Las muertes por caídas accidentales se disparan en España: crecen un 467% en los últimos 40 años
En 2022 fue la segunda causa de muerte en nuestro país, con un total de 3.788 decesos; una media de 10 muertes por caídas accidentales al día.
8 abril, 2024 01:57En España se producen unas 10 muertes por caídas accidentales al día. Se trata de la segunda causa de muerte no natural, tan sólo superada por los suicidios. A nivel mundial, el impacto es similar. Según las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unas 684.000 personas fallecen anualmente debido a caídas; siendo la segunda causa mundial de muerte por traumatismos involuntarios.
Con la excepción de 2001 y 2006, las muertes por caídas accidentales no han hecho más que crecer durante todo este siglo: en los últimos 22 años el incremento ha sido del 152%. Este porcentaje se incrementa si se compara con el último registro con el que se cuenta, fechado en 1980. Aquel año, se produjeron 698 muertes por caídas accidentales; en 2022, fueron 3.788 defunciones por esta causa. Esta diferencia supone un aumento del 467% en las últimas cuatro décadas.
Una de las posibles causas que barajan los especialistas para explicar este crecimiento es que la esperanza de vida ha seguido una evolución en paralelo. Así, si en 1980 la esperanza de vida para ambos sexos era de 75,44, en 2022 fue de 83,08; esto es, se ganaron casi 10 años de esperanza de vida.
Esto ha provocado que se amplíe la estadística, ya que el 60% de las muertes por caídas accidentales se concentran en mayores de 80 años. De hecho, el grupo poblacional más afectado es el que va de los 85 a los 89 años, con un total 826 fallecimientos.
"La sociedad asume que caerse es algo normal en una persona mayor", asegura el doctor Álvaro Casas, responsable de la Unidad de Caídas del Hospital Universitario de Navarra, a EL ESPAÑOL.
Casas lamenta que sólo se convierte en motivo de consulta cuando las consecuencias son graves, como una fractura mayor con una cadera, un golpe en la cabeza con un sangrado cerebral o la muerte: "Las caídas son prevenibles y evitables. Y lo que es más importante es que a través de la prevención de recaídas vamos a evitar fracturas y otra serie de complicaciones".
Elevado consumo de ansiolíticos
La concentración de decesos no sólo se da con respecto a la edad, sino también desde el punto de vista geográfico. En este sentido, el Principado de Asturias presenta la tasa más alta de muertes por caídas accidentales, con 25 fallecimientos por cada 100.000 habitantes. Se trata de una de las regiones más envejecidas: en 2022 se contabilizaron 240 mayores de 64 años por cada 100 menores de 16, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Al Principado de Asturias le siguen dos provincias de la España vaciada, Teruel y Huesca, con 18 y 17 muertes por cada 100.000 habitantes, respectivamente. En el otro extremo se sitúan Barcelona (4) y La Rioja (3). En términos absolutos, las tres provincias que ostentan el funesto título de tener más decesos por caídas accidentales son Madrid (346), Asturias (253) y Barcelona (247). Por el otro lado nos encontramos a La Rioja (10), Ávila (9) y Soria (5).
Más allá de la edad, otro factor de riesgo es el aumento del consumo de ansiolíticos en la población, como advierte la doctora Ana Belén Luengo, coordinadora de Urgencias del Hospital Vithas Sevilla. Según el último informe de Prestación Farmacéutica en el Sistema Nacional de Salud, en 2022 se vendieron 56.370 envases de los ansiolíticos derivados de la benzodiazepina, lo que les otorga el tercer puesto de fármacos más dispensados.
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El uso de benzodiazepinas en el paciente mayor ha sido asociado a un alto riesgo de caídas. Un estudio publicado en la Revista de Psiquiatría y Salud Mental en 2018 descubrió que cerca de un 40% de los mayores que acuden a un servicio de urgencias por haber sufrido una caída se encontraban tomando este fármaco.
Pacientes minimizan las caídas
Para Luengo, el aumento de la incidencia de fallecimientos por caídas accidentales también viene dado por la negativa de muchas personas mayores a utilizar bastones de apoyo. A ello se le añade, como apunta Casas, que los propios pacientes minimizan las caídas: “Muchas veces tenemos que preguntarles si se han caído porque si no lo hacemos, no nos lo cuentan".
Desde el Grupo de Trabajo de Urgencias y Atención Continuada de la semFYC también creen que se debe a que en la actualidad se realiza un registro más detallado. Y es que al no poder certificar la causa del deceso el médico, en estos fallecimientos se precisa de una intervención judicial.
Este grupo de trabajo advierten que hay lesiones directas con alto riesgo de mortalidad, como podrían ser las craneales o medulares, otras como las fracturas pueden asociarse a un aumento de la morbimortalidad, como sería en el caso de las fracturas de fémur en el anciano. “En el caso de caídas de alto impacto podríamos tener hemorragias que pueden ser mortales”, añade.
Los traumatismos craneoencefálicos provocados por las caídas también pueden dejar efectos devastadores en las personas mayores. "Debido a la especial vulnerabilidad del cerebro de este grupo de edad, las secuelas más frecuentes suelen ser problemas cognitivos y conductuales, dificultades de comunicación y lenguaje, así como alteraciones en la movilidad y el control motor", señala el neurólogo Enrique Noé, director de Investigación de Irenea, el Instituto de Rehabilitación Neurológica de Vithas.
No evitar el ejercicio
Además de identificar los factores de riesgo y realizar una revisión farmacológica, otro factor importante para la prevención de caídas es el ejercicio físico. “Por ejemplo, las personas en riesgo piensan que no deben caminar para evitar caídas, y es justo lo contrario”, asegura Casas. “La medida más importante para prevenir caídas es hacer lo que se conoce como ejercicio multicomponente”.
El responsable de la Unidad de Caídas del HUN reconoce que el propio sistema sanitario no está preparado actualmente para atender a estos pacientes, pues existen pocas unidades de caídas a nivel estatal donde se aborde esta problemática: “Tenemos que apostar por prevenir las caídas para evitar las complicaciones, y muchas veces hacemos justo lo contrario”, remacha.