Sandra Moñino.

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Nutrición

Moñino, nutricionista: "El chicle es un plástico con edulcorantes y uno de los alimentos más inflamatorios en España"

La gran mayoría de los chicles que se venden en España no llevan azúcar y, por eso, combinan varios tipos de edulcorantes artificiales

Más información: Elimina los edulcorantes 'cero' y 'sin calorías' de tu dieta: el aviso mundial de los médicos para España

J. Rodríguez
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En los últimos años, los expertos han encontrado que la inflamación del organismo se relaciona con un número cada vez mayor de enfermedades. Desde los infartos hasta ciertos casos de cáncer están íntimamente ligados a este fenómeno. La mala alimentación es, de hecho, uno de los factores que más puede conducir a esta inflamación. En concreto, cada vez más expertos señalan la influencia negativa que pueden tener los ultraprocesados.

Los productos ultraprocesados son alimentos que tienen tantos ingredientes industriales que los beneficios de los pocos naturales que pueden llevar quedan eclipsados. Pasan a ser directamente nocivos para la salud. Con el paso de las décadas, estos ultraprocesados se han instalado en nuestros hogares y en nuestros menús semanales porque permiten pasar menos tiempo en la cocina y su sabor puede resultar muy atractivo.

Ahora bien, los ultraprocesados no sólo han conseguido entrar en nuestro hogares, sino también en nuestros bolsillos. Hay uno, en concreto, del que echamos mano cada vez que queremos mascar algo por puro aburrimiento: el chicle. En este sentido, la nutricionista Sandra Moñino les ha dedicado una publicación en su página de Instagram en el que advierte sobre el consumo continuado de estas gomas de mascar.

"Sí, el chicle te inflama y te digo por qué", explica la nutricionista, que procede a analizar la lista de componentes de un chicle que lleva encima. "Pone que es sin azúcar y encima parece que es de lo más saludable". La experta desglosa los ingredientes que han permitido la elaboración de este chicle: sorbitol, jarabe de maltitol, manitol, aspartamo, acesulfamo K y sucralosa. Es decir, todo un combo de químicos con sabor dulce.

"Lleva siete tipos de edulcorantes. El sorbitol y el manitol, que son los típicos que están en todos los alimentos ultraprocesados, pero encima lleva aspartamo y acesulfamo K, que son edulcorantes que están prohibidos en otros países", asegura Moñino. "Porque tienen un alto nivel de toxicidad hasta llegar a ser cancerígenos. Si nos damos cuenta, el chicle es un plástico con edulcorantes. Es un producto muy proinflamatorio".

Cuando las últimas investigaciones empezaron a demostrar que el alto consumo de azúcar en la sociedad estaba ligado a un buen número de enfermedades, además de aumentar el riesgo de obesidad, los edulcorantes aparecieron en el mercado. Muchos de los productos que los llevan, como los refrescos, anuncian orgullosos que no cuentan con ninguna caloría y, por eso, nosotros pensamos que serían alimentos completamente inocuos.

Sin embargo, recientemente los estudios están apuntando a que los edulcorantes no son tan maravillosos como se pensaba. Por ejemplo, en este artículo reciente de EL ESPAÑOL se habla de un estudio científico que ha ligado el consumo de aspartamo con un mayor riesgo cardiovascular. Según el estudio, los científicos han observado que el aspartamo también puede producir picos de insulina en ratones.

"Lo que en consecuencia aumentaría el riesgo de aterosclerosis o acumulación de placas grasas en las arterias. A largo plazo esto implica mayores niveles de inflamación y mayor riesgo de infarto de corazón o accidente cerebrovascular", explica el artículo. La insulina no sólo se encarga de facilitar la absorción de glucosa en la sangre, sino que también provoca lipogénesis. Es decir, almacenamiento de azúcar en forma de grasa.