La guerra de Daniel Esteve de Desokupa contra Llados: "Te voy a poner a hacer burpees de los míos"
A través de sus redes sociales el líder de la empresa Desokupa arremete contra el influencer y desvela que su 'filosofía fitness' es una trampa.
4 junio, 2024 02:39El dueño de la empresa Desokupa, Daniel Esteve, ha declarado la guerra al 'influencer' Amadeo Llados (32), conocido, entre otras cosas, por cobrar 1.000 euros por hacer 'burpees' en sus clases motivacionales, lo cual, para Esteve, no sería más que una manera de captar jóvenes para envolverlos y estafarlos dejándolos vulnerables.
A través de sus diferentes canales en redes sociales, Esteve relató que hace unos días la madre de un joven que era seguidor de Llados le contó que el joven había supuestamente caído en sus redes, y se comunicó con él en búsqueda de ayuda.
Según cuenta Esteve, el célebre 'tiktoker' manipuló al joven hasta al punto dejarlo muy vulnerable. Lo alejó de su familia y amigos, se quedó arruinado económicamente, perdió 13 kilos porque casi ni dormía y tuvo dos tentativas de suicidio, explicó el líder de Desokupa. Es por ello que ha decidido interponer una denuncia contra el 'influencer', con el fin de que deje de influenciar en su público.
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Esteve explica que también ha sido contactado por otras supuestas víctimas de Llados que han relatado malas experiencias similares, por lo que ha decidido salir en defensa de ellos jurídicamente y plantarle cara al 'influencer'.
"Te voy a poner yo a ti a hacer 'burpees' de los míos, pedazo de estafador", dijo Esteve en un vídeo en sus redes sociales, declarando la guerra a Llados. También adelantó que con la ayuda de dos psicólogas y un perito jucidial luchará por defender a las personas que se han recurrido a pedirle ayuda porque son vulnerables y considera que su campaña legal supondrá "el final de Llados".
Esteve anunció que ha contratado un bufete de abogados para presentar una querella contra Amadeo Llados por presunta estafa continuada, delito de vejaciones y delito de odio. El propósito es que Llados devuelva todo el dinero que ha cobrado de sus presuntas víctimas e impedir que siga impartiendo sus cursos y mentorías.
El jefe de Desokupa considera, en este sentido, que el método que emplea Llados es nocivo y que entraría dentro del modo de proceder de "una secta", porque el 'influencer' se define como "la persona más cercana de Dios". Según Esteve, los pasos que emplea con sus víctimas son, primero, la humillación y bajar la autoestima, con argumentos y frases que él considera que incurrirían en un delito de odio.
Varios jóvenes han dejado de seguir las técnicas de Llados, a quien pagaban unas inscripciones para recibir unas 'masterclasses', donde ellos mismos denuncian que les hacía un lavado de mente con el único objetivo de sacar dinero de participantes vulnerables.
El negocio piramidal
El tipo de negocio del Llados consiste en que cada joven pague 50 euros al mes para pertenecer a su programa de afiliados y recibir cursos online con la promesa de mejorar su desarrollo personal. También hay la posibilidad de pagar 1.000 para una clase especial de cuatro horas.
Bajo la promesa de hacerlos millonarios, el gurú de la libertad financiera en redes sociales se ha convertido en el profeta de miles de jóvenes de todo el mundo, principalmente en América Latina, donde cada vez una mayor audiencia que sigue sus enseñanzas.
Por otro lado, cada participante en su programa tiene que abrir una cuenta paralela en sus propios canales de redes sociales y subir contenido del 'influencer'. Así, por cada nuevo suscriptor en la sala virtual "tu1millón" -la plataforma de venta de cursos de Llados-, quienes replican su contenido ganan dinero.
El participante debe abonar previamente 100 euros y el captador obtiene un 30% de comisión mediante un pago por PayPal, sin factura. Así, Llados promete ganancias de 1.000 euros al mes a sus seguidores a cambio de 30 minutos de trabajo diario.
El 'influencer' cuenta más de un millón y medio de seguidores en Instagram, presume de lujos, como coches Lamborghini, Ferrari, Porsche y de una mansión en Miami, EE.UU., país donde reside. Su constante es la promesa a sus seguidores de que pueden tener ese mismo estilo de vida si se lo proponen.
"Los días contados"
Según cuenta en sus redes sociales el dueño de Desokupa, hay un trato vejatorio de Llados hacia sus participantes, los denigra y sólo cuando éstos se encuentran totalmente desmotivados, aparece el 'influencer' como el "salvador", para tenerlos bajo su control con el único objetivo de lucrarse a su costa.
Esteve lo tiene claro: va a presentar una denuncia en España y, si es posible, internacionalmente. Esteve ha ido más allá y ha hecho un llamamiento a todas las víctimas del 'influencer' para que se comuniquen con él a través del correo electrónico de la empresa Desokupa, con la finalidad de hacer una demanda conjunta.
Los exseguidores
Semanas atrás, Llados realizó un evento en el Casino de Aranjuez que albergó a 150 personas, previo pago de 1.000 euros. Sólo por ese evento ingresó 150.000 euros. Entre las imágenes memorables que dejó la jornada, se vio a los asistentes haciendo 'burpees' siguiendo los ejercicios de Llados sobre el escenario.
La 'influencer' y periodista de investigación Rocío Vidal, conocida en redes como La Gata de Schrödinger y que asistió a esta clase, pudo comprobar que el personaje Llados no es un 'coach', sino, en sus palabras, "un vendedor de humo" que utiliza un esquema piramidal.
Álvaro Rojo es un exseguidor que afirmó a La Sexta hace unos meses que fue estafado y perdió mucho dinero. "Llados se considera el 'profeta' y solo quiere que se le escuche y se haga lo que él dice", denunció el joven.
Otra de sus víctimas fue Paulo Azpiazu, 'influencer' y apasionado del 'fitness', que cayó según él cayó en las redes de Llados en 2017 pero logró desvincularse a tiempo. "La promesa de hacer el curso de hacerte millonario es falsa", aseguró.
Por su parte, la 'influencer' Inés de Paz (19), conoció el curso de Llados hace un tiempo, pero reveló haber descubierto sus "verdaderas intenciones" y dijo sobre los cursos que no existía la educación financiera, sino que éstos eran un negocio más para sacar dinero.