La última oportunidad de Bob Dylan en Galicia

Era el año 1993 y Galicia celebraba un multitudinario Xacobeo. Eran otros tiempos y sobraban las pesetas para grandes conciertos y espectáculos hoy imposibles. Uno de esos eventos de ensueño fue el Concierto de los mil años que se celebró en el estadio de Riazor del 8 al 10 de julio. En aquel festival no había artista pequeño ni teloneros. Todas eran grandes estrellas como James Brown, Jerry Lee Lewis, Neil Young o Robert Plant.

La segunda jornada asomaba entre los artistas el Bardo de Minesota. Bob Dylan visitaba por primera vez Galicia con las expectativas tan altas como su ego. Su concierto dejó a algunos fríos y a otros enfurecidos. Pocos disfrutaron de aquella hora de canciones tan míticas como Memphis Blues Again o Like a Rolling Stone. Resultaban casi irreconocibles para un público que esperaba con ansia el concierto de Dylan.

Entrada del Conciertos de los mil años, en el que actuó Bob Dylan.

Aquella actuación sentó precedente, y las siguientes tres visitas de Robert Zimmerman a Galicia pasaron sin pena ni gloria. Dos en Santiago y una en Vigo sirvieron para que el público se diese cuenta de que Dylan en directo no mola tanto. O mola, pero solo para quienes saben apreciarlo.

Hoy lunes tiene una nueva oportunidad de redimirse ante sus fans gallegos en el multiusos Fontes do Sar de Santiago. Todavía quedan algunas entradas disponibles para este concierto, que forma parte de la gira Never Ending Tour, que comenzó en 1988 y que suma casi 3.000 actuaciones. A sus 77 años, Dylan subirá al escenario con una extensa banda de músicos y tocará el piano sin penir aplausos ni dar las gracias. Es algo habitual en él.

Las críticas de sus actuaciones de estos días son bastante positivas. No todo está perdido para hoy. Parece que el espíritu de Sinatra ha abandonado el cuerpo de Bob y volverán a sonar en Galicia viejos himnos de los que el propio Dylan renegó hace tiempo. El mundo entero estará siempre agradecido a Bob Dylan por su música y sus letras, pero todavía tiene el Bardo de Minesota una cuenta pendiente con Galicia.