Una receta ligera y proteica con una salsa muy cremosa

Una receta ligera y proteica con una salsa muy cremosa Sebalos iStock

Saludables Cenas proteicas

Rica en proteínas y sin ensuciar: una cena deliciosa en solo 15 minutos que también sirve para llevar en el tupper

Y poca complicación para hacer una cena rápida, saciante y con pocas calorías.

Más información: La receta proteica llena de sabor y lista en 15 minutos que preparo todas las semanas

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Preparar la cena tendría que ser un acto de autocuidado tan importante como seguir una rutina de skincare o acudir regularmente al gimnasio a hacer series de pull ups, pero, a veces, la vida va tan rápido que parece que nos pasa por encima. No nos queda tiempo apenas para planificar compras o llegamos a casa sin energía ni ganas de ponernos a preparar recetas demasiado laboriosas o, incluso, sin hambre y acabamos cenando cualquier cosa.

Aunque no tengamos tiempo para complicarnos la vida con recetas elaboradas, la elección de la cena desempeña un papel importante en el cuidado de la salud. Consumir una cena rica en proteínas es importante porque éstas son necesarias para la reparación y regeneración muscular durante el descanso nocturno.

Durante la fase de sueño profundo, nuestro cuerpo entra en un proceso de recuperación en el que repara tejidos dañados y sintetiza nuevas proteínas, especialmente después de un día de actividad física. Asegurar un aporte adecuado de proteínas en la última comida del día favorece la síntesis de masa muscular y previene el catabolismo, es decir, la degradación de los músculos por falta de nutrientes o, dicho de una forma más fácil de entender, que el organismo se alimente de sus propios tejidos. Esto es clave y es un gran error en muchas dietas milagro para perder peso, que al no estar bien planteadas, el peso que se pierde no es de grasa, que sería lo deseable, sino de sacrificar parte de la masa muscular.

Además, las proteínas ayudan a mantener la sensación de saciedad, lo que puede ser beneficioso para evitar antojos nocturnos y el consumo excesivo de alimentos poco saludables. También tienen un impacto menor en los niveles de glucosa en sangre en comparación con los carbohidratos simples, lo que contribuye a mantener un metabolismo estable y puede favorecer la calidad del sueño. Por eso, en las cenas nunca deberían faltar alimentos altos en proteínas como pollo, pescado, huevos, tofu o legumbres cocidas.

Una receta proteica y equilibrada inspirada en un clásico

Una de las cosas que más me gustaban de pequeña eran las espinacas a la crema, pero tanta nata y mantequilla ahora me sientan fatal. Desde hace tiempo, inspirándome en esta receta de mi infancia, preparo una versión con mucha menos grasa a la que añado pechuga de pollo para que sea un plato completo sin tener que pensar en cocinar las proteínas aparte. Es una receta facilísima que se hace en un momento y que va genial para el tupper del día siguiente, por ejemplo, acompañada de un poco de arroz en blanco, si queremos que la comida principal del día sea un poco más contundente.

La pechuga de pollo es una fuente excelente de proteínas magras y de alto valor biológico, que es justo lo que necesitamos para la regeneración muscular y el mantenimiento de los tejidos de nuestro cuerpo. Además, su bajo contenido en grasas la convierte en una alternativa saludable para cualquier tipo de dieta, incluso en aquellas enfocadas en el control de peso.

Las espinacas, por su parte, aportan un alto contenido de fibra, vitaminas y minerales esenciales como el hierro, el magnesio y el potasio. Su consumo contribuye a una mejor digestión y a un correcto tránsito intestinal, fortalece el sistema inmunológico. Son ricas en hierro, aunque es cierto que se trata de hierro no hemo que a nuestro cuerpo le cuesta más absorberlo, aunque los alimentos ricos en vitamina C puede ayudar en dicha absorción. Además, las espinacas contienen antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que benefician la salud ocular y protegen las células del daño oxidativo.

El uso de crema de queso y leche en la preparación de la salsa proporciona calcio y proteínas adicionales solo en cantidades moderadas, pero sirven para aportar la cremosidad de, valga la redundancia, de las espinacas a la crema permitiendo que sea una receta ligera. 

En cuanto a las grasas empleadas en la receta, que se utilizan en una cantidad mínima, el aceite de oliva virgen extra y la mantequilla aportan ácidos grasos esenciales. El aceite de oliva es una excelente fuente de grasas monoinsaturadas, beneficiosas para la salud cardiovascular, mientras que la mantequilla, utilizada en poquísima cantidad, aporta sabor sin apenas incrementar las calorías del plato.

Ingredientes para hacer pollo con espinacas a la crema

  • Pechuga de pollo, 300 g
  • Espinacas, 200 g
  • Cebolla, 1 ud
  • Vino blanco o caldo de pollo, 50 ml
  • Aceite de oliva virgen extra, 1 cucharada sopera
  • Mantequilla, 1 cucharadita
  • Mostaza, 1 cucharada sopera (opcional)
  • Crema de queso para untar, 1 cucharada sopera
  • Leche entera, 3 cucharadas soperas
  • Sal, al gusto
  • Pimienta, al gusto

Paso 1

Lavamos bien las espinacas y las escurrimos, si es posible, con un centrifugador de verduras. Picamos la cebolla muy finamente para que se cocine rápido y para que luego no se note.

Paso 2

Cortamos la pechuga de pollo en dados del tamaño de un bocado y la sazonamos con sal y pimienta al gusto.

Paso 3

Calentamos el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio y añadimos la cebolla picada con una pizca de sal. Sofreímos durante 3-4 minutos hasta que esté transparente.

Paso 4

Apartamos la cebolla a un lado de la sartén, incorporamos los trozos de pollo y los doramos por todos lados, removiendo de vez en cuando. Cocinamos durante unos 5 minutos hasta que estén bien dorados.

Paso 5

Incorporamos el vino blanco o el caldo de pollo y dejamos reducir durante 2-3 minutos para que se evapore el alcohol y se reduzca el volumen de líquido en la sartén.

Paso 6

Añadimos las espinacas a la sartén y las cocinamos a fuego medio alto hasta que reduzcan su volumen y se evapore el líquido que suelten.

Paso 7

Hacemos un hueco en la sartén apartando el pollo y las espinacas hacia los bordes, incorporamos la mantequilla, la mostaza, la crema de queso y la leche, mezclando bien para ligarlo todo hasta obtener una salsa homogénea. Ajustamos la sal y la pimienta al gusto.

Paso 8

Mezclamos todos los ingredientes de la sartén para que el pollo y las espinacas se impregnen con la salsa y cocinamos a fuego bajo durante un par de minutos más para que los sabores se integren.