El líder de la Lega (Liga), Matteo Salvini, el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y el líder de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni , se abrazan durante el mitin de clausura de la campaña electoral de la coalición de centro-derecha en la Piazza del Popolo,.

El líder de la Lega (Liga), Matteo Salvini, el líder de Forza Italia, Silvio Berlusconi, y el líder de los Hermanos de Italia, Giorgia Meloni , se abrazan durante el mitin de clausura de la campaña electoral de la coalición de centro-derecha en la Piazza del Popolo,. Reuters

Europa

La victoria de Giorgia Meloni refuerza en la UE a la derecha dura de Polonia y Hungría

Meloni milita en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, una alianza de fuerzas euroescépticas de derecha radical.

26 septiembre, 2022 02:08
Bruselas

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"Si las cosas van en una mala dirección -ya he hablado de Hungría y Polonia- tenemos instrumentos". Estas palabras de Ursula von der Leyen, pronunciadas el pasado jueves en un coloquio en la Universidad de Princenton generaron tal polémica en Italia (y en otros Estados miembros) que su portavoz se vio obligado a corregirle un día más tarde. "Está absolutamente claro que la presidenta no ha intervenido en las elecciones italianas", aseguró.

Ya fueran deliberadas o fruto de una traición del subconsciente, lo cierto es que las declaraciones de Von der Leyen destaparon la inquietud en la Comisión Europea por el triunfo anunciado de la posfascista Giorgia Meloni, en compañía del ultra Matteo Salvini. En Bruselas temen que el nuevo Gobierno italiano se sume y refuerce el eje iliberal que ahora conforman Polonia y Hungría. Y en contra de lo que sostiene la presidenta, la UE todavía no ha encontrado los instrumentos para frenar la deriva autoritaria de Budapest y Varsovia o sus trabas a la integración europea.

De hecho, las primeras enhorabuenas en la UE a Meloni han llegado desde Polonia y Hungría. "Felicidades a Giorgia Meloni, Matteo Salvini y Silvio Berlusconi por las elecciones! En estos tiempos difíciles, necesitamos más que nunca amigos que comparten una visión y un enfoque común sobre los retos de Europa. Larga vida a la amistad italo-húngara!", ha escrito el director político de Viktor Orbán.

"Felicidades, Giorgia Meloni", ha escrito en Twitter el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki. "Bravo a Giorgia Meloni y a Matteo Salvini por haber resistido a las amenazas de una Unión Europea antidemocrática y arrogante obteniendo esta gran victoria", ha señalado Marine Le Pen. También Vox en España y el ultra Eric Zemmour en Francia han sido de los primeros en aplaudir a Meloni.

Con Mario Draghi como primer ministro, Italia volvió al centro de la escena europea, casi al mismo nivel que Francia y Alemania. El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) es el autor del plan de recuperación italiano, dotado con 191.500 millones de euros de fondos Next Generation. Draghi también ha jugado un papel determinante en cortar de raíz las relaciones entre Roma y Moscú tras el estallido de la guerra en Ucrania y en diseñar la primera tanda de sanciones contundentes contra el Kremlin.

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En contraste con la centralidad de Draghi en la UE, Meloni milita en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos, una alianza de fuerzas euroescépticas de derecha radical. Entre sus miembros figuran el partido gobernante en Polonia, Ley y Justicia, expedientando repetidamente por Bruselas por atentar contra la independencia judicial; los Demócratas de Suecia, que se convirtieron en la segunda fuerza política del país tras las elecciones del pasado 11 de septiembre y formarán parte del nuevo Gobierno; o también Vox.

Ni Meloni ni Salvini (que pertenece al grupo de ultraderecha Identidad y Democracia en la Eurocámara, el mismo que Marine Le Pen) ocultan su admiración por el primer ministro húngaro, Viktor Orbán. Cuando la Eurocámara aprobó el pasado 15 de septiembre que Hungría ya no podía considerarse una democracia plena, sino una "autocracia electoral", tanto los Hermanos de Italia como La Liga votaron en contra. "Orbán ha ganado las elecciones, varias veces y por un amplio margen, con todo el resto del arco constitucional alineado contra él", dijo Meloni.

La futura primera ministra de Italia mostró su perfil más agresivo en un acto electoral de Vox para las elecciones andaluzas el 12 de junio en Marbella. "O se dice sí o se dice no. Sí a la familia natural, no a los lobbies LGTB. Sí a la identidad sexual, no a la ideología de género. Sí a la cultura de la vida, no al abismo de la muerte. Sí a la universalidad de la cruz, no a la violencia islamista. Sí a fronteras seguras, no a la inmigración masiva. Sí al trabajo a nuestros ciudadanos, no a las grandes finanzas internacionales. Sí a la soberanía de los pueblos, no a los burócratas de Bruselas", clamó a voz en grito. En campaña, Meloni ha dicho a Efe que espera que su victoria abra el camino a Vox en España.

"Una victoria de Giorgia Meloni reforzará sin duda el eje euroescéptico e iliberal en la Unión Europea. El riesgo más evidente para Bruselas es la 'normalización' imparable de la extrema derecha. El ascenso de Giorgia Meloni no puede entenderse al margen de los últimos resultados en Suecia y, sobre todo, de la progresión continua de una Marine Le Pen que ya casi ocupa espacios de mainstream político", explica a EL ESPAÑOL Carme Colomina, investigadora principal del CIDOB de Barcelona.

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Durante la campaña Meloni ha tratado de exhibir un talante más moderado, menos combativo con la UE y decididamente atlantista, en un intento de tranqulizar a los socios internacionales y a los mercados. Al fin y al cabo, Italia (con una deuda que supera el 150% del PIB) depende de la cobertura de los fondos Next Generation y del BCE para poder financiarse sin que su prima de riesgo se dispare. Aunque ya ha dicho que quiere modificar el plan de recuperación de Draghi, asegura que lo hará de común acuerdo con Bruselas.

Sin embargo, en el fragor del combate electoral, la futura primera ministra italiana decía lo que en realidad siempre ha pensado. "En Europa todo el mundo está preocupado por la presencia de Meloni en el gobierno y dicen ¿qué va a pasar? Os diré lo que va a pasar, que se acabará el ‘chollo’, y que Italia empezará a defender sus intereses nacionales como hacen los demás, para luego buscar 'soluciones comunes'”, dijo durante un debate electoral 

"Una coalición de derecha sería blanda en el debate sobre el Estado de derecho en la UE y se uniría a las filas de los Estados miembros que no están dispuestos a presionar con fuerza a Polonia y Hungría. Y un Gobierno de derecha no estará entusiasmado con las reformas institucionales de la UE que puedan diluir la soberanía nacional, como la extensión de la votación por mayoría calificada a más políticas (como las sanciones), como proponen Macron y el canciller alemán Olaf Scholz", escribe Luigi Scazzieri, investigador del Centre for European Reform.

No obstante, la previsible alianza de Italia con Polonia y Hungría tendrá muchas dificultades para modificar la posición de la UE sobre la guerra en Ucrania o sobre energía, debido a las fuertes divergencias internas en estos temas. Orbán espera que el nuevo Gobierno de Roma le apoye para suavizar las sanciones contra Rusia. Salvini o Silvio Berlusconi podrían estar a favor, pero Meloni no (o al menos eso ha dicho en campaña). Pero la guerra ha abierto una brecha insalvable entre Budapest y Varsovia: el Gobierno polaco de Ley y Justicia reclama más dureza contra Moscú y no menos.