
Imagen de archivo de tres perros.
Adiós a los perros de antes: expertos alertan del efecto que la convivencia con humanos está causando en su especie
El proceso evolutivo de los perros está entrando en una nueva fase, impulsada por factores como la interacción con los seres humanos y los avances en genética.
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La relación entre los perros y los humanos ha sido larga y compleja, marcada por un proceso evolutivo que ha ido transformándose a lo largo de los siglos.
Aunque los perros han estado junto a los humanos durante milenios, recientes descubrimientos científicos sugieren que están atravesando una nueva fase evolutiva, impulsada por la vida en entornos urbanos y cada vez más sedentarios.
Este fenómeno, denominado por algunos expertos como "la tercera ola de domesticación", refleja una adaptación profunda, no solo en su biología, sino también en su comportamiento.

Perro guía.
Según un estudio realizado por la Universidad de Nueva York, los perros no solo se están adaptando a los cambios en su entorno, sino también a las rutinas de sus dueños.
Este proceso de adaptación parece estar directamente relacionado con el deseo humano de tener mascotas más tranquilas, amigables y menos exigentes, adaptadas a un estilo de vida sedentario.
En los primeros días de su domesticación, los perros eran trabajadores: cazadores de plagas, pastores de ganado y protectores del hogar. Sin embargo, hoy en día, su rol ha cambiado radicalmente, y la compañía se ha convertido en la principal motivación de los dueños de perros.
Este cambio no solo se refleja en su relación con los humanos, sino también en su estructura interna. Investigaciones recientes han revelado transformaciones genéticas y conductuales que muestran cómo los perros ahora parecen estar mejor preparados para vivir en entornos urbanos, adaptándose a espacios más pequeños y menos activos.
La influencia de la oxitocina
Uno de los descubrimientos más sorprendentes de este proceso evolutivo es el papel de la oxitocina, conocida como la "hormona del amor", en el comportamiento de los perros. Esta hormona influye en su necesidad de buscar contacto y afecto de sus dueños, fortaleciendo los lazos emocionales entre ambos.
En un estudio realizado en 2017 por científicos de la Universidad de Linköping en Suecia, se analizó cómo los perros responden a diferentes situaciones sociales, con especial énfasis en su capacidad para resolver problemas.

Imagen de archivo de varios perros en un laboratorio.
Los investigadores estudiaron a 60 golden retrievers mientras intentaban abrir un frasco de golosinas diseñado para no ser abierto. Durante el estudio, tomaron muestras de ADN de las narices de los perros para identificar la variante genética del receptor de oxitocina que poseían.
El objetivo era analizar cómo la genética influía en su comportamiento ante situaciones desafiantes, por lo que los perros fueron sometidos a dos pruebas.
En la primera, se les administró oxitocina en aerosol nasal, mientras que en la segunda, se les dio solución salina neutra. Estas pruebas estaban diseñadas para evaluar cómo la oxitocina afectaba su comportamiento de búsqueda de ayuda.
Después de las pruebas, el equipo midió el tiempo que tardaban los perros en intentar abrir el frasco antes de pedir ayuda a sus dueños. Los resultados mostraron diferencias notables entre aquellos que recibieron oxitocina y los que recibieron solución salina.
Los perros que poseían una variante genética específica del receptor de oxitocina respondieron más intensamente al aerosol, mostrando una mayor inclinación a pedir ayuda.
En cambio, los que no presentaban esa variante fueron menos propensos a solicitar asistencia. Este hallazgo sugiere que tanto la genética como la oxitocina juegan un papel fundamental en la forma en que los perros interactúan con los humanos y buscan apoyo en situaciones complicadas.
La adaptación a la ciudad
Desde los primeros lobos que se acercaron a los asentamientos humanos hace unos 40.000 años, hasta la Revolución Industrial, cuando la cría selectiva de perros comenzó a enfocarse en el estatus social y la compañía, la relación entre los humanos y los perros ha evolucionado.
Sin embargo, la vida urbana plantea nuevos retos para los perros. La adaptación a entornos reducidos y a rutinas menos activas ha alterado su comportamiento, afectando su bienestar físico y mental.
Los expertos advierten que la sobreprotección y la falta de interacción con otros animales pueden generar ansiedad y frustración en los perros. Estos problemas pueden agravarse si no se les da suficiente espacio para moverse y explorar.
A medida que la convivencia con los humanos sigue evolucionando, los perros continúan transformándose. Algunas razas están perdiendo tamaño y agresividad, adaptándose mejor a la vida en el hogar.
Sin embargo, este proceso puede conllevar riesgos, ya que la disminución de sus instintos naturales los hace más vulnerables a problemas de salud y comportamiento, lo que representa una preocupación seria para la especie.
De esta forma, aunque la adaptación de los perros a la vida en el hogar les permite vivir más cómodamente junto a los humanos, es crucial encontrar un equilibrio que les permita conservar su salud y sus comportamientos instintivos.