Alejandro, el hijo adolescente del hombre que quedó vegetal tras 80 minutos sin oxígeno: "Le hablo aunque no me conteste"
Joaquín Perales, letrado de la víctima de esta supuesta negligencia médica, reclama la suma de 2.054.831 euros al Servicio Andaluz de Salud.
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Todas las semanas, Alejandro, desde las ocho y media de la mañana hasta la una del mediodía, enlaza un autobús con otro desde Estepona a Marbella, pasando por Málaga, hasta llegar al Hospital San Rafael de Granada, para ver a su padre: David. En cada visita, se repite la historia para este adolescente que llega cargado de ilusión y dispuesto a no parar de hablar con su progenitor, a pesar de que no obtendrá respuesta de David porque su padre se encuentra en estado vegetativo, tras someterse a una intervención quirúrgica en la que su cerebro se quedó sin oxígeno.
"No puedo aguantar la situación en la que se encuentra mi padre y creo que ninguna persona podría soportarla. Se trata de mi padre, la persona a la que siempre pedía consejo, la persona a la que siempre pedía ayuda para cualquier cosa, la persona a la que admiraba y mi modelo a seguir", según reflexiona Alejandro – Álex para sus amigos- demostrando una gran madurez a sus 18 años.
De hecho, este adolescente, un estudiante destacado que acabó Bachillerato con una media de sobresaliente y que sacó un 12 sobre 15 en la temida EBAU, la antigua prueba de selectividad, no ha dudado en ponerse a trabajar como camarero en un hotel, para ayudar a su madre, ante el varapalo que ha sufrido la economía familiar por la hospitalización de su padre, cuyo caso centra una reclamación patrimonial contra el Servicio Andaluz de Salud por 2.054.831 euros.
"No sé qué indemnización se pide en un caso así. Yo me pregunto cuánto vale para el Servicio Andaluz de Salud un padre que tenía toda la vida por delante y cómo pagarán a sus hijos los planes de futuro que teníamos con él, pero que no podremos hacer", subraya Álex, con preguntas tan lapidarias como la única certeza que tiene desde que su adolescencia quedó truncada el lunes 27 de noviembre de 2023, cuando su padre salió del quirófano directo a la UCI. "Una persona a la que operan del corazón, no termina como un vegetal: aquí se ha cometido una negligencia médica".
Álex no se quita de la cabeza el fin de semana previo a la intervención quirúrgica que dejó a David con una discapacidad del 95%. "Mi padre estaba perfecto". Aquel finde, este adolescente, junto a su hermana, Daniela, se fueron a La Zubia, para estar con su progenitor del viernes 24 al domingo 26 de noviembre, como venían haciendo desde que sus padres se habían separado. "Era una persona que llevaba una vida sana, no fumaba, tenía su propio gimnasio en casa y solía salir a correr o a caminar por el campo". David era consultor ejecutivo de una empresa que trabaja para compañías de telefonía, con dos únicos vicios tras rebasar los cuarenta: montar su Harley Davidson y tomarse una caña con una tapa, el santo y seña de la hostelería granadina. "Se bebía alguna cerveza cuando tapeaba".
- ¿Aquel fin de semana su padre se quejó con ustedes de algún problema de salud?
- No. Mi padre estaba como siempre. Lo pasamos genial. Estuvimos tapeando por La Zubia, hablando de todo y viendo películas. Era una de las aficiones que teníamos, ver juntos películas de terror porque mi padre le solía poner motes a los personajes y al final se convertía en una comedia.
La tarde del domingo 26 de noviembre de 2023, Álex y Daniela se despidieron de su padre sin saber que esa sería la última vez que le verían sonreír, ya que posteriormente, David empezó a sentirse indispuesto y acudió al Centro de Salud de La Zubia. De allí lo derivaron al Parque Tecnológico de la Salud (PTS) y acabó ingresado en el Hospital Virgen de las Nieves tras detectarle un ictus que derivó en una disección aórtica. "Para no preocuparnos no nos dijo nada ni a mi hermana ni mí".
- ¿Cómo se enteró del ingreso de su padre?
- El lunes 27 de noviembre tuve un examen de Química que me salió mal y le escribí por WhatsApp porque estaba agobiado. Mi padre era la persona con la que más trato tenía porque era como un amigo. Siempre tenía el consejo perfecto para darte. Me quedé en shock cuando me dijo que ese día le iban a operar. Me sorprende que a una persona con sus hábitos de vida saludables le haya ocurrido esto.
Álex corrobora sus palabras aportando a este diario las capturas con la última conversación que mantuvo con su padre, tan solo unas horas antes de entrar al quirófano del Hospital Virgen de las Nieves de Granada:
- Álex: Me ha salido como el culo el examen. Te puedo decir que creo que he suspendido. Me he liado con mil tonterías. Estoy superagobiado con la nota para la universidad. ¡Qué rabia!
- David: Haz lo que puedas y eso ya vendrá. Yo llevo toda la noche en el hospital.
- Álex: ¡Hostia! ¿Qué te pasa?
-David: Ayer fui a pasear después de que os fuerais y me dio un pinchazo en la espalda. Y no saben de lo que es. Yo creo que es un tirón y ya está, pero aquí me tienen, haciéndome miles de pruebas.
- Álex: ¿Qué puede ser?
- David: Pues eso, pero tenía la tensión alta y me están haciendo cosas para descartar el corazón.
- Álex: ¿Qué tiene que ver la espalda con eso?
-David: Porque me dolía la espalda y se extendió a la parte delantera, supongo.
- Álex: Joder papá, ¿cuándo te dan los resultados?
-David: Me van a operar que tengo una cosa en el corazón. Ya os aviso.
- Álex: ¿Qué? ¿Ahora? Papá, respóndeme por favor.
Pero no hubo respuesta. Aquel lunes 27 de noviembre, Alejandro, salió de su clase de Segundo de Bachillerato rumbo al Hospital Virgen de las Nieves, para recibir una noticia terrible que le hizo madurar a la fuerza. "Los médicos dijeron que la operación había salido bien, pero no escuché que dijeran nada del problema neurológico que había sufrido mi padre hasta que le llevaron a la UCI", tal y como lamenta Álex. "Entonces, pude ver la imagen de un TAC que le hicieron con muchas zonas del cerebro sin riesgo sanguíneo".
Miguel, el padre de David, denuncia que el cerebro de su hijo estuvo "80 minutos sin recibir oxígeno". Su nieto, Alejandro, apoya a su abuelo: "La imagen negra que vi del cerebro de mi padre no es de haber estado unos segunditos sin oxígeno". De momento, el informe forense que ha presentado junto a la reclamación patrimonial el abogado Joaquín Perales, encargado de representar a la familia ante el Servicio Andaluz de Salud, expone que el paciente sufrió "múltiples infartos cerebrales" a lo largo de la operación del 27 de noviembre:
"Durante este periodo, el paciente sufrió una hipoperfusión cerebral que no se detectó a lo largo de la cirugía y que se debió bien a un error del profesional perfusionista, o bien a un error del anestesista que no detectó fallo en las constantes vitales del paciente, lo que provocó que se produjeran múltiples infartos cerebrales confirmados mediante TAC craneal, debidos a dicha hipoperfusión cerebral".
- ¿Cómo afronta el estado vegetativo que sufre su padre?
- Alejandro: Voy con altibajos. Las primeras veces que fui a visitarle al hospital, le pedía, por favor, que tenía que levantarse, que tenía que seguir dándome consejos, que teníamos que seguir haciendo cosas juntos... Mi padre era el mejor en su trabajo, todo el mundo le llamaba para pedirle consejo y solucionar problemas. Mi padre era mi modelo a seguir y sigo todos sus consejos. Me decía que fuese responsable, que estudiase, que fuese capaz de no depender de nadie y que no dejase de ser buena persona.
Por ese motivo, Álex ha decidido dejar aparcado hasta el próximo curso, su sueño de matricularse en un doble grado de Económicas y Dirección de Empresas, para disponer de tiempo para trabajar, para ayudar económicamente a su madre, y a sus abuelos, en los cuidados que a diario le brindan a su padre en el Hospital San Rafael. "Todas las semanas estoy tres o cuatro días con mi padre". Todo ello, mientras se resuelve la reclamación patrimonial, por la que piden más de 2 millones de euros al SAS, para ingresar a David en una residencia especializada para mejorar su situación.
- Debe ser muy duro cada vez que acude al Hospital San Rafael a pasar el día con su padre...
- Alejandro: Yo le hablo aunque no me conteste. Le pongo al día de todas las cosas que le gustan, le hablo del Sevilla porque es su equipo de fútbol favorito, le cuento cosas del campeonato de Moto GP, le gasto bromas y le pongo al día de todo lo que estoy haciendo.
- ¿Su padre ha reaccionado alguna vez a algo que usted le ha dicho durante sus visitas?
- Las últimas visitas están siendo complicadas porque se pone muy nervioso. Tuvo un momento de lucidez y me dijo que no quería perderse mi adolescencia. Yo intentaba tranquilizarle. Fue muy duro.
El resto del tiempo, David, aquel ávido lector de libros de historia, no habla o solo dice cosas sin sentido, como que debe cambiar la rueda de un tren que ha pinchado. Este padre de dos hijos cumplirá 45 años postrado en una cama, dependiendo de los demás para comer, asearse y vestirse, según el abogado de la familia, Joaquín Perales, "por culpa de una mala praxis durante una cirugía cardiaca emergente".
Álex cede a EL ESPAÑOL fotos suyas con su padre, antes de ser hospitalizado, para poner imagen al hombre que ha sufrido un tremendo varapalo sanitario que le ha arruinado toda la vida. "En mi último cumpleaños me dio una sorpresa y me regaló una moto", recuerda con cariño. "Yo le solía decir que le iba a quitar su Harley Davidson". También planeaban salir juntos algún día de ruta por la carretera, cuando Álex tuviese una moto de mayor cilindrada, pero eso ya no será posible.
Ahora la rutina de este joven, como la de sus abuelos, consiste en organizar su semana para turnarse en el Hospital San Rafael, para cuidar a diario a David, desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche, rezando para que las terapias que están pagando de su bolsillo obren un milagro: fisioterapia, logopedia, sesiones de neurología...
"Mis abuelos son personas mayores y en algún momento me tocará a mí, hacerme cargo de mi padre todo el tiempo", según vaticina este joven, a sus 18 años, consciente de que su adolescencia ya está condicionada por esta batalla legal con el Servicio Andaluz de Salud. "Todo lo que consigamos con esta reclamación patrimonial será para que mi padre mejore su situación. Me encantaría escucharle decir que está orgulloso de mí".