28 julio, 2024 02:07

Todos los veranos la prensa del corazón tiene un personaje en el que centrar sus objetivos y titulares. Ya sea por encontrar un nuevo amor, por un cambio de vida o por romper una relación. Esa persona se convierte en el protagonista del papel cuché durante los meses de vacaciones. Con permiso de María José Suárez y Álvaro Muñoz Escassi, en este 2024 la reina de las portadas de las revistas rosas está siendo la hija menor de la Infanta Cristina: Irene Urdangarin Borbón.

¿La causa? Se ha instalado en Madrid, en el Palacio de la Zarzuela, con su abuela, la reina emérita Sofía, por dos razones: sacarse el carné de conducir y por su relación con Juan Urquijo, el cuñado del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida.

En un momento en el que la familia Urquijo está en boca de todos por la boda de Teresa con el regidor de la capital española, esta relación entre la sobrina de Felipe VI y este joven ingeniero siete años mayor que ella los ha llevado a ser la pareja de moda en Madrid. Los paparazzi los buscan por toda la ciudad.

Juan Urquijo saludando al rey Juan Carlos, abuelo de su novia Irene, en la boda de su hermana Teresa Urquijo con José Luis Martínez Almeida.

Juan Urquijo saludando al rey Juan Carlos, abuelo de su novia Irene, en la boda de su hermana Teresa Urquijo con José Luis Martínez Almeida. Gtres

Juan Urquijo, el primer amor de la hija de la infanta Cristina estudió en un exclusivo colegio de La Moraleja, el mismo al que fueron sus primos Froilán y Victoria Federica.

Posteriormente, se trasladó al Reino Unido, donde curso su carrera en la Royal Agricultural University, la primera universidad agrícola en el mundo de habla inglesa, ubicada en el condado de Gloucestershire. Allí se especializó en Agronegocios y Gestión de Caza. Sabe hablar con total fluidez inglés y francés, es un gran apasionado de la hípica, la música y los voluntariados, algo que comparte con la pequeña de los Urdangarin. En el año 2016 viajó a Filipinas para colaborar en tareas agrícolas relacionadas con familias en riesgo de exclusión.

El año sabático de Irene

La hija menor de la hermana del Rey es una joven de 19 años, cumplidos el pasado 5 de junio. Es rubia, de profundos ojos azules, esbelta como su madre y de apariencia, aunque no sea algo muy real, tímida. Como el resto de sus hermanos, Juan, Pablo y Miguel -ella es la menor-, antes de comenzar sus estudios universitarios se ha tomado un año sabático, algo muy habitual en los países del resto de Europa.

Durante esos 365 días los jóvenes trabajan y viajan por el mundo decidiendo qué vocación van a seguir en sus vidas. En el caso de los Urdagarin Borbón, todos aprovecharon esa pausa en su formación para hacer viajes y conocer otras realidades. Sin embargo, Pablo, el segundo, lo utilizó para irse a vivir a Barcelona y comenzar su carrera en el balonmano profesional siguiendo los pasos de su padre, Iñaki.

"Es algo muy habitual en países como Inglaterra. Tras hacer el Bachillerato, paras para conocer mundo y decidir si lo que has elegido es exactamente lo que te gusta. Los hijos de la infanta Cristina han hecho, menos Pablo, seis meses de voluntariado en Camboya durante ese año. Le abre mucho los ojos a la realidad del mundo, aprenden muchísimo, les sitúa en la Tierra. Juan y Miguel lo vivieron mejor que Irene, porque claro, ella no contaba con enamorarse de un madrileño justo antes de irse y le ha echado mucho de menos, con esa edad se viven las cosas con mucha intensidad", explica a EL ESPAÑOL | Porfolio una amiga de la Infanta.

La prima de la Princesa de Asturias, con la que mantiene una estrecha relación desde que eran niñas, ha sido cooperante desde el pasado mes de enero hasta junio en la ciudad camboyana de Battambarg. Ha cooperado en la fundación Sauce, del jesuita Kike Figaredo, amigo íntimo de la familia, pero, sobre todo, de la reina Sofía.

La infanta Cristina junto a sus hijos Miguel e Irene previo a la graduación de esta.

La infanta Cristina junto a sus hijos Miguel e Irene previo a la graduación de esta. Gtres

Allí ha pasado seis meses levantándose a las cinco de la mañana y trabajando sin descanso para atender a las personas que tiene acogida la ONG, gente con algún tipo de discapacidad física o mental, provocadas, casi en su totalidad, por las minas antipersonas.

"Ha sido muy duro. Sobre todo porque cuando vives en Ginebra, eres nieta de Reyes y sin ningún tipo de necesidad... Ya le habían avisado sus hermanos que lo iba a pasar mal las primeras semanas. Pero no es por el hecho de no tener agua caliente o dormir en cabañas en el suelo, eso le ha dado igual, sino porque ha conocido realidades y personas cuya vida es un infierno. Eso es lo que le ha impresionado mucho. Ha hecho buenas amistades con el resto de los voluntarios y aunque echaba mucho de menos a Juan, pues alargó su estancia en allí porque pensó que todavía podía hacer algo más", revela la misma persona.

Y así ha sido, su etapa en Asia ha dejado tan marcada a la única hija de la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin que acude, de forma diaria, a las oficinas de la Fundación Sauce, donde ayuda en cuestiones administrativas y de organización. "No quiere dejar de estar vinculada a esta ONG que tanto le ha marcado. Su idea es seguir ayudando en todo lo que pueda incluso cuando comience la universidad", añade.

De Camboya a Madrid

Tras su paso por Camboya, Irene se instaló, el pasado mes de mayo en Madrid, en el Palacio de la Zarzuela. Concretamente, en la residencia en la que ha compartido espacio con su abuela y la tía Pecu, como llaman en la familia con cariño a Irene de Grecia. Su idea era terminar algo que había comenzado en otoño y que dejó sin finalizar: sacarse el carné de conducir.

Entonces consiguió aprobar el examen teórico, pero no le dio tiempo a sacar el práctico. En la autoescuela le ofrecieron ir a darle clase al recinto de El Pardo para que fuera algo más discreto (cosa que hicieron sus hermanos cuando se lo sacaron), pero lo cierto es que la joven denegó la oferta y ha estado yendo al centro de Móstoles.

Pero la verdad es que no ha tenido suerte y ha suspendido en el primer intento, lo malo es que hasta finales de agosto no lo puede volver a intentar porque las oficinas de la DGT, situadas en la misma ciudad al sur de Madrid, están cerradas por vacaciones hasta entonces.

Irene Urdangarin y Juan Urquijo en un fotomontaje.

Irene Urdangarin y Juan Urquijo en un fotomontaje.

La mejor compañía para Irene en estos dos meses que lleva viviendo en la capital española ha sido su pareja, una sorpresa para los medios de comunicación. En realidad se trata de una historia de amor que comenzó a fraguarse en el otoño del año pasado.

Irene Urdangarin sale con Juan Urquijo, cuñado del alcalde de Madrid, al ser hermano de Teresa Urquijo, desde el cumpleaños de la Princesa de Asturias, el 31 de octubre, aunque se conocieron el verano anterior. El joven, siete años mayor que su novia, es uno de los mejores amigos de Victoria Federica Marichalar, la hija pequeña de la infanta Elena.

Por ello, cuando los Urdangarin vinieron a Madrid con motivo de la mayoría de edad de Leonor, decidieron pasar de amigos a pareja, con la ayuda de Vic (como la llaman con cariño sus amigos y familiares) como celestina. Desde aquel entonces la relación ha ido siendo más estrecha e íntima, hasta el punto de Irene acudió como pareja de Juan el pasado día 6 de julio a la boda de Verónica Urquijo, una prima de su novio, que tuvo lugar en Soria.

Los planes de verano y septiembre

Irene comenzará a sus vacaciones esta última semana de julio, días de descanso en los que compaginará jornadas con su familia y otras escapadas con su novio a Marbella, donde la familia Urquijo tiene una gran casa. Así pues, la joven viajará a Bidart, en el País Vasco francés, con su padre y el resto de la familia Urdangarin.

Tiene previsto también visitar a su abuelo, el rey Juan Carlos, en Emiratos Árabes, viaje al que le acompañará su madre, la infanta Cristina, y alguno de sus tres hermanos. Además, por supuesto, estará una semana en Mallorca, en el Palacio de Marivent, con su abuela Sofía, aunque las fechas están por cerrar porque depende del tiempo que la Familia Real vaya a estar en la isla. Ya se sabe que es mejor que no coincidan.

Cuando pase el verano, Irene volverá a la rutina, pero no en Ginebra (Suiza) junto a su madre, sino que se marchará, como ya hizo su hermano mayor Juan y el pequeño, Miguel, a Reino Unido para estudiar en la universidad. La pequeña de los Urdangarin Borbón va a realizar estudios de Marketing, Publicidad y Relaciones Públicas.

Irene Urdangarin.

Irene Urdangarin.

Cuando termine los tres primeros años, realizará un máster más especializado. "No es una gran estudiante. Nunca lo ha sido. Ha ido pasando curso tras curso sin dificultad, pero no es su hermano mayor, Juan. Ella va paso a paso. La preocupación de la infanta Cristina es que con Juan en Madrid ella quiera pasar más tiempo en España que en Inglaterra. Crucemos los dedos para que sea capaz de centrarse y no lo pase tan mal con este tema como lo ha pasado en Camboya", explica la amiga de la Infanta.

Al parecer la separación de los exduques de Palma le afectó mucho. "Ha sido quien más ha sufrido por esa crisis matrimonial y eso también ha afectado en sus estudios", señalan las mismas fuentes. Sus notas bajaron, su actitud cambió y su rendimiento se vio muy por debajo de la media, su propia media. Porque Irene siempre había sido una gran estudiante.

Este año sabático de Irene le ha venido muy bien para decidir qué hacer con su vida, ya que hubo un momento en el que se decantó por la Hostelería y el Turismo, llegando a hacer unas prácticas en el Hotel Four Seasons de Ginebra. "Su abuelo materno, el emérito Juan Carlos, movió unos hilos para que aceptaran a su nieta unos meses en el hotel, ya que necesitaba esas prácticas si quería hacer esa carrera en Inglaterra. Tras hacerlas, descartó la idea y dejó de lado ese mundo. Veremos qué tal le va con el Marketing. Desde luego, su madre cree que le va más", añade la amiga de la Infanta.

Salga bien o mal, Irene siempre tendrá el apoyo de su familia y de su pareja Juan, con la que pasa las jornadas de calor en Madrid intentando, sin mucho éxito, pasar desapercibida y huir de los paparazzis. Se han convertido, para muchos, en la pareja del verano.