Sor Isabel, Sor Sión y las 14 clarisas que se pueden quedar sin convento por ser fieles al obispo Franco
Las monjas rechazan la Iglesia de Roma y se acogen a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, secta fundada por un andaluz y que no reconoce a ningún papa posterior a Pío XII.
15 mayo, 2024 02:26La compra de un convento, un contrato roto por incumplirlo, la elección obligatoria a finales de mes de la nueva abadesa, una causa judicial y una secta religiosa ultraconservadora y escindida de la Iglesia Católica cuyo fundador fue excomulgado en 2019. Mézclense los ingredientes y saldrá el primer cisma religioso protagonizado por unas monjas españolas famosas por sus chocolates. También daría para una serie cuyo final, para las clarisas de Belorado y Orduña, en Burgos, no se sabe cómo acabará.
Tampoco para el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, cuya misión es hacer entrar en razón a las 16 monjas cismáticas: su intención es que vuelvan al redil evitando que sean excomulgadas, según recoge EFE. Como lo fue a quien se han encomendado su tutela las hermanas.
La noticia se conoció el lunes con un durísimo comunicado de las monjas, pero en realidad formalizaron su decisión de abandonar la Iglesia Católica el pasado 8 de mayo, cuando remitieron una carta a Pablo de Rojas Sánchez-Franco, "obispo, fundador y rector máximo" de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, considerada una secta y con sede en Bilbao, solicitando quedar bajo su tutela y jurisdicción. Las monjas han abjurado de la Iglesia Católica de Roma, a quien no reconocen ya. Aun así, advierten que "nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen".
La carta le llegó a Sánchez-Franco el mísmo día y como no podía ser de otra manera, la respuesta, rubricada a los dos días, fue afirmativa. Todo está publicado, con absoluta transparencia, por las hermanas. De hecho, días atrás se abrieron una nueva página web, que no para de actualizarse con fotos y documentación, además de un nuevo correo electrónico y una cuenta de Instagram.
Las hermanas alegaron que sufrían "persecución" por parte de superiores, pastores, hermanas y sacerdotes, así como en la decisión de Roma de "bloquear" su solicitud para poder vender un convento que tienen en propiedad y que está vacío en Derio, en Vizcaya. Con él pretendían comprar el de Orduña por 1,6 millones, perteneciente a la Diócesis de Vitoria. Para ello, en 2020 firmaron un acuerdo de compraventa con las clarisas de Vitoria, y se establecieron en él en octubre de ese año.
Esa es la versión de las monjas. La de la Diócesis de Vitoria y la Archidiócesis de Burgos es otra, y aportan más datos, sobre todo, en lo relativo al detonante de que las monjas hayan abandonado la senda del papa Francisco: la compra de ese último convento.
El culebrón
Las clarisas de Belorado querían comprar el Monasterio de Orduña, en venta desde el año 2002. Hasta 2020 se encontraba suprimido canónicamente y vacío, y es propiedad de las clarisas de Vitoria. A él se mudan, en octubre de 2020 una parte de la comunidad de clarisas de Belorado, procedentes de Derio. Para ello, las monjas de Belorado firmaron un acuerdo de compraventa por 1,2 millones de euros y una moratoria de dos años. En aquel acto las monjas aportaron 100.000 euros y se comprometieron a comenzar a pagar 75.000 euros cada seis meses a los dos años. "El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se ha hecho ningún pago".
La borrasca comienza a formarse en marzo de este año. "sor Isabel manifiesta tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el Monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta del Monasterio de Derio", detallan desde el Obispado de Vitoria y el Arzobispado de Burgos. Es decir, que la abadesa informa a las clarisas de Vitoria, de que ellas, contrariamente a lo acordado, ya no iban a comprarles el Monasterio de Orduña, sino que un tercero, "un benefactor" iba a adquirirlo y ponerlo a su nombre, que firmarían con él un acuerdo de uso y que luego, cuando ellas pudieran vender el convento de Derio, se lo comprarían a ese benefactor.
Son las monjas clarisas de Vitoria quienes dan la voz de alarma y lo comunican a la Archidiócesis, porque las monjas de Belorado se niegan a dar el nombre del nuevo comprador. Fuentes consultadas de toda solvencia, vinculadas a una diócesis española y conocedoras del Derecho canónico, detallan a EL ESPAÑOL que "un convento no es un piso. Es un bien eclesiástico, y tienen una protección especialísima en el Derecho canónico. Está destinado a una obra de la Iglesia, como puede estarlo una parroquia, colegio o residencia de ancianos. Pero más, un convento. Y tiene unos requisitos jurídicos de protección para ser vendido, con unas justificaciones para su venta muy precisas: porque la Iglesia protege siempre la continuidad de su obra".
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Las mismas fuentes precisan que ni la Diócesis de Vitoria ni la Archidiócesis de Burgos mandan en esa venta. "La última palabra la tiene la Santa Sede. Los obispos se limitan a emitir, o no, el nihil obstat, un documento de no oposición, que no es vinculante", pero que sirve de orientación a Roma sobre la postura de quienes, por su cercanía, más pueden conocer la idoneidad de la operación. "El nihil obstat es como un filtro. Y si no se está de acuerdo, pues está la opción de acudir a Roma directamente".
El 'benefactor'
La historia continúa... porque ante el secretismo sobre quién quiere comprar por sorpresa el Monasterio de Orduña, el mismísimo obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde y su vicario acuden el 21 de marzo a Orduña, donde residen parte de las clarisas de Belorado desde 2020.
Van alarmados. Sospechan seriamente que el benefactor, quien quiere comprar el convento situado a tan sólo 40 kilómetros de Bilbao, podría ser "alguien ajeno a la Iglesia Católica". ¿Quizá la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, la iglesia que lidera Pablo de Rojas-Sánchez-Franco, cuya sede está en esa ciudad?
La abadesa no está, pues se encuentra en el convento de Belorado (Burgos). Se dirigen allí, donde les comunican que sor Isabel, la abadesa, "no puede recibirles". Son recibidos "en el torno", por la vicaria, sor Paz, y por sor Sión. "Preguntan nuevamente quién es el comprador y les responden que solo lo sabe sor Isabel, manteniendo un mutismo absoluto sobre el tema, sin resolver hasta el día de hoy".
Por ello, el pasado 7 de mayo, "la comunidad de Belorado fue convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compraventa a instancias de esta última comunidad".
En la notaría, sor Isabel, acompañada por sor Paz y sor Sión, entregó "un pliego reclamando 1,6 millones de euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios". Además, al no aceptar sor Isabel la rescisión del contrato, "ha elevado el asunto a instancias judiciales". Al día siguiente, las monjas solicitaron quedar bajo la tutela y jurisdicción de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli.
EL ESPAÑOL ha logrado contactar con las monjas clarisas de Belorado. A la pregunta de si ésa entidad es la interesada en adquirir el Monasterio de Orduña para luego revendérselo, han respondido someramente con un "no, no es así. Gracias por preguntar".
Ni una queja
Las dos diócesis, la de Vitoria y la de Burgos, han manifestado su perplejidad por lo sucedido, y han enumerado las veces que han visitado a las monjas sin que mostrasen "ni un queja". Tampoco en la mañana del lunes tenía conocimiento de que las monjas abandonaban la Iglesia Católica el capellán de Belorado, quien se enteró por una llamada del arzobispo de Burgos, alertándolo además de que las monjas habían anunciado una misa y que ésta no era católica.
Según la Archidiócesis de Burgos, una de las monjas, la vicaria sor Paz contó ayer al arzobispo "que el Sr. D. Pablo de Rojas ha visitado el Monasterio de Belorado al menos en tres ocasiones. Asimismo, lo ha hecho en repetidas ocasiones una persona llamada José, de la que sor Paz desconoce el apellido, y que manifiesta ser sacerdote y ayudante directo del Sr. D. Pablo de Rojas. De todas estas cuestiones nunca se ha informado a este arzobispado ni a sus colaboradores". Fuentes de la Archidiócesis han precisado además a EL ESPAÑOL que "no tenemos constancia ni de cómo ni cuándo contactaron con las monjas".
La misa, finalmente, fue celebrada por el citado José, sacerdote de la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, en la iglesia del Monasterio. De espaldas y en latín, como antes del Concilio Vaticano II. Cuando son abiertas al público, las mujeres deben llevar la cabeza cubierta con una mantilla.
Porque la secta que fundó y lidera el obispo Pablo de Rojas-Sánchez-Franco niega a legitimidad papal de Juan XXIII, y no reconoce a ningún obispo de Roma posterior a Pío XII. Tampoco admite la validez de los sacramentos celebrados en la Iglesia católica tras el citado concilio.
El 'obispo'
Una vez desarrollada la introducción, el nudo y a falta del desenlace, el personaje principal es, sin lugar a dudas, Pablo de Rojas-Sánchez-Franco, el Obispo Franco a quien han encomendado su alma las monjas. Nacido "en la Sierra de Cazorla", según la web de la Pía Unión, en 1981. Su familia, vinculada a las joyerías y a las ventas inmobiliarias, procedía de Úbeda. Pero de la ciudad patrimonio de la humanidad se mudaron todos a Linares, donde nació el cantante Raphael, Islero mató a Manolete y se hundió Santana Motor.
De allí, con 16 años, entró en el seminario. Pero en 2005 ya había abandonado la Iglesia de Roma. Fue ordenado en el presbiteriado y obispo, un año después, por el sacerdote alemán Derek Schell, quien a su vez había sido "consagrado obispo, en Sevilla, por el malogrado Mons. Clemente Domínguez". Es decir, en el Palmar de Troya por el papa Clemente.
Seguidor del obispo cismático vietnamita Ngo Dinh Thuc, De Rojas recaló en Bilbao en 2008. Es carlista, franquista -celebra los 18 de julio con encendidas publicaciones- y oficia en latín de cara al sagrario y de espaldas a los fieles, como hacen los thuquistas.
Cuenta con sus redes sociales (Instagram) y página web donde informa de su orden y actividades. En todas incluye el número de cuenta para captar donaciones. También cuenta con una amplia galería de fotos, donde se le puede ver con su pastor alemán "de pedigrí rosa" o tomando el té en el Hotel Ritz de Londres, o celebrando, de joven, en 20 de noviembre en el Valle de los Caídos, en una foto con la hija de Franco, con quien comparte apellido y en vida, "benefactora de la Pía Unión". Este periódico ha tratado de contactar con la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, en numerosas ocasiones, sin éxito.