El truco para que los plátanos estén en su punto más tiempo: ralentiza el proceso de maduración

El plátano es uno de los alimentos más completos que existen. Fácil de transportar, sabroso y muy versátil, es una de las frutas más consumidas de todo el mundo. En el caso de España, se trata de la segunda fruta fresca más consumida con 11,75 kilogramos por habitante al año, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, siendo tan sólo superado por la naranja. 

Además de su increíble sabor, el plátano es un alimento muy saludable para nuestro organismo: contiene una buena cantidad de carbohidratos, agua, fibra y antioxidantes, pero pocas proteínas y ninguna grasa. Según la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, un plátano mediano (de unos 126 gramos) contiene: 110 calorías, 1 gramo de proteína, 30 gramos de carbohidratos, 3 gramos de fibra y 0 de grasas. 

Una de las propiedades más curiosas de esta fruta es que está llena de potasio, un mineral clave para nuestra salud cardíaca. Tal y como explican desde la página médica WebMD, el potasio contiene un electrolito vital que transporta una pequeña carga que hace que las células nerviosas envíen señales para que el corazón lata con regularidad y los músculos se contraigan.

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Otro de los beneficios que tiene el consumo de plátanos es la mejora de la salud digestiva. Y es que esta fruta contiene un tipo de fibra que se llama pectina, que puede contribuir a controlar la rapidez con la que se digieren los hidratos de carbono. Por otro lado, también puede ser útil para controlar la diabetes. En este sentido, a pesar de que cada pieza mediana contiene unos 19 gramos de azúcar, los plátanos tienen un índice glucémico bajo de 51. 

Cómo conservar los plátanos

Uno de los grandes problemas que nos encontramos al comprar plátanos es que el precioso amarillo inicial se vuelve rápidamente en un marrón oscuro si no los consumimos rápidamente. Y aunque es completamente seguro consumirlo así, para muchas personas puede ser desagradable, especialmente porque se ablanda en exceso. Sin embargo, es posible ralentizar este proceso. 

Uno de los mejores trucos es envolver los tallos con un film de plástico o papel de aluminio. Y es que cuando los plátanos maduran, sus tallos liberan un gas llamado etileno y cuando se propaga al resto de la fruta, es lo que hace que madura rápidamente. Al recubrir los tallos, estos contienen el gas etileno, lo que ayuda a que la fruta pueda mantenerse más tiempo fresca y retrasar la maduración excesiva. 

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Otra cuestión adicional es evitar comprar plátanos en bolsas de plástico o retirarlas una vez llegamos a casa. Cuando se almacena en una bolsa, atrapamos el gas etileno, lo que aumenta rápidamente la maduración. En todo caso, es importante mantener los plátanos alejados de la luz solar directa, ya que el calor del sol es otro factor que propicia la maduración. El lugar ideal para almacenar un plátano es en un espacio fresco y seco, donde pueda madurar a temperatura ambiente. 

Si aun así se nos han puesto muy marrones, una buena opción puede ser congelarlos. Por ejemplo, podemos licuar el plátano y utilizarlo como base de un batido o directamente para crear una especie de helado. También podemos cortarlos en rodajas y ponerlas en una bandeja antes de meterlas en el congelador. De esta manera, evitaremos que las rodajas se peguen y formen una masa.