Las mil caras de Suko, el espía tecnológico de 'El Hormiguero': cómico, 'estrella' del rock...
Natural de Puertollano (Ciudad Real), ha contado a EL ESPAÑOL su fichaje por el programa de Antena 3 como becario y cómo se ha convertido es una de las piezas clave.
21 mayo, 2023 02:15Suko (su nombre es Sergio González) ha ido ganando protagonismo en El Hormiguero temporada tras temporada. Aunque empezó detrás de las cámaras en múltiples labores, dio el salto al plató con la sección de Los Swinvergüenzas, luego con la de El borrador del frac y, ahora, como El espía tecnológico.
El cómico, aparte de su labor en el espacio de Antena 3, comparte escenario con Dani Fontecha, compañero suyo en el programa, realizando monólogos por toda España y, además, tiene un grupo de música que se llama The Buyakers, con los que participa en festivales desde hace varios años.
EL ESPAÑOL ha charlado con el cómico de Puertollano (Ciudad Real) para repasar su trayectoria antes de su llegada a El Hormiguero, la formación de su banda y, por ejemplo, que aparte de compartir escenario con Fontecha, también han escrito un libro juntos: Si luchas por lo que quieres no lo vas a conseguir: ni falta que hace.
Apasionado del cine y la TV
No llama la atención que El espía tecnológico de El Hormiguero estudiara Ingeniería Informática, pero sí que no le gustara absolutamente nada la informática, ya que prefiere el mundo del cine, del teatro y de la televisión. “A la vez que estaba estudiando esa carrera, me especialicé en Dirección de Cine, en Guión y luego, aparte, me saqué el título de Realizador de televisión”, afirma Suko.
Sin embargo, como era de Ciencias y quería estudiar algo que tuviese que ver con eso y con televisión, optó por hacer Imagen y Sonido: “Como esa carrera, por la economía familiar, no la podía hacer, pues tiré a Informática, que era donde estaban mis amigos. Pero la estudié a disgusto, y no he ejercido nunca como informático porque, lo que realmente me gustaba, era el cine y la televisión”, comenta.
El de Puertollano montó pequeñas asociaciones de cine y culturales con las que fue haciendo diferentes obras de teatro y cortometrajes, llegando a dirigir cinco cortos, algunos premiados nacional e internacionalmente.
P.– ¿Cómo fue su fichaje por El Hormiguero?
R.– Me saqué el título de Realizador de televisión y tanteé las opciones de trabajar en El Hormiguero porque tenía que hacer prácticas de empresa. Conocía a parte del equipo de guionistas por mi trabajo como monologuista y, a través de ellos, conseguí mandar la solicitud para poder hacerlas en el programa.
P.– ¿Cuál fue su primera labor como becario en el espacio de Antena 3?
R.– Yo quería ser guionista, pero tenía que hacer las prácticas de realizador. Sin embargo, el único hueco que quedaba era en producción. Entré en El Hormiguero como parte de ese equipo para llevar el Wallapop del programa. Mis prácticas consistían en coger de todos los almacenes todos los trastos que se habían acumulado durante 12 años, hacer un inventario, fotos, comprobar si funcionaban y, luego, ir subiéndolos a la aplicación para intentar ir dándoles salida y poder liberar sitio de los armarios.
Ya no existe esa labor, pero en ese momento teníamos que liberar ese espacio y pensamos que quizá era una buena idea sacar los artículos a la venta para que la gente consiguiera un recuerdo del programa a un buen precio.
P.– ¿Cómo recuerda aquella época?
R.– Intenté que fuera un trabajo de tres meses, pero me lo quité en dos semanas porque me metía unas palizas de 10-11 horas haciendo fotos, textos.... Además, como lo que realmente quería era ser guionista y ya era monologuista, lo que hice fue subir unos mis artículos a Wallapop cada uno con un chiste distinto.
Un día les dije a los guionistas si eso lo podían ver algún día en la reunión de guion para comprobar si los chistes estaban bien. Entonces la coordinadora se dio cuenta de que me lo había currado con mil chistes distintos y así fue como le llamé la atención para poder entrar como guionista en el programa.
Mientras me estaba sacando las prácticas de realizador, por las mañanas me ponía con la sección de Wallapop, cuando terminaba todo me iba al control de realización para saber cómo trabajaban allí. Al acabar mis prácticas se quedó libre una vacante en el control, otra en guion y en producción les seguía interesando que siguiese llevando Wallapop porque lo estaba haciendo bien.
Así que cuando ya me contrataron oficialmente, fue en los tres departamentos: por la mañana hacía una hora y media o dos horas para gestionar un poco las ventas y algo de producción. Después me iba a hacer el guión hasta las cinco de la tarde y, luego, me iba al control de realización a trabajar hasta que acabase el programa.
P.– Lleva casi ocho años en El Hormiguero
R.– Sí, cuando acabe esta temporada completaré casi ocho años, como Dani Fontecha, lo que pasa es que él entró en septiembre y yo, en enero. Estoy muy agradecido por la oportunidad que me dieron porque, al final, fui yo el que le fui diciendo que sí a todo. La verdad es que yo disfruto muchísimo con todo lo que hacemos.
P.– ¿Fue el propio Motos el que le destinó finalmente en el equipo de guionistas?
R.– Pablo se dio cuenta de todo lo que estaba llevando y me dijo: “¿Pero cómo puedes hacer todo eso? ¿Dime qué es lo que tú quieres hacer?”. Le contesté que lo que me interesaba era ser guionista y entonces fue cuando me liberó de todo para que me dedicara al cien por cien a los guiones. Empecé en tres puestos a la vez y así estuve durante dos años y medio. De becario a coordinador de guiones y salir en pantalla como colaborador.
P.– Aparte del guion de su sección, El espía tecnológico, ¿en cuales más interviene?
R.– Fontecha y yo trabajamos juntos haciendo preguntas y chistes para las entrevistas, los juegos de Trancas y Barrancas… Aparte de que vamos cada uno llevamos nuestra sección. A lo largo de los años he hecho varias funciones como guionista en las cámaras ocultas de niños, las escaletas de cada día, saber que invitados van a venir cada semana para ver qué colaborador pega mejor con cada uno, estoy en contacto con Antena 3 para saber las pausas de publicidad, su duración y gestionar con Pablo los tiempos del programa…
P.– ¿En qué secciones delante de las cámaras participó antes de la de El espía tecnológico y cómo surgió la idea de hacer esta última?
R.– Hicimos una que se llamaba Los Swingvergüenzas en la que hacíamos instrumentos musicales con cosas que nos íbamos encontrando por los almacenes como pollos de goma, bicicletas, ventiladores… inclusive hicimos un váter gigante y tocamos una canción con cosas que encontrarías en un baño.
Para que no me pillasen desprevenido, me estudié durante dos semanas todos los teléfonos móviles que había en ese momento en el mercado. Es que en el iPhone se borran de una manera las imágenes, en un Android o en un Windows Mobile de otra… Y dentro de los Android se borra de una manera distinta en un Xiaomi que en un Samsung. De esta manera Pablo vio el compromiso que yo me había tomado para que no saliese mal la sección y quedase bien en directo.
Por eso, como todos los años, a final de temporada, solemos plantear nuevas ideas para el año siguiente y le propuse a Motos hacer una sección sobre los peligros de la ciberseguridad, estafas, fraudes... y ya llevamos cuatro años con ella. Otro guionista y yo buscamos muchísimas noticias sobre ciberseguridad, recibimos muchísimos correos o nos escriben por redes sociales gente que nos cuenta lo que les ha sucedido. A lo largo de estos años también tengo mucho contacto con muchas empresas de antivirus, especializadas en tecnología o en ciberestafas y les voy preguntando cada cierto tiempo si hay algo que sea importante para que todo el mundo lo sepa y que podamos hacerlo.
Con esta sección he descubierto que, en el fondo, todos somos unos incultos tecnológicos, es decir, por mucho que nos la demos de entendidos, nos la pueden colar.
La música, su otra afición
Además de compartir escenario con Dani Fontecha con sus monólogos, Suko tiene un grupo de música llamado The Buyakers junto a Víctor Mohedano, vecino de su localidad, Puertollano, que conoció de una curiosa manera. En 2015 sacaron su primer disco, que se convirtió en uno de los más escuchados aquel año, apareciendo en rankings de música de prensa especializada musical y ganando el concurso internacional del Viña Rock: “También estuvimos teloneando a Molotov… fue un año muy bueno. Desde entonces hemos publicado cuatro discos oficiales más luego uno que sacamos de descarga gratuita desde nuestra página web”, comenta.
P.– ¿Cómo surgió la banda?
R.– Soy músico de toda la vida, me encanta la música. En 2003, con 18 años, me fui a Estados Unidos con una beca que me habían dado para ir allí durante tres veranos. En el avión conocí a una persona que era de mi pueblo y no nos conocíamos de nada. Víctor también iba becado a estudiar y llevaba una guitarra. Nos bajamos del avión siendo súper amigos, me compré una guitarrita de segunda mano y nos dedicamos durante todo ese viaje a ir tocando por los bares donde organizaban micros abiertos e íbamos intentando hacer una mezcla de canciones que fuesen famosas en España, pero también conocidas a nivel internacional.
Tocábamos un tema de Bob Dylan, y el siguiente era uno de Celtas Cortos, Fito o Revólver. A la vuelta a España, unos años más tarde, formamos la banda completa The Buyakers. Hemos tocado en un montón de festivales, por nuestro décimo aniversario hicimos un concierto con la Orquesta Sinfónica que se publicó en CD más DVD y, durante la pandemia, lo subimos a YouTube para que la gente viese el concierto sinfónico.
Acabamos de terminar una gira de 18 conciertos que hemos hecho en invierno, ahora hemos parado para componer y sacar nuevos temas de aquí a final de año.
P.– ¿Qué otras aficiones tiene?
R.– El fútbol me gustaba antes, ahora prefiero el béisbol, el fútbol americano o el rugby. Estuve en el Metropolitano viendo a la selección española contra los All Blacks de Nueva Zelanda, por ejemplo.
P.– ¿Cómo compagina con la vida personal, con los monólogos, El Hormiguero…?
R.– ¡Eso pregúntaselo a mi novia, pobrecita! Siempre digo que he estado en peores situaciones así que lo llevo muy bien porque me encanta lo que hago y que tengo la suerte de poder dedicarme tanto profesionalmente como por hobbie a la música o a los monólogos, y trabajar en El Hormiguero, que es una las ilusiones de mi vida.
Entre semana estoy en el programa, un fin de semana al mes lo dedico a la música, otro a los monólogos… y así me organizo.
Un libro de autoayuda
Como guionista, Suko tiene una gran facilidad para la escritura, y se asoció con Dani Fontecha para publicar un libro entre los dos. “Queríamos escribir un texto de autoayuda que se riese de los libros de autoayuda”, afirma el cómico.
“Se llama Si luchas por lo que quieres no lo vas a conseguir: Ni falta que hace. Estuvimos viendo vídeos de oradores de estos norteamericanos que salen en el Madison Square Garden de Nueva York a decir cosas como si lo sueñas muy fuerte lo vas a conseguir y cosas así. Ves que hay 25.000 personas que han pagado 200 euros la entrada para escuchar decir que si lo sueñas muy fuerte lo vas a conseguir”, comenta Suko.
“Eso nos dio la idea de sacar un libro de autoayuda que realmente fuese un libro de anti-autoayuda y ha funcionado muy bien porque está muy gracioso y lleva varias ediciones. Es un monólogo gigante, extenso, pasando por todos los capítulos que suelen tener los libros de autoayuda. Lo que nosotros queremos decir en el libro es que, al final, lo importante no es la meta de cualquier cosa sino el camino que recorres. Tiene mucho humor, pero también una parte de que te hace pensar”, concluye el colaborador y guionista de El Hormiguero.