Cada vez, con más frecuencia en edades tempranas se describen situaciones de ansiedad, desánimo y pesimismo. En concreto, se calcula que los trastornos de salud mental infanto-juvenil se han multiplicado por tres tras la pandemia, y se estima que 1 de cada 5 niños y adolescentes sufre algún problema de salud mental  en cualquiera de sus formas: TDAH, Trastornos conducta alimentaria, trastornos afectivos, de personalidad, derivados de acoso, del uso de pantallas, de adicciones, de ideación suicida…

Ante esta situación la sociedad en su conjunto no podemos permanecer impasibles y debemos preguntarnos ¿qué está fallando? y ¿qué podemos hacer? Por ese motivo desde VOX interpelamos recientemente al consejero de sanidad del Gobierno de Aragón, para que diera cuenta de su política respecto a la salud mental en los niños y adolescentes de Aragón. 

Durante esa interpelación nos hicimos eco de una carta anónima que había llegado a la Justicia. Y a la que se refirió el 19 de febrero en la Jornada de Salud Mental Infanto-Juvenil, organizada por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Zaragoza, como la “Carta de una madre destrozada”.  En la misma, esa madre, narraba cómo su hijo “había decidido irse”, que nunca se le habría pasado por la cabeza que su hijo pudiese hacer algo así y que echaban de menos haber tenido información para poder haberlo detectado o prevenido.

Desgraciadamente, este no es un caso aislado. Apuntaba la Justicia, que en Aragón se registran de 7 a 9 intentos de suicido todos los días. Con dos grupos de edad especialmente afectados, sensibles, como son los adolescentes y las personas mayores. Y que todos los días hay que lamentar entre 7 a 10 suicidios consumados en España. Entre 7 a 10 familias destrozadas.

El papel de la familia y de la escuela

Cuando hablamos de salud lo más importante es su promoción y la prevención de la enfermedad. Y al referirnos a la edad infantojuvenil necesariamente debemos poner en valor el importante papel que la familia y la escuela desempeña.

En VOX consideramos que las familias deben ser el centro de todas las políticas públicas, el pilar fundamental de una sociedad próspera y libre. Es en la familia donde se comienza a formar el carácter de las personas. Donde los niños se tienen que sentir queridos, aceptados. Y donde se le debe comenzar a formar en valores como el respeto, la gratitud, la responsabilidad, la autoestima, entre otros.

Y otro tanto podemos decir de la contribución de la escuela en la formación y en la socialización del menor.

¿Reciben suficiente información y apoyo las familias, especialmente las que cuentan con niños con problemas de salud mental? ¿Se trabaja lo suficiente en formar al profesorado? ¿En detectar situaciones de riesgo? 

Recursos asistenciales

Cuando se detecta que algo no va bien, llega la necesidad de realizar una confirmación diagnóstica. Y ahí juega un papel clave el servicio de pediatría. Un servicio que, como toda la Atención primaria, está desbordado en muchos centros. Y tiene que suplir la falta de tiempo con profesionalidad para poder dirigir los posibles casos a los dispositivos de Salud mental infanto-juvenil de Aragón.

Y aquí nos encontramos con la cruda realidad de la atención infantojuvenil en Aragón.

Porque, ¿cómo se puede aceptar que en la Unidad de Salud Mental Infanto-Juvenil del Centro Médico Inocencio Jiménez en el sector III haya sólo una psicóloga clínica para 53.000 potenciales usuarios?

Estamos hablando de una ratio de 1,87 Psicólogo Clínico por 100.000 habitantes, muy lejos de la media española de 6 /100.000 habitantes. Y no digamos de la europea de 18 por cada 100.000. Es decir, 10 veces menos que la media europea.

O que exista un único Hospital de Día Infanto-juvenil concretamente en el Sector Zaragoza I (Parque Goya) con una gran lista de espera para atender a toda la población infanto-juvenil de Aragón. O que todavía no se disponga de un dispositivo residencial de hospitalización de media-larga estancia también en la edad infanto-juvenil. Una promesa fallida por las anteriores consejerías desde hace años. 

O que, la mermada Unidad de Trastornos de Conducta Alimentaria del Clínico (único dispositivo de estas características en Aragón para menores de 18 años), no cuente con un Hospital de día para estas pacientes pese al incremento sustancial de estos procesos entre nuestras jóvenes. 

Evidentemente, hay una necesidad de dimensionar las plantillas para garantizar una asistencia de calidad y equitativa. No se trata sólo del escaso número de profesionales, por ejemplo, de psicología clínica. Se trata de la desigual presencia en cada sector sanitario. Por eso, desde VOX consideramos urgente dotar de forma adecuada las unidades de salud mental Infanto-juvenil de cada sector con personal de psicología clínica, enfermería de salud mental y trabajo social.

Consideramos también necesaria la apertura de más Hospitales de Día/Centro de Día, por cada sector. Especialmente prioritarios en Sector II y III, al ser los más poblados. Pero igualmente en cada provincia. ¡Qué menos que un Centro de día en cada provincia! Y también abrir un Hospital de Día para pacientes de Trastornos de Conducta Alimentaria, con el equipo indispensable.  

¿Que no hay profesionales para reforzar las plantillas? Y menos que habrá si no se mejoran sus condiciones de trabajo.

Más allá de factores sociales y culturales, a los que no nos hemos referido por quedar más lejanos del ámbito de actuación de la administración autonómica, en VOX reclamamos más apoyo a las familias, a la formación del profesorado y una mayor inversión en recursos asistenciales, especialmente para dotar de forma correcta todas las unidades de salud mental infanto-juvenil.

Nos jugamos nuestro futuro, que es el de nuestros hijos.