El 'engaño' con los melones de Villaconejos del que los expertos están alertando en España

Generaciones atrás, las únicas frutas y verduras que podíamos adquirir en los supermercados o en la frutería del barrio eran literalmente los de proximidad. Un par de ejemplos conocidos son las fresas o los melones: teóricamente son "frutas de temporada", pero cada vez es más fácil adquirirlas durante gran parte del año.

El conocido tecnólogo alimentario Miguel A. Lurueña (@gominolasdpetro) se ha hecho eso del caso en su cuenta personal. Aunque nos vendan melones 'Selección Villaconejos', la realidad es que este es un mero mensaje comercial, y no siempre implica que estas frutas procedan de la zona publicitada. De hecho, marzo no es temporada de melones, como recuerda Lurueña.

Villaconejos ha logrado fama a nivel mundial gracias a sus melones. Tan solo la Sociedad Cooperativa del Campo de Villaconejos comercializa hasta 20.000 toneladas de melones cada año, junto al resto de producción que venden en sus propios almacenes en la misma Comunidad de Madrid.

Sin embargo, son muchos más los melones que presumen de origen en su etiquetado. Pero si nos fijamos en la etiqueta, no se trata de melones autóctonos. Algunos, como ha sido el caso expuesto por Lurueña, proceden de Brasil, donde sí es temporada de melones al terminar el verano austral.

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Si nos fijamos detenidamente en los datos, en España se producen casi 700.000 toneladas de melones cada año, pero en realidad solo poco más de 5.000 los que corresponden a la Comunidad de Madrid. No salen los números para este pueblo de poco más de 3.000 habitantes.

El origen de todo el 'engaño' empezó hace más de dos décadas, y aunque Villaconejos sea famoso por sus melones, la esencia de su negocio ya no es tanto su producción, sino la logística o comercialización de melones.

Por ello, desde finales de octubre hasta inicios de marzo, los melones que llevan el etiquetado de "Villaconejos" provienen de Brasil, y son manufacturados como patrios aunque su origen real (que también consta en el etiquetado) sea otro.

Pero la cosa no queda ahí. Posteriormente, hasta el mes de julio, se importan melones de Senegal, Almería y Murcia. Es ya entrado el verano cuando se empieza a trabajar con los melones de la zona como tal.

Si nos fijamos en la zona de cultivo, tampoco salen los números. No existe tanto terreno para como para producir todos los que se exportan con ese etiquetado. En la región hay 360 hectáreas dedicadas al melón, y solo se producen 200 toneladas de fruta al año. Sin embargo, se han llegado a mover hasta 60 toneladas diarias de esta fruta gracias a la mencionada importación fuera de temporada.

Como hemos comentado, existen normativas que obligan a que el etiquetado cumpla ciertos requisitos, como indicar el nombre completo del país de origen. Sin embargo, la etiqueta más llamativa y vistosa no suele indicar este nombre en gran tamaño, y el consumidor no suele fijarse. Solo llama la atención cuando uno se percata de que estamos fuera de temporada de melón.

El problema, como sucede ya con otras muchas frutas de temporada, como las mandarinas y naranjas, es la falta de rentabilidad: sale más a cuenta importar fruta externa y publicitarla como autóctona, que cultivarla en terreno patrio. El verdadero melón autóctono de Villaconejos es de menor tamaño, tiene poca corteza y un color más oscuro, de un color menos llamativo pero con mejor sabor. Sin embargo, su recolecta real es a finales de agosto en sus variedades de piel de sapo y mochuelo.