
Vista aérea de Zaragoza. westend61
De un estadio portátil a un hotel 'lego': Zaragoza se une a la revolucionaria moda de los edificios de 'quita y pon'
El mundo de la construcción ha sido testigo de una transformación radical gracias a la incorporación de técnicas más económicas y sostenibles.
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Zaragoza es una ciudad con una arquitectura diversa que refleja cada etapa histórica que ha vivido la capital de Aragón. Aunque, en los últimos tiempos, la concepción tradicional de como se construye un edificio parece haberse quedado pasada de moda. Ahora, el ladrillo y el cemento están siendo sustituidos por otros elementos que permiten un montaje más rápido y sencillo, que dan lugar a edificaciones que recuerdan a juegos de la infancia como 'Lego'.
Y, es que, el mundo de la construcción ha sido testigo de una transformación radical gracias a la incorporación de técnicas más económicas y sostenibles. Uno de los conceptos que ha cobrado relevancia en este proceso es el de los edificios portátiles o desmontables.
Sin embargo, este término, aunque utilizado frecuentemente, no refleja con total precisión lo que está sucediendo. En palabras de Roberto Gascón, secretario de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón, el cambio es más bien un paso hacia la industrialización del sector, donde los edificios se fabrican utilizando componentes prefabricados que permiten su montaje y desmontaje con gran rapidez.
De lo tradicional a lo prefabricado
Hasta hace pocos años, según señala Gascón, la construcción de edificios seguía siendo un proceso muy tradicional, que implicaba levantar "ladrillo tras ladrillo". Sin embargo, con el aumento de los precios de los materiales y la mano de obra, la industria de la construcción ha comenzado a apostar por soluciones más eficientes.

Un piso del nuevo hotel que se está construyendo en el centro de Zaragoza. E.E Zaragoza
En lugar de construir un bloque de viviendas durante dos años, "ahora se busca reducir ese tiempo a tan solo seis meses gracias a la utilización de sistemas de prefabricación", explica.
Estos avances no son nuevos, de hecho grandes arquitectos como Félix Navarro Lafuente ya comenzaron a esbozar este tipo de arte "efímera" durante el siglo pasado. Así lo confirma Jesús Martínez, doctor en Historia del Arte, quién asegura que este profesional zaragozano "siempre fue muy inquieto".
Vivió en Estados Unidos y participó en la Exposición Universal de 1889, cuando se construyó la famosa Torre Eiffel, "algo que le impactó profundamente". Fue entonces cuando se dio cuenta de que, al utilizar hierro en la construcción, no solo se evitaban los riesgos de incendios—algo muy relevante en una época en que las lámparas eran de aceite— "sino que también se podrían construir edificios mucho más altos, más anchos y más económicos", apunta el historiador.
Además, destaca que el hierro permitió el uso de piezas prefabricadas, lo que simplificó y aceleró los procesos de edificación.
En sus primeras experiencias, como la construcción de un teatro de verano en lo que entonces eran las afueras de la ciudad (ahora es los inicios del paseo Independencia), el arquitecto comenzó a poner en práctica estas innovaciones. "El teatro Pignatelli estaba pensado para ser desmontado después de unos pocos años. Su objetivo no era tanto preocuparse por el destino final de las piezas, sino construir algo funcional y económico para un tiempo determinado", señala Martínez.
Aunque su visión no contemplaba la durabilidad a largo plazo, la importancia histórica de estas construcciones perduró. "El Mercado Central de Zaragoza, que también es de este arquitecto, sigue en pie después de más de 100 años", añade, destacando la resiliencia de estas estructuras.
Sobre la actual tendencia de edificios portátiles y desmontables, Martinez asegura que "no es una novedad", ya que la arquitectura prefabricada y desmontable tiene sus raíces en la época industrial, "allá por finales del siglo XIX", explica.

El edificio CREA, otro ejemplo de arquitectura 'portátil'. E.E Zaragoza
Y, en los últimos años, se ha observado un impulso claro hacia esta industrialización. En Zaragoza, varios promotores han adoptado estas nuevas técnicas, y ya es común ver en las obras grúas colocadas para montar paneles prefabricados, en lugar de trabajadores construyendo con los materiales de toda la vida.
Este cambio no solo está optimizando los tiempos de construcción, sino que también está contribuyendo a reducir el impacto ambiental de los edificios, un factor clave en la arquitectura contemporánea.
Casas Móviles y Arquitectura Efímera
Aunque los avances en la construcción industrializada son notables, los edificios desmontables o "móviles" han existido por décadas, y su impacto está siendo cada vez más reconocido. "Estas casas móviles, o mobile homes, se construyen utilizando contenedores marítimos, unidades de entre 12 y 34 pies, lo que facilita su transporte por carretera, tren y otros medios", explica el secretario de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.
Una vez construidas en fábricas, estos módulos se trasladan al lugar definitivo, donde se ensamblan y se terminan con las instalaciones necesarias para su uso.
Las casas móviles pueden ser fijas o desmontables, dependiendo de las necesidades del proyecto. Algunos ejemplos de este tipo de construcción son los destinados a eventos temporales, como los galpones para estadios deportivos, que pueden ser montados y desmontados en cuestión de días. En Zaragoza, un ejemplo de esta arquitectura desmontable es el del futuro estadio del Parking Norte.
La sostenibilidad como motor del cambio
Más allá de la rapidez y la flexibilidad, uno de los principales motores de esta revolución en la construcción es la sostenibilidad. "Los edificios portátiles o desmontables permiten reducir la huella de carbono de las construcciones tradicionales", asegura Gascón.

Recreación del estadio modular en parking Norte, otro ejemplo de edificios de 'quita y pon'. Zaragoza
Al poder desmontar y reubicar estos edificios, se promueve la circularidad de los materiales y se minimiza la necesidad de nuevas construcciones que impliquen una mayor explotación de recursos.
El concepto de "hacer arquitectura para siempre" ha quedado obsoleto en muchos casos, dando paso a modelos más responsables con el medio ambiente. La creación de espacios modulares y desmontables ofrece la oportunidad de construir de manera más eficiente y, a su vez, "de hacer un uso más responsable de los recursos", agrega Gascón.
El futuro de la construcción en Zaragoza
En Zaragoza, aunque no existen estadísticas claras sobre el número de edificios desmontables o industrializados que se han construido en los últimos años, se puede observar una clara tendencia hacia la adopción de estos modelos. Gascón pone de ejemplo a empresas como LOBE, "que están liderando esta transformación, apostando por la industrialización en sus proyectos más recientes".
Aunque los edificios desmontables aún son relativamente escasos en Zaragoza, sí existen ejemplos notables de este tipo de construcciones. Un ejemplo claro es el de la escuela infantil en Parque Venecia que, "aunque no está construida con módulos que se puedan desmontar fácilmente, sí se ajusta a la idea de utilizar módulos industrializados que permiten la flexibilidad de reubicación si fuera necesario", señala el secretario de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón.
Otro edificio también muy conocido es el CREA, que se construyó para la Expo de 1992 en Sevilla, donde Aragón, a través de un concurso de ideas, encargó su diseño al arquitecto zaragozano José Manuel Pérez La Torre. El concepto era claro: un pabellón que no solo impresionara por su diseño, sino que también fuera desmontable en un 70%, lo que permitía que gran parte de la estructura fuera aprovechada después de la exposición.
Este tipo de arquitectura, que antes parecía futurista, ya es una realidad palpable, y su crecimiento en los próximos años dependerá de cómo la industria y las autoridades locales continúen apoyando su desarrollo.