Francisco Domingo, propietario de la Casa del Sombrero, en la calle de la Platería, atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

Francisco Domingo, propietario de la Casa del Sombrero, en la calle de la Platería, atiende a EL ESPAÑOL - Noticias de Castilla y León

Valladolid

Francisco Domingo, el sombrerero de Platerías: "En Semana Santa cada vez hay más turistas de otros continentes"

Ubicado en una de las calles principales en estas fechas tan importantes por la ciudad, el propietario de este peculiar negocio de sombreros nos cuenta cómo vive estos días.

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Valladolid ya huele a incienso. La Semana Santa 2025 ha arrancado y la ciudad del Pisuerga se convierte en uno de los epicentros nacionales de la cultura, la religión, la tradición y el turismo. Fechas marcadas en rojo en el calendario de los vallisoletanos, que con silencio y solemnidad viven estas tan ansiadas fechas.

Son muchas las calles que durante estos días se convertirán en lugares de relevancia, ya sea por icónicas en las imágenes de la Semana Santa o porque allí se encuentra alguna de las iglesias donde se albergan las cofradías pucelanas.

En pleno corazón de Valladolid, muy cerquita de la Plaza Mayor, nos encontramos una de las calles más famosas, importantes y fotografiadas durante la Semana Santa. Justamente, por encontrarse a los pies de una de las iglesias más reconocidas de la ciudad del Pisuerga.

Sobre la calle de la Platería, más conocida popularmente como Platerías, se erige, al fondo, viniendo desde el triángulo que forman las calles Especería, Vicente Moliner y Lonja, la iglesia penitencial de la Santa Vera Cruz que da, a su vez, cobijo a la cofradía de mismo nombre.

Una coqueta vía de nuestra ciudad que durante la Semana Santa adopta, más si cabe, importancia. A los laterales, son muchos los negocios que durante los últimos años han venido experimentando cambios importantes. No obstante, todavía son algunos los tradicionales que resisten en esta también tradicional calle.

Francisco Domingo es uno de los propietarios de estos negocios. En concreto, es el sombrerero de la calle Platerías. Dice la Real Academia Española (RAE) que sombrerero quien hace o vende sombreros. Él, en su caso, los vende.

También es comerciante su familia, ya que además del negocio del que venimos a hablar hoy, regentan otros dos establecimientos en el mismo lado de la calle Platerías. Una floristería, su mujer, y una tienda de productos para animales domésticos, su hija.

Por su parte, Francisco se encarga de llevar la Casa del Sombrero. Un peculiar negocio que recuerda a esos de los de antes, con el aroma más puro del comercio local y próximo. Hasta el punto de que se lleva buena parte de las miradas en fechas como la Semana Santa.

No obstante, para Francisco Domingo estas fechas no suponen tampoco un gran aliciente para su negocio, ya que, según reconoce, "realmente son dos días". Y es que apunta que la Semana Santa no supone un gran impacto económico, dado que el local se cierra durante los días festivos y el fin de semana, a excepción de los domingos.

"Es fantástico para la ciudad, pero lo que nos aporta económicamente no es mucho", añade, aunque reconoce que durante los días que coincide la Semana Santa con la apertura de la Casa del Sombrero, "sí que hay un aumento de ventas".

"Hay mucha gente que se asoma, que se fija y durante esos días aumenta mucho en esta calle la afluencia de turistas, de personas de Valladolid y de otras latitudes", recalca.

Sin ser una persona "muy religiosa", Francisco Domingo reconoce gustarle la Semana Santa, especialmente el "arte que procesiona por toda la ciudad".

Ubicados en una vía clave de Valladolid, Francisco Domingo reconoce ir notando "cada vez más" la presencia de turistas y no solo en Semana Santa, sino que este aumento ya se percibe más allá. "De otras latitudes, incluso de otros países y otros continentes", apunta.

No obstante, su negocio sigue sustentándose por un "70%" por clientela local, de la región o de la provincia, siendo el 30% visitantes extranjeros.

Francisco Domingo lleva liderando este peculiar negocio en plena calle Platerías desde hace 10 años, cuando decidió coger el relevo de una tienda de sombreros previa que únicamente había durado un año.

Preguntado si no le pareció arriesgado, dado el prematuro cierre de su predecesor, Francisco reconoce que sí, pero aclara que la "inversión no fue excesiva" y se muestra muy feliz de haber cometido esta "locura", a la vista de los resultados, ya con una década protegiendo y decorando la cabeza de los vallisoletanos.

Además, subraya que el "99%" de sus clientes son "muy agradecidos", ya que les gusta la "atención personal si lo haces con cariño y profesionalidad", lejos del modelo que impera ahora con grandes cadenas, franquicias o las compras impersonales por Internet.