La memoria no se valora lo suficiente hasta que se pierde. Pensamos que siempre estará ahí, para recordarnos dónde hemos aparcado el coche o cuál es la fecha de cumpleaños de nuestros hijos, pero de repente nos sorprendemos a nosotros mismos volviendo sobre nuestros pasos para tratar de recordar qué íbamos a buscar a la cocina. Con una esperanza de vida que no deja de crecer, el número de demencias aumenta exponencialmente y los médicos no dejan de recomendar que se ejercite el cerebro tanto o más que la musculatura.
En este contexto, los seis consejos que ha dado un famoso neurólogo de 81 años para entrenar la mente y paliar la pérdida de memoria están teniendo éxito en todo el mundo. Profesor de la Escuela de Medicina y Salud del Hospital de la Universidad George Washington (Estados Unidos), Richard Restak, ha escrito una veintena de libros sobre neurología y ahora ha dado varias claves en una entrevista con la BBC. Consejos que hay que tener en cuenta para fortalecer el cerebro.
1. Jugar con la mente
Restak nos invita a jugar con la mente, tanto en compañía como en soledad. En su propuesta, el neurólogo expone un divertimento que se llama 20 preguntas y que aconseja poner en práctica en reuniones familiares. Consiste en que un jugador o un grupo piensa en una persona, una cosa o un lugar, y otro tendrá que adivinarlo planteando un máximo de 20 cuestiones a las que se puede responder solo con un sí o un no.
Lo complicado del juego es que los dos jugadores o los dos grupos tienen que recordar las preguntas y las respuestas para no ofrecer más pistas ni repetirlas para llegar por eliminación a la respuesta correcta. Si se quiere jugar con uno mismo, Restak aconseja tratar de recordar una lista y ordenarla alfabéticamente. Pone como ejemplo, para los futboleros, recordar a los jugadores de su equipo favoritos y darles ese orden.
2. Alimentarse de forma saludable
No estamos inventando la pólvora al decir que la alimentación es clave para mantener también al cerebro en forma. Restak no habla, no obstante, de alimentos que haya que tomar, sino de aquellos que hay que evitar a toda costa: ultraprocesados, con exceso de grasas saturadas, con demasiada sal o muchos conservantes. "No son buenos para la memoria porque disminuyen, a largo plazo, la circulación sanguínea en zonas vinculadas con ella y provocan diabetes o hipertensión", recuerda el neurólogo, añadiendo que son enfermedades vinculadas con la demencia.
3. Leer ficción
Hacer lecturas sesudas podría parecer lo más óptimo para poner a funcionar el cerebro, pero Restak prefiere que escojamos libros de ficción para activar la memoria: "Los de no ficción, como mi última obra, no demandan mucho en términos de memoria porque uno puede leer la tabla de contenidos y centrarse en aquello que le interesa, por ejemplo", incide el experto.
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En cambio, precisa, "la ficción es mucho más exigente desde el punto de vista de la memoria, sobre todo si uno está leyendo una novela compleja. En ellas, los personajes aparecen y desaparecen, así que puedes encontrarte con alguien en el capítulo dos que no regresa hasta el capítulo diez", ejemplifica, valorando que retener el hilo del relato, los vínculos de los personajes y los detalles de la trama, es más útil que esforzarse en leer un ensayo.
4. Usar la tecnología como rescate
Restak no es beligerante con los móviles de última generación, pero propone que se usen en su justa medida. Así, por ejemplo, aconseja que se escriba una lista de la compra, pero se intente recordar en primer lograr antes de comprobar que no nos estamos dejando nada. Asimismo, si somos de los que sacamos fotografías de un producto desconocido, nos invita a tratar de acordarnos de él antes de consultar la imagen. Entregarnos por completo a los móviles para que nos lo recuerden todo debilita la memoria, resalta.
5. Emplear trucos de memoria
El neurólogo nos invita también a visualizar las palabras como principio básico de asociación y entrenamiento mental. Así, pone el ejemplo del apellido Greenstone, que en español sería Piedraverde, y nos insta a visualizar una piedra de ese mismo color como una estrategia para que no se nos olvide. "Si no lo haces y te quedas solo con las palabras, puede que luego no te acuerdes si es Piedrazul o Piedranegra", insiste.
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Otro de los trucos relacionados que usa el experto es crear un mapa mental con lugares familiares como el barrio para vincularlos con cosas que se quieren recordar. En este caso, dice Restak que si queremos comprar leche y pan podríamos superponer esas palabras con dos sitios para componer imágenes difíciles de olvidar: "Me imagino mi casa volcada de lado, con leche que brota de la chimenea (como si fuera un envase) y se desparrama por la calle. Y cuando paso por la biblioteca y miro por la ventana me imagino que los estantes están llenos de rodajas de pan en vez de libros", sostiene.
6. Dormir la siesta
De todos los consejos de Restak, quizás este sea nuestro favorito. Reconoce el neurólogo que hay lugares en los que la siesta no tiene buena fama, pero está avalada por varios estudios como una práctica beneficiosa para la memoria, siempre que se haga de forma breve. Asegura que hacerlo a diario ayuda a absorber información, solidificarla y codificar la memoria para luego poder acceder a ella.
"Cuando tomamos dos grupos de estudiantes y les permitimos a uno de ellos hacer una siesta después de haber aprendido, notamos que el que durmió aprendió mucho mejor", justifica Restak, aconsejando que no se duerma menos de 20 minutos ni más de 40 porque, recuerda, "si te pasas de la hora interferirás con el sueño nocturno, así que ponte la alarma o pídele a alguien que te despierte".
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