La toma de Madrid el 20-M por la ultraizquierda se calienta: temor a Izquierda Castellana y anarquistas
La Policía ha preparado un dispositivo especial en la capital y en otras ciudades. El clima político podría incitar a disturbios violentos por grupos incontrolados.
18 marzo, 2021 02:10Noticias relacionadas
Una letra confirma el peor de los temores de las fuerzas de seguridad de cara al 20-M. El día elegido para la gran protesta de los grupos de extrema izquierda en España por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel, entre otras reivindicaciones, que va a sacar a las calles a miles de personas y para el que esta previsto un gran dispositivo policial en todo el país.
El carácter se advierte en un cartel que ha comenzado a circular entre los asistentes. Se trata de una A, una A de Anarquía. Lo que evidencia que los anarquistas, pese a lo que se creía hasta ahora, también asistirán a esta gran manifestación convocada para el próximo sábado 20 de marzo por una treintena de grupos de la izquierda radical. Y como suelen hacer, expresan fuentes policiales a este periódico, serán los encargados de descontrolar la situación. La garantía de que habrá violencia y disturbios en las calles de las principales ciudades españolas como Barcelona, Tarragona, Lerida, Gijón o Zaragoza, pero sobre todo en Madrid. Una de las plazas más fuertes de los grupos de izquierda radical.
No serán los únicos, en cualquier caso. Entre los convocantes también está Izquierda Castellana, un partido político pero que hace de la violencia su leiv motiv. Uno de los grupos con mayor capacidad de movilización, a pesar de que su sede está en Valladolid.
La prueba de ello está en su curriculum con asuntos en los que entró de lleno como el escrache a Felipe González en la Universidad Autónoma de Madrid; la campaña con protestas callejeras contra el exalcalde de Alcorcón, David Pérez, tras sus palabras contra las feministas o los diversos Rodea el Congreso, a través de la Coordinadora 25-S, de la que es brazo político y ejecutor.
No obstante, la policía tiene claro cuando podría perder el control. “Cuando aparecen los anarquistas. La extrema izquierda madrileña es muy potente y tiene mucha capacidad de convocatoria, pero la treintena de grupos que la conforman han seguido la consigna de controlarse y que la situación no acabase como en Barcelona, por ejemplo”.
Pero cuando pasa, se debe principalmente a la presencia de elementos anarquistas: “Son los más indetectables. No suelen aparecer por las reuniones en las que se deciden estas manifestaciones. Hacen honor a su ideología: son anarquistas y no responden a canales habituales. Y en las manifestaciones lo mismo: a veces van y a veces no. Pero cuando van, son una garantía de disturbios”, confirma la policía. Estos anarquistas, prosiguen, “no tienen ningún grupo como el resto. Van por libre y lo que buscan es la violencia. Son mucho más difíciles de detectar. Pasa como con los terroristas del GRAPO, cuyo seguimiento era mucho más complicado que el de los etarras. Ponen mucho más celo en ocultarse”.
Así, la presencia de anarquistas es la que espolea los incidentes. Los demás siguen. “A menudo, son los menores de edad los primeros en sumarse a los anarquistas. Muchas veces pasa por la misma inercia de la masa. Encontrarse en una situación de superioridad numérica, con la euforia de los gritos, de tener enfrente a la policía, y ver que se tira la primera piedra. Eso es muy difícil de controlar”.
"Violencia es abuso policial"
La convocatoria del 20 de marzo ha venido acompañada de una serie de pintadas en distintos puntos de la capital española. “Violencia es abuso policial”, “Violencia son los desahucios” o “Violencia es privatizar” aparecen en diferentes paredes de Madrid. Todas ellas cerrando con la fecha, la hora y el lugar de la cita: “20M, 19h, Atocha”. Anticipándose a las acusaciones de violencia callejera que afrontarán si la cosa se desmadra.
Y tiene visos de desmadrarse. Porque aunque los disturbios en Madrid no han sido especialmente furibundos, se han registrado incidentes de gravedad. Como la brutal agresión a una agente de policía, que fue derribada con un patinete y golpeada en el suelo con una barra de hierro. Sucedió durante las protestas en Madrid por el encarcelamiento de Pablo Hasél. La agente, llamada Marta, es la jefa del equipo de antidisturbios que actuó en el centro de Madrid. La agresión dio lugar a que la intervención se bautizase como ‘Operación Marta’.
Tras aquel episodio se practicaron dos detenciones. Uno de los responsables es menor de edad. Esta es, según cuenta la policía, una de las principales características de estos grupos radicales: se nutren mucho de jóvenes que aún no han cumplido la mayoría de edad. "Las ganas de destacar dentro del grupo y las menores consecuencia legales tras ser detenidos" son, nos cuentan, algunas de las claves de que sean los cachorros los elementos más violentos.
El mapa
La extrema izquierda madrileña está conformada por una treintena de grupos repartidos por toda la provincia. La mayor parte de ellos se ubican en la capital. La mayor parte de ellos, en la zona sur. Los distritos de Usera, Arganzuela, Vallecas, Carabanchel, Vicálvaro o Moratalaz (que tiene dos grupos radicales, tal y como ilustramos en el mapa que abre el reportaje) son plazas fuertes, pero también barrios del centro y el norte, como Prosperidad, Hortaleza o Valdezarza.
Trinchera Noroeste, Juventud Activa del Pilar, Juventud Antifascista de Hortaleza, Prosperidad 16, San Blas en lucha, Karraka, Jauría Antifascista, Distrito 14, Moratalaz Despierta, Rebeldía Vallekas, Arganzuela 27, Juventud Antirracista de Usera, Asamblea Antifascista de Carabanchel, D104, K103 o Chisperxs son los principales grupos identificados en la ciudad.
En los municipios de la periferia hay cerca de una decena de grupos que también tienen fuerza dentro de este movimiento: Alkorkón Combativo, Colectivo Antifascista de Fuenlabrada, Resistencia Antifascista de Parla, Asamblea Vecinal de Rivas, Alcalá Libre, KAF (Coslada), Comité 1-20 (Alcobendas y San Sebastián de los Reyes), 607 en lucha (Tres Cantos) o Kattanas Villaviciosas componen este puzzle. Cada una con su logo, similares entre sí: mucho rojo, negro y lila sobre banderas antifascistas.
También hay otros grupos y entidades fuera de Madrid que también tienen una fuerte influencia en este conglomerado. Grupos como el mencionado al comienzo de este reportaje, Izquierda Castellana, uno de los grandes agitadores sociales de la capital.
“No hay un líder o una respuesta homogénea. De hecho, el problema endémico de la izquierda, que ha sido la desunión, también se encuentra en este movimiento. Cuando se convoca una reunión de varios grupos, hay algunos que no asisten porque acude tal o tal otro, con el que se llevan mal”, explican expertos del movimiento de extrema izquierda a este diario.
Manifestación clandestina
El Movimiento Antirrepresivo de Madrid (MAR) convoca esta protesta, pero no la solicitará formalmente. Es otro punto en común con las últimas concentraciones; estas manifestaciones no se piden al gobierno. Son clandestinas. El motivo es que se la van a rechazar si las solicitan.
“Últimamente nos hemos visto obligados a convocar varias movilizaciones sin comunicarlas a la Delegación de Gobierno. El primer motivo es que, tras haber sido prohibidas algunas manifestaciones, preveíamos que nos pasase igual. En el caso de haber sido denegada, la movilización tendría que haber sido cancelada, ya que la diferencia entre manifestación ilegal y no convocada es importante a nivel represivo”, explican desde el MAR en uno de sus textos.
Se debe a las sanciones. En una manifestación no convocada, a los únicos que se les puede sancionar, si son identificados, es a los organizadores. Les acarrearía una multa de entre 100 y 600 euros. En cambio, una manifestación solicitada y denegada sería considerada ilegal. Los organizadores se estarían enfrentando a penas de cárcel de entre 6 meses y 1 año.
“En segundo lugar, creemos que el hecho de no convocar es una postura política que rechaza pedir permiso para salir a la calle, y es lo que deberíamos tender (…) Sostenemos que una movilización realmente combativa no tiene por qué pasar por el aro, no tiene por qué pedir un recorrido para ir escoltada por la policía”, concluyen en dicho manifiesto.
Poder de convocatoria
En cualquier caso, la Policía tiene claro del gran poder de convocatoria que tienen estos grupos, más que los de la extrema derecha. "Si la extrema derecha monta una concentración, van a venir muy pocos. 100 o 200 como máximo. Estos grupos de extrema izquierda son capaces de convocar a 3 o 4 mil personas".
La manifestación del 20M empezará el próximo sábado a las 7 de la tarde en Atocha y concluirá, si todo sigue el guion esperado, en Cibeles. Tal y como ha adelantado el Movimiento Antirrepresivo de Madrid, no se convocará oficialmente. Tampoco se está publicitando en exceso, más allá de los canales de comunicación propios de estos grupos en redes sociales. Se está llevando de forma discreta y jugarán con el factor sorpresa. Sólo lo anuncian donde tienen que anunciarlo: en sus canales de Telegram, en sus cuentas de Twitter… y con pintadas en, por ejemplo, emblemáticos edificios militares. Es un aviso. A pesar de que las últimas manifestaciones han sido relativamente controladas, los augurios policiales no dejan lugar a dudas: “El 20 de marzo, la extrema izquierda la va a liar en Madrid”.