Grafiti de la Santa Compaña en la calle Almirante Matos de Pontevedra (vía Lameiro – Wikipedia)

Grafiti de la Santa Compaña en la calle Almirante Matos de Pontevedra (vía Lameiro – Wikipedia)

Vivir

Cinco consejos para evitar que la Santa Compaña te capture en Galicia

Según la leyenda, esta procesión de ánimas encabezada por una persona viva visita las casas donde se va a producir una muerte, aunque cruzarse con ella también puede ser fatal. Te explicamos como protegerte para escapar de la comitiva

31 octubre, 2020 06:00

Una procesión de almas en pena que vaga sin rumbo fijo durante la noche por carreteras, bosques y otras zonas cercanas a los pueblos antes de visitar las casas en las que pronto se va a producir una muerte. Es la Santa Compaña, una tradición gallega que pervive tras siglos pasando de boca en boca y que tiene como momento favorito para aparecer la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre, conocida como Halloween o Samaín.

Los muertos de esta procesión de ánimas de origen celta, pero que no fue mencionada por ningún autor hasta los siglos XI y XII, van vestidos con sudarios blancos con una capucha terminada en pico y están descalzos. Caminan formando dos hileras y cada uno de ellos sostiene en las manos una vela encendida que ayuda a percibir su presencia por el olor a cera o incienso que desprende. Otras formas de saber que la Santa Compaña está cerca es por una sensación de frío que lo cubre todo, el ruido de las cadenas que arrastran y los aullidos de los perros, que ladran aterrorizados.

La aparición de la Santa Compaña es siempre una mala noticia. Además de anunciar una muerte que se va a producir pronto, las ánimas también visitan a los vivos para recriminarles sus errores y pueden incluso obligarlos a encabezar la comitiva, lo que los suele llevar a la muerte. La persona viva que va al frente del paseo de los muertos lleva una cruz y agua bendita en las manos y está condenada a vagar con ellos cada noche sin descanso, por lo que va perdiendo peso y llegando a los límites de la extenuación hasta que fallece.

¿Cómo evitar la Santa Compaña?

La persona que dirige la procesión no puede recordar al día siguiente lo ocurrido durante la noche y la única forma de salvarse es delegando su cometido a otra persona. ¿Cómo? Entregándole la cruz que lleva a un hombre o mujer que se cruce con ellos para que se convierta en el nuevo líder de la comitiva. Hay, sin embargo, varias formas para librarse de la Santa Compaña una vez nos percatamos de que estamos en su camino o la persona que la encabeza muestra interés en hacernos entrega de la cruz.

La primera de las maneras de salvarte y una de las más populares es dibujar un círculo en el suelo y acostarte boca a bajo en su interior. Esto evitará que las ánimas se percaten de tu presencia y, aunque pasarán por encima de ti, podrás levantarte una vez estés seguro de que ya está lejos y continuar tu camino.

El momento en el que el vivo que encabeza la procesión te hace entrega de la cruz es muy delicado. Por eso, debes evitar a toda costa cogerla y responder "Cruz tengo" con los brazos abiertos en cruz, lo que lo obligará a seguir adelante con su camino y tú te habrás librado de sustituirlo. Es conveniente, según la tradición, llevar una cruz encima para estar más protegido.

Hay también algunos amuletos útiles para evitar que la Santa Compaña te haga ir con ella. Son los cuernos de escarabajo y el ajo, los cuales debes llevar siempre contigo si quieres evitar tener que hacer frente a una situación complicada.

Los amuletos no son las únicas cosas útiles que puedes portar para no tener que acompañar a las ánimas. Tener las manos ocupadas con un palo, una piedra o cualquier otro objeto dificulta que los muertos puedan darte una de las velas para que los acompañes y que el vivo te haga entrega de la cruz.

Estas son solo algunas de las formas que la tradición nombra como efectivas para escapar de la Santa Compaña. Sin embargo, la mejor y la que menos sobresaltos puede hacerte pasar es también la más sencilla: huir. Si vas caminando y escuchas el ruido de cadenas o hueles el humo de las velas, cambia tu ruta y vete de la zona para evitar encontrarte con estas almas en pena que vagan por las noches en Galicia.