La magia de la naturaleza burgalesa: conocer Burgos a través de sus cascadas

Burgos tiene mucho que ofrecer: patrimonio cultural, gastronomía, vinos… y, por supuesto, unos paisajes naturales que sorprenden por su variedad y majestuosidad. Casi una cuarta parte del territorio provincial está integrado en la Red Natura 2000, una figura de especial protección de la diversidad creada por la Unión Europea para la conservación de la naturaleza. Dentro de estos entornos naturales destacan las cascadas. 

A lo largo de los años, la fuerza del agua ha ido moldeando a su antojo el relieve hasta crear impresionantes escenarios por los que se desploma el agua ofreciendo al visitante un espectáculo magnífico. Si quieres disfrutar de ellas en todo su esplendor, te aconsejamos visitarlas tras un periodo de lluvia o en época de deshielo. Te animamos a descubrir seis cascadas que no te puedes perder. No te arrepentirás.

Para no perderte ninguna de ellas, Burgos Origen y Destino ha elaborado una pequeña guía con 6 cascadas situadas en Burgos que merece la pena descubrir. Entre ellas encontraremos cascadas ubicadas en diferentes zonas de la provincia y con características muy dispares, desde la más famosa hasta la más desconocida y singular.

 El salto del Nervión, la cascada más alta

Gracias a sus más de 200 metros de altura, el salto del Nervión se posiciona como el más alto de la provincia de Burgos y también de toda la Península Ibérica. Se encuentra en Berberana, municipio situado al norte de la provincia burgalesa, concretamente en el Monumento Natural del Monte Santiago.

Cada año, miles de personas visitan el salto del Nervión para disfrutar de la naturaleza que lo rodea y las impresionantes vistas que ofrece su mirador, aunque también podemos deleitarnos con su belleza desde la parte final del salto, donde el agua choca contra las rocas de las montañas. 

Se recomienda su visita en época de lluvia o de deshielo, cuando su caudal es mayor, para poder contemplar la caída del agua con forma de cola de caballo, un fenómeno natural que cautiva a todos sus espectadores. 

Cascada de la Salceda, la más singular

Esta cascada es una de las más especiales de la provincia de Burgos, tanto por su caudal como por su belleza singular. Está situada en el Valle de Sotoscueva y es la culminación de un conjunto de cascadas que se precipitan por las laderas de los montes de Somo.

La cascada de la Salceda tiene 30 metros de altura y es una de las pocas que tiene agua durante todo el año. Podemos llegar hasta ella a través de una pequeña ruta de senderismo entre árboles de todo tipo, como hayas centenarias, robles, abedules, serbales, mostajos y acebos. Además, durante la ruta también se pueden ver otros saltos de agua. 

Cascadas del río Molinar, las de mayor recorrido

Las cascadas del río Molinar están situadas en el pueblo de Tobera. Este, a su vez, está ubicado en el Parque Natural de Montes Obarenes, a la entrada del desfiladero del río Molinar, cuya corriente de agua atraviesa el pueblo formando innumerables saltos que tradicionalmente han sido aprovechados para mover molinos y batanes. 

Aquellos que visiten este pueblo pueden hacer la famosa ‘Ruta de las cascadas’. Siguiendo el recorrido del río podrán pasar por los diversos saltos de agua que hay por la zona y así contemplar su belleza mientras disfrutan del relajante sonido del agua. 

Cascada de Neila, la más sorprendente

En el Parque Natural de Las Lagunas de Neila, un impresionante conjunto de lagunas de origen glaciar situado entre los picos de Urbión y la extensa Sierra de la Demanda, se encuentra la Laguna de la Cascada. 

La peculiaridad de este salto de agua reside en lo cambiante de su aspecto, dado que, dependiendo de la estación, podemos encontrarnos una cascada completamente diferente. Por ejemplo, en los meses más fríos, se congela por completo, formando una impresionante cascada helada. 

Cascadas de Altuzarra, las más desconocidas

Las cascadas de Altuzarra están situadas en pleno corazón de la Sierra de la Demanda burgalesa, justo en el descenso del arroyo de Altuzarra, y son uno de los secretos mejor guardados de la provincia de Burgos. 

En este lugar los senderistas pueden hacer una pequeña ruta donde encontrarán tres cascadas de diferentes tamaños. El salto más pequeño, Salto Chico, tiene tan solo 12 metros de altura, el Salto Medio, 28 metros, y la cascada más alta del conjunto, el Doble Salto, cuenta con 34 metros de altura, dado que se trata de una doble cascada enclavada entre las rocas. 

Cascada de Orbaneja del Castillo, la más famosa

Tal y como su nombre indica, esta conocida cascada surge en el pueblo de Orbaneja del Castillo, concretamente en la Cueva del Agua. El agua, que proviene de la montaña, se almacena en la cueva hasta que, finalmente, se precipita entre las fisuras de la roca y recorre unos 25 metros, dividiendo el casco urbano del pueblo en dos partes y llegando a formar más cascadas hasta desembocar en el río Ebro. El rumor y el paisaje del agua, junto con la vegetación del entorno, hacen de esta localización un lugar idóneo para sentirnos como si estuviéramos en un cuento.

En definitiva, estas seis cascadas de Burgos se convierten en un destino turístico idóneo para los amantes del senderismo y los paisajes naturales. Seis opciones para alejarnos de la ciudad y disfrutar del aire puro que ofrece la naturaleza.