España sigue temiendo a las brujas: el 33% cree que hay personas que lanzan hechizos y maldiciones
Un análisis global sobre la tendencia a creer en lo sobrenatural sitúa a nuestro país como uno de los más supersticiosos de Europa Occidental.
25 noviembre, 2022 02:41Francisco de Goya pintó El Aquelarre hace más de 200 años. Entre las distintas teorías que se barajan para explicar el porqué de la fijación del artista con las brujas, está la crítica hacia una sociedad con tendencia a la superchería y la ignorancia, en la que sus habitantes se dejaban vencer ante el miedo de autoridades como era por aquel entonces la Iglesia. Pues bien, parece ser que, en todo ese tiempo, la inclinación de la población española a creer en brujería ha cambiado, pero no tanto.
Así lo asegura un estudio publicado en Plos One y que ha analizado las creencias en brujería en todo el mundo. Así, España figura como una de las naciones de Europa Occidental en las que más prevalencia hay respecto a este tipo de pensamiento, superada sólo por Portugal (48%) y Grecia (66%).
"El estudio documenta que las creencias en brujería todavía están muy extendidas en todo el mundo", concluye el autor de la investigación, Boris Gershmann, analista de datos en la Universidad de Washington D. C.. Y es que, según su estudio, más del 40% de la población mundial todavía sostiene su fe en estas prácticas.
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Su conclusión se sostiene a través del análisis de datos extraídos de encuestar a más de 140.000 personas de 95 países y territorios de los cinco continentes. En España, concretamente, se hizo a través de una entrevista telefónica a 1.499 individuos que conformaban una muestra representativa del territorio.
Tanto ellos como al resto de participantes, debían contestar a una batería de preguntas, con una clave: "¿Usted cree en el mal de ojo o en que ciertas personas puedan lanzar maldiciones o hechizos que provoquen que sucedan cosas malas a otras personas?". En España, el 33% respondió afirmativamente, como desvela Gershman a EL ESPAÑOL.
"En el caso de España, el porcentaje de creyentes en brujería se acerca al 33%. Esto está por debajo de la media mundial y en la tasa media del conjunto de Europa", valora el autor sobre el caso de nuestro país.
Así, Gershman apunta que, mientras que Suecia (0,9%), Países Bajos (12%) y Alemania (13%) tienen tasas muy bajas, otros países al este y sur de Europa, como Rusia (56%), Grecia (66%) y Letonia (66%) están por encima de la media.
La cima de los creyentes
Según los datos que ha facilitado el autor a este diario, en la cima de los más creyentes se posicionan Marruecos, Túnez y Tanzania, todos ellos con un porcentaje superior al 80%.
"La prevalencia de creencias en brujería está sistemáticamente relacionada con una serie de características culturales, instituciones, psicológicas y socioeconómicas", prosigue Gershmann. Y ¿cuáles son esas particularidades? Según dilucida la investigación, este pensamiento está vinculado a países con instituciones débiles, poca innovación y una cultura anclada en valores antiguos.
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Además, para algunos territorios puede ser un gran problema. Como denuncia Naciones Unidas, en numerosos países del mundo, las creencias y prácticas relacionadas con la brujería han desembocado en graves violaciones de los derechos humanos. Crítico es el caso de los niños brujos de Nigeria, hasta el punto de que en 2007 algunos fueron quemados por ser acusados de estas prácticas.
En el caso de España, afortunadamente, atrás quedan los años de la quema de brujas, aunque estudios como el de Gershmann ponen de manifiesto que la superstición sigue ocupando la mente de gran parte de la población.
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Así lo corroboran investigaciones hechas por investigaciones patrios. Es el caso de la llevada a cabo en 2017 por el antropólogo Pedro Pablo Salvador, que analizó la creencia en el mal de ojo en la provincia de Toledo. "La creencia en el mal de ojo está plenamente vigente en el siglo XXI. Es una patología popular que existe en todos los niveles socioeconómicos. Gente con titulación universitaria cree en el mal de ojo, da igual el nivel de renta, y no es un fenómeno eminentemente rural, sino que se da en el ámbito urbano", detallaba el autor.
Ni pobres ni ancianos
Su conclusión va en la línea de lo que expresa el estudio actual, ya que, aunque sí se identifica una creencia a la brujería entre personas con un nivel educativo más bajo, el trabajo concluye que éstas están presentes en todas las categorías sociodemográficas. Es más, el texto aprecia que "las diferencias entre las medias de los distintos grupos sociodemográficos son relativamente leves".
Como apreciación extra, a diferencia de lo que se tiende a pensar, son las personas jóvenes, de entre 18 y 27 años, las más propensas a creer en brujería, lo que demuestra que esto no es cosa ni de la España de Goya ni del pasado más próximo. Está en la actualidad.
Este mismo año, la enfermera y profesora de Cádiz, María de los Santos Oñate, publicaba Comportamientos de la salud de la Sierra de Cádiz ¿Mitos y creencias?. En su investigación, desgrana que el 73,3% de la población de la zona tiene mitos o creencias sobre la salud. De ese porcentaje, un 70% admitía recurrir a curanderos para tratar algunas enfermedades.