Israel inicia la ofensiva en el Hospital Nasser en Jan Yunís tras matar en Líbano al nº 2 de Hamás
Tras acabar con el número dos del brazo político de Hamás en un ataque con drones en Beirut, las tropas israelíes centran su operación militar en encontrar a Sinwar
3 enero, 2024 02:11Jan Yunís, Gaza City y Líbano. Esos son tres de los múltiples frentes que tiene abiertos ahora mismo Israel y desde los que no dejaron de llegar noticias este martes. En la localidad del sur de la Franja de Gaza parece haberse iniciado la ofensiva definitiva sobre el Hospital Nasser, en cuyas inmediaciones se espera encontrar al líder de los operativos militares de Hamás, Yahyah Sinwar. Controlada la casi totalidad de la zona este de la ciudad, los bombardeos sobre la sede de la Media Luna Roja Palestina, a escasos 400 metros del hospital, hacen pensar que Israel se dispone a acabar por completo la invasión militar en los próximos días.
Se trata de un momento de gran importancia para las IDF, pues acaban de desplazar nuevas brigadas desde el norte y confían aún en que, además de a Sinwar, puedan encontrar a varios de los 125 rehenes que se calcula que siguen en manos de los terroristas. Si se confirmara, se trataría de la mejor noticia en lo que llevamos de guerra. El problema es que la inteligencia israelí lleva fracasando en sus informaciones desde antes del 7 de octubre y hay poca esperanza en que el Hospital Nasser sea una excepción.
Lo que se filtró a principios de diciembre, cuando se rompió el alto el fuego y el gobierno de Netanyahu mandó a sus tropas a una acción relámpago en Jan Yunís, fue que ahí estaban todos los líderes de Hamás huidos de Gaza City. No se ha encontrado a ninguno relevante. Junto a ellos, como escudos humanos, estarían los rehenes. Con tres cuartos de la ciudad bajo control de las IDF no se ha podido liberar a nadie. Todos esos fracasos duelen, y sumar uno más en la toma del Hospital Nasser, que promete ser cruenta, pondría de nuevo en duda la táctica utilizada por Israel en Gaza.
El centro de mando de Gaza City
Mientras todo esto sucede en el sur, la batalla por el norte ya está prácticamente terminada, con pequeñas bolsas de resistencia activas en los barrios de Jabalia y Sheikh Radwan. Además de trasladar algunas unidades al sur, Israel ha decidido mandar cinco brigadas de vuelta a casa. Quedarán los soldados justos para labores de vigilancia y orden en la ciudad, más los que llevan ya semanas explorando uno a uno los túneles donde se han escondido durante años los militantes de Hamás.
[Israel redobla su presencia militar en Jan Yunís para conseguir que Hamás acepte su alto el fuego]
En cualquier caso, el descubrimiento confirma la complejidad del entramado de túneles que recorre la Franja de norte a sur y de este a oeste. Aunque algunos se encuentren a tiro de bombardeo y su acceso sea relativamente sencillo, resulta muy complicado alcanzar una estancia situada veinte metros bajo el nivel del suelo. El objetivo ahora mismo es averiguar cuántos más centros de este tipo hay repartidos por la capital y si hay documentación relevante que pueda ayudar a las IDF a alcanzar sus objetivos.
¿Cambia algo el asesinato de El Arouri?
Porque, recordemos, los objetivos de Israel en esta guerra no son, en principio, territoriales, por mucho que algunos ministros de Netanyahu insistan en la idea de despoblar Gaza de palestinos. La primera meta es liberar a los rehenes y la segunda, acabar con Hamás. Ambas parecían en punto muerto hasta que en la tarde del martes se conoció el asesinato en Beirut (Líbano) de Saleh El Arouri, considerado número dos de la organización terrorista solo por detrás de Ismail Haniya, residente en Doha.
Aunque las jerarquías en Hamás son "fluidas", por decirlo de alguna manera, y la banda funciona en muchas ocasiones como un reino de taifas, la importancia de El Arouri no se puede menospreciar. Miembro de Hamás desde su juventud, aunaba un perfil más político en sus últimos años con el de fundador de las Brigadas de Al Qassam, el brazo militar. Era, sin duda, uno de los miembros más carismáticos de la organización, aunque llevara años (desde 2010, al menos) viviendo fuera de Gaza, entre Turquía, Siria, Líbano y Qatar.
Dicho esto, la evolución de El Arouri a un personaje más centrado en la diplomacia y las relaciones exteriores le hacían una referencia a la hora de buscar acuerdos. Su asesinato deja claro que nadie en Hamás está a salvo de la venganza israelí, como varias veces se ha repetido desde Tel Aviv, pero también supone un problema a la hora de buscar interlocutores fiables. Todo esto el día que Hamás e Israel han rechazado por separado el plan de paz propuesto por Egipto, sin que se entrevea la posibilidad de llegar a un compromiso común en los próximos días.