Toñi Moreno, a reparar la imagen de Dolores Vázquez: "El documental tendría que verse en las universidades"
HBO Max estrena este lunes 'Dolores, la verdad sobre el caso Wanninkhof' en el que la gallega habla por primera vez a una cámara sobre su historia.
23 octubre, 2021 01:27Noticias relacionadas
Cuando el pasado julio HBO Max anunció que, tras más de veinte años de silencio y exilio en Inglaterra, había conseguido en exclusiva el testimonio de Dolores Vázquez para su próximo documental Dolores, la verdad sobre el caso Wanninkhof, hubo muchos que se sorprendieron al ver el nombre de Toñi Moreno como una de sus productoras ejecutivas.
Sin embargo, lo que no sabían es que la periodista había sido primordial para levantar este proyecto, ya que fue ella quién convenció a Loli parar romper su silencio, gracias a que entabló relación con las protagonistas del caso cuando era reportera de Bravo por la tarde, en Canal Sur.
De hecho, aquellos espectadores más avispados del documental de Netflix, El Caso Wannikhof - Carabantes, se habrán fijado como Moreno es una de las reporteras que aparecen cubriendo el caso.
¿Cómo se gesta este documental?
Hace poco se cumplían 20 años del caso y me llamaron muchos compañeros para preguntarme si seguía en contacto con Loli. Yo hacía trece años que no tenía contacto con ella y la llamé para decirle que había gente que quería hablar con ella. Me dijo que si hacía algo, lo haría conmigo porque se siente en confianza. Entonces me senté con Xelo Montesinos (directora general de Unicorn Content) para proponérselo, ya que no perdíamos nada. Subimos a Betanzos y me senté con Dolores para explicarle lo que queríamos hacer.
¿Por qué elegiste Unicorn Content (productora de 'El Programa de Ana Rosa')?
Porque les conozco y sé que tienen una sensibilidad especial para este tipo de casos. Aunque en realidad no sé si los elegí o me eligieron. Conozco a Noemí Redondo, que es la directora, a Xelo Montesinos, a Ana Rosa... Estaba cómo en casa.
¿Costó convencer a Dolores?
¡Claro que costó! Primero porque ella tiene una fobia de los medios de comunicación. El recuerdo que tiene de su detención son 20 cámaras como si fueran disparos. No tenía necesidad de hablar ni de justificarse. Pero, ¿sabes cómo la convencí? Es verdad que no tiene que justificarse, pero hay una generación que está estudiando ahora periodismo y derecho que necesita conocer su historia para que no se vuelva a repetir. De lo que más contenta estoy es que empieza siendo Dolores Vázquez y, cuando se relaja, se conoce a Loli. Y luego es que cuando me encuentro con ella sentí una profunda pena porque era una mujer que se había quedado anclada en ese momento de su vida. Esto le ha servido de catarsis para cerrar puertas y vivir.
¿Y cómo convencistéis a Alicia?
No, yo no. Somos un equipo, básicamente de mujeres, y son ellas las que se encargaron de Alicia. Yo me encargué de la parte que conocía. Creo que hemos hecho un documental muy completo. Me ha gustado que Alicia participara.
¿Aceptó cada una que estuviera la otra?
Hasta el final no se lo dijimos porque no lo sabíamos. Les dijimos que lo estábamos intentando. Ninguna tuvo inconveniente.
¿Qué es lo que más te ha sorprendido al revisar el caso?
Tracé una amistad con Loli después de que saliera de la cárcel, pero nunca me habló de ello. Se ha abierto mucho, como con su vida privada, de la que siempre ha sido muy reservada. Por eso llevó tan mal de su sexualidad. Le dije que tenía que hablar porque fue el móvil del crimen. Me ha sorprendido conocerla un poco mejor. Es verdad que está enfadada con la justicia, con los investigadores, pero hay un punto que me ha gustado: a Alicia no le guarda ningún rencor. Hay un punto del cariño de tantos años. Las dos son víctimas.
Sorprende mucho cómo Alicia no tiene problemas en hablar de su enamoramiento y que Dolores no lo reconozca...
¡Pero eso son prejuicios tuyos también! Este caso está lleno de prejuicios. Como Loli tenía un aspecto más frío, más calculador, más varonil, una cosa que no deja de ser despectiva, pero era moderna, era ejecutiva, se supone que tenía que aceptar su sexualidad. Y la otra mujer que era una señora que limpiaba casas, pues no. Hay un momento que no sale en el documental que le pregunto por qué no acepta su homosexualidad y ella me dice que por qué hay que poner etiquetas. Está en su derecho y no querer hablar de ello porque le pertenece. En cuanto a Alicia, lo vivía de una manera más natural, la ví hablar como nadie hablaba en 1999.
¿Cuánta culpa tuvieron los medios de comunicación?
Tuvimos. Fue una cadena de todo, todas las piezas fueron encajando. Hubo una investigación nefasta con muchas lagunas, un juez instructor que la mandó a prisión, los medios que dimos una imagen de Loli como un monstruo por lo que el jurado ya la tenía condenada... Y ella porque también se equivocó en la actitud. Todos nos equivocamos y ella fue la víctima.
En el documental se ve un momento en el que hay un periodista que le dice a su abogado que le iban a molestar hasta que hablara...
Siempre ha habido estilos en todas las profesiones. Yo no me identifico con esa forma de trabajar.
De hecho fuiste de esas periodistas que decidió conocer a Dolores...
Yo la conocí, pero no fui la única. Ella no quería sentarse y dar espectáculo porque no es su manera de ser. Y una vez que tuvo la absolución, sintió que no necesitaba más. Ella no entró en el juego mediático, en los platós... No le jugó una buena pasada. La estamos conociendo 20 años después.
Cuando se anunció el documental, muchos se sorprendieron de que fueras la productora ejecutiva. ¿Sientes que a la gente de la televisión se les mira con cierto desdén?
Me siento bien tratada. Hay gente que no sabe mi pasada, pero tengo 48 años y mis primeros años fueron como reportera de sucesos. Puede ser que nadie sepa que cubrí ese caso, pero yo soy periodista y me gusta contar historias. Y si mañana tengo que hacer entretenimiento, también me lo paso bien. Dolores ha sido un regalo, es periodismo puro y duro. Voy a estar orgullosa de haberle dado su documental. Este documental tendría que verse en las universidades de periodismo y derecho. Aquí se equivocó hasta el ministro. Lo demás no me preocupa. Me preocupa que el trabajo esté bien hecho. Acepto las criticas. Soy muy activa en redes y, cuando entras ahí, tienes que saber que hay que encajar los palos.
¿Dolores abre la puerta a que te veamos produciendo más documentales?
Yo voy siempre con una libreta. Tengo 20 millones de documentales y 20 millones de programas, pero me los tienen que comprar. Ya le he dicho a Xelo Montesinos de hacer más cosas. Pero es complicado desde que tienes una idea hasta que se materializa. Aquí si no hubiéramos tenido a Dolores Vázquez, no hubiera salido.
Compañeros tuyos como Carme Chaparro, Sandra Barneda o David Cantero se han lanzado a literatura. ¿Tienes tú esa inquietud?
Tengo anotaciones. Me gusta estudiar el tema de las pasiones históricas, pero también depende de la agenda y tengo cosas pendientes que me van a ocupar tiempo. Y luego tengo una hija y soy madre soltera. La he tenido mayor para disfrutarla, no para dejarla. Quiero equilibrar mi vida.