
Imagen de archivo de una supernova.
Atento al cielo el 27 de marzo: cómo ver la explosión de una supernova que no se ha repetido en los últimos 80 años
Según un nuevo cálculo, se producirá el próximo jueves y será visible en todo el hemisferio norte.
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En los próximos días, T Coronae Borealis, un sistema estelar situado a unos 3.000 años luz, podría ser el protagonista de un fenómeno astronómico de gran magnitud.
Este tipo de eventos, conocidos como novas recurrentes, ocurren cuando una enana blanca, una estrella densa y pequeña, acumula suficiente materia de su estrella compañera.
Este proceso culmina en una explosión termonuclear espectacular que emite una gran cantidad de energía, creando un destello brillante que puede ser visible desde la Tierra, ofreciendo un espectáculo único para los aficionados a la astronomía.
Un acontecimiento único
T Coronae Borealis, comúnmente conocido como "T CrB", es un sistema binario ubicado en la constelación de la Corona Boreal, una de las más reconocidas en el hemisferio norte y especialmente visible desde España.
Este sistema está formado por una gigante roja de tipo espectral M4 III y una enana blanca, que orbitan una alrededor de la otra en una órbita casi circular con un período de aproximadamente 228 días.
La enana blanca, debido a su cercanía con la gigante roja, captura materia de esta última mediante un proceso de transferencia de masa.
Cuando esta materia se acumula en la enana blanca y alcanza un límite crítico, se desencadena un colapso termonuclear que provoca una explosión, dando paso así a la creación de una supernova.
Este fenómeno provoca un aumento repentino en la luminosidad del sistema, un evento que se ha registrado en varias ocasiones a lo largo de la historia, como en los años 1217, 1787, 1866 y 1946.
El sistema T CrB también es conocido por sus cambios de brillo, además de las explosiones novales. Durante sus fases activas, se pueden ver fluctuaciones en su luminosidad, similares a los "outbursts" y "superoutbursts" de otras enanas blancas como las del tipo SU UMa.
Estos cambios reflejan el proceso de transferencia de masa entre las estrellas del sistema. De hecho, en marzo de 2023, se detectó una disminución del brillo conocida como "Pre-eruption Dip", considerada una señal previa del estallido.
Recientemente, los astrónomos habían predicho que T CrB podría experimentar una nova entre febrero y septiembre de 2024, pero esto no ocurrió. Sin embargo, nuevas observaciones han señalado que el aumento de brillo ocurrirá en 2025, y la fecha ya se ha acotado.
A Star May Explode Next Week In Once-In-80-Years Event — What To Knowhttps://t.co/01nYXBrb1c pic.twitter.com/BCFkRUx4nd
— Forbes (@Forbes) March 20, 2025
Según un estudio reciente de la Universidad Estatal de Luisiana y la Asociación Americana de Observadores de Estrellas Variables (AAVSO, por sus siglas en inglés), el estallido de T CrB podría ocurrir el jueves 27 de marzo de 2025.
Este evento sería especialmente interesante porque, por primera vez desde 1946, un fenómeno de este tipo podría ser observado a simple vista, sin necesidad de telescopios, permitiendo que muchas personas disfruten del espectáculo directamente.
Dónde y cuándo verlo
La constelación de Corona Boreal, donde se encuentra el sistema, comienza a elevarse por el este aproximadamente tres horas después del anochecer, ascendiendo gradualmente a medida que avanza la noche.
Para la noche del jueves 27 de marzo, el anochecer está previsto para las 19:34, lo que significa que la constelación empezará a ser visible a partir de las 22:30, cuando haya ganado suficiente altura sobre el horizonte para apreciarla sin interferencias atmosféricas.
Para localizarla con facilidad, basta con trazar una línea imaginaria entre dos de las estrellas más brillantes del cielo: Arcturus, en la constelación de Boyero, y Vega, en la constelación de Lira.
La Corona Boreal aparecerá entre ambas, destacando con su característica disposición curva de estrellas. Además, se encuentra relativamente cerca del cúmulo globular M13, en la constelación de Hércules, lo que puede servir como referencia adicional para orientarse en el firmamento.
Para observar una supernova con claridad, es fundamental alejarse de la contaminación lumínica y buscar un cielo oscuro que permita apreciar mejor los detalles del firmamento.
La luz artificial de las ciudades no solo reduce la visibilidad de los astros más tenues, sino que también afecta la percepción del brillo real de los objetos celestes, dificultando su identificación.
Por ello, es recomendable desplazarse a zonas rurales o de montaña, donde el cielo esté despejado y libre de iluminación excesiva.
En estos entornos, la oscuridad natural favorece una observación más nítida y detallada, permitiendo captar mejor los cambios de brillo en la supernova y su entorno.

Imagen de archivo de un astrónomo con un telescopio.
Desde septiembre, los investigadores del SETI Institute, liderados por Franck Marchis, han observado variaciones en el sistema que sugieren la cercanía de una explosión esperada.
Estas fluctuaciones apuntan a un posible evento inminente, en línea con patrones registrados previamente.
El descenso sostenido en el brillo del sistema en las bandas B y V, documentado por la AAVSO, coincide con el comportamiento observado antes de la explosión de 1946. Este descenso ha sido atribuido a la formación de polvo interestelar, lo que refuerza la hipótesis de una erupción próxima.
A pesar de las observaciones empíricas que respaldan las predicciones, Marchis subrayó que aún existe un margen de incertidumbre sobre la fecha exacta del evento.