuatro años después y logró un balón extra de oxígeno en una temporada calamitosa que sigue pendiendo de un hilo. [Así vivimos la victoria del Barça ante el Nápoles]

Los culés tuvieron la eliminatoria en la mano gracias a un gran inicio. Encarrilaron la situación con los goles de Fermín primero y de Cancelo después, pero a partir de ahí volvieron los titubeos, las dudas y la inoperancia ante un rival que estaba muerto antes de tiempo.

El inesperado gol del Nápoles todavía en la primera mitad revitalizó a los italianos, que durante una buena parte del encuentro fueron superiores. El Barça tonteó mucho con fuego y el choque se convirtió en un juego para ver cuál de los dos equipos era peor. 

Fermín celebra el gol ante el Nápoles.

Fermín celebra el gol ante el Nápoles. REUTERS

Demostró peores artes el Nápoles, que en el tercer tanto volvió a reflejar que es un auténtico horror en defensa. Una jugada entre Gündogan, Sergi Roberto y Lewandowski terminó en el tercer gol que mató la eliminatoria y que vuelve a meter al Barça entre los ocho mejores equipos de Europa demasiado tiempo después.

Inicio con fuerza

En la ciudad de Barcelona se había tomado este partido con la importancia que merecía. El público agotó las entradas, buena parte de la afición hizo recibimiento al autobús del equipo y ya en el encuentro Montjuïc apretó desde el arranque. 

El Barça se contagió de ese ambiente y entró enchufado al encuentro. Tanto como que en el primer minuto de juego Raphinha ya había intentado su primer lanzamiento, un disparo que se fue muy por encima del larguero de la portería del Nápoles. No tuvo peligro, pero fue una declaración de intenciones. 

El Barça vio que el Nápoles era una fiesta en defensa y que su organización en la zaga brillaba por su ataque, así que supo encontrar la manera de hacer daño. Los culés gozaron de muchos espacios y durante varios minutos el partido se asemejó al de la ida, con los catalanes siendo superiores. 

Fermín se marcha de un rival del Nápoles.

Fermín se marcha de un rival del Nápoles. REUTERS

La recompensa llegó al paso por el primer cuarto de hora. Raphinha apuró la línea de fondo por la banda izquierda, puso el pase atrás y ahí, en el punto de penalti y libre de marca, esperaba Fermín. El canterano tan sólo tuvo que meter el interior de su pie para batir a Meret con todo a favor. Inexplicable fallo defensivo del Nápoles.

El Barça tenía el partido donde quería, por delante en el marcador muy pronto para evitar cualquier tipo de nervios. Y no sólo eso, sino que poco después consiguió doblar la ventaja.

Lo hizo en otra acción que escenificó la casa de los horrores que es la defensa del Nápoles, que volvió a demostrar de nuevo un nivel indigno para una competición tan importante. Como si fuera el minuto 90, el Barça encontró muchos espacios a la contra y Raphinha estrelló el balón contra el poste. Muy listo al rechace apareció Cancelo para enchufarla y batir a Meret de nuevo.

Joao Cancelo celebra su gol al Nápoles.

Joao Cancelo celebra su gol al Nápoles. EFE

Parecía que los culés tenían encarrilado su pase a los cuartos de final. La ventaja era cómoda y el Nápoles demostró en los siguientes minutos ser un equipo inoperante, pero en la Champions las cosas se tuercen en cualquier momento.

En el instante más inesperado, Rrahmani apareció en el área contraria para reducir las diferencias en el marcador. El central se animó a ir al ataque y demostró buen olfato también en ataque para batir a Ter Stegen. Era casi un milagro, pero los transalpinos estaban de nuevo en la eliminatoria. Tanto, que Di Lorenzo estuvo a punto de poner el empate con un cabezazo de no ser por un paradón del guardameta del Barcelona.

El partido se había convertido en un juego para ver quién era el peor, y sólo el que cometiera menos errores parecía tener opciones de colarse casi milagrosamente en los cuartos de final de la Champions.

El Nápoles lo intenta

Se vio capaz de meter en aprietos al Barça, así que el Nápoles salió mejor que su rival en la segunda mitad. Kvaratskhelia rozó el empate con un lanzamiento desde fuera del área a los dos minutos de la reanudación que lamió el palo izquierdo de la portería de Ter Stegen. 

El Barcelona de repente se vio ahogado y sin capacidad para poder salir de su terreno de juego. Los napolitanos se hicieron con las riendas, aunque les faltó claridad en el ataque para poder haber generado más peligro real. Tan sólo una ocasión de Raphinha que volvió a poner de relieve las vergüenzas italianas sirvió a los culés para coger aire.

El Nápoles, sin embargo, siguió sometiendo a los de Xavi Hernández, así que el técnico se vio obligado a buscar soluciones en el banquillo dando entrada a Oriol Romeu y a Sergi Roberto. Dos jugadores de corte más defensivo para tratar de volver a hacerse con el timón. 

Osimhen se lamenta de una ocasión fallada ante el Barça.

Osimhen se lamenta de una ocasión fallada ante el Barça. REUTERS

Con el paso de los minutos, quizás fruto de estos cambios, el Barça fue recuperando terreno. De hecho llegó a marcar. Lo hizo Lamine Yamal a la salida de un córner después de un pequeño barullo en el área, pero el tanto fue anulado porque estaba claramente adelantado, en posición de fuera de juego. 

Lindstrom estuvo a punto de poner el empate. El jugador del Nápoles paralizó los corazones de Montjuïc cuando cabeceó en el segundo palo y el esférico se marchó rozando el poste izquierdo de la portería de Ter Stegen. Increíble, pero el Barça se estaba salvando pese a seguir jugando con fuego.

Sergi Roberto celebra el gol de Lewandowski ante el Nápoles.

Sergi Roberto celebra el gol de Lewandowski ante el Nápoles. REUTERS

Sin embargo, un equipo con tanta endeblez defensiva como el Nápoles todavía tenía guardado un nuevo truco de magia al final al ser incapaz de detener una combinación entre Gündogan, Sergi Roberto y Lewandowski. El polaco remató a placer y sin portero desde dentro del área para matar definitivamente la eliminatoria.

El Barcelona vuelve cuatro años después a los cuartos de final de la Champions League aunque lo hace con la sensación de que, a este nivel, es inferior prácticamente a cualquier rival que el bombo le depare. Sin embargo, la esperanza de Europa sigue guiando al Barça en este tramo de la temporada.

FC Barcelona 3 - 1 Nápoles

Barcelona: Ter Stegen; Koundé, Araujo, Cubarsí, Joao Cancelo; Christensen (Romeu, min. 60), Gundogan, Fermín (Sergi Roberto, min. 60); Lamine Yamal, Lewandowski y Raphinha (Joao Félix, min. 81).

Nápoles: Meret; Di Lorenzo, Rrahmani, Juan Jesus, Mario Rui (Olivera, min. 63); Zambo Anguissa, Lobotka, Traorè (Raspadori, min. 81); Politano (Lindstrom, min. 63), Osimhen y Kvaratskhelia (Ngonge, min. 92).

Goles: 1-0, min. 15: Fermín. 2-0, min. 17: Cancelo. 2-1, min. 30: Rrahmani. 3-1, min. 84: Lewandowski.

Árbitro: Danny Makkelie (NED). Mostró cartulina amarilla a Christensen (min. 21), Lamine (min. 44), Juan Jesús (min. 47+), Traoré (min. 63) y a Olivera (min. 67).

Incidencias: 50.301 espectadores en partido de vuelta de los octavos de final disputado en el Estadio Olímpic Lluís Companys de Barcelona.