El demócrata Jamie Raskin, que forma parte del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio.

El demócrata Jamie Raskin, que forma parte del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio.

EEUU

El comité sobre el asalto al Capitolio culpa a Trump de incentivar un "plan homicida" el 6 de enero

Cuando Trump escribió en Twitter "¡será salvaje!", está "claro" que quería animar a las masas a acudir al Capitolio, dice el comité.

12 julio, 2022 22:15

El demócrata Jamie Raskin, que forma parte del comité de la Cámara de Representantes que investiga el asalto al Capitolio, ha asegurado en una séptima audiencia que Trump "electrificó y galvanizó" a sus seguidores incentivándoles a manifestarse el 6 de enero.

"El tuit de las 1:42 horas (hora local) de Trump electrificó y galvanizó a sus seguidores, especialmente a los peligrosos extremistas de los Oath Keepers, los Proud Boys y otros grupos racistas y nacionalistas blancos que buscan luchar contra el gobierno", ha explicado el demócrata Jamie Raskin. Raskin se refiere al siguiente tuit de Trump: 

En esta nueva audiencia, el comité busca entender la conexión de los partidarios del expresidente Trump y algunos miembros de organizaciones de extrema derecha en el marco de la turba que asedió el Capitolio, según ha recogido la cadena NBC.

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En concreto, el mensaje al que se refiere es en el que Trump aseguró en la plataforma Twitter, en la que posteó de manera repetida para incentivar el fraude electoral, según el comité, que iba a haber una "gran protesta" el 6 de enero. "Estaré allí, será salvaje", dijo. Cuando escribió aquello, está "claro" que quería animar a las masas a acudir al Capitolio con el objetivo de intentar seguir un segundo mandato en el poder.

"El tuit fue en una invitación abiertamente homicida. Hablaron de celebrar una boda roja’ que en la cultura popular sirve para hablar en clave de una masacre". Otras respuestas al tuit de Trump, según ha explicado Raskin, instaban a los seguidores y manifestantes a acudir con "protectores corporales, nudillos, escudos, bates, gas pimienta y lo que fuese necesario". "Todos fueron utilizados durante los disturbios del 6 de enero", ha señalado Raskin.

En esta séptima vista, comparecerán testigos esenciales, como dos miembros de la organización Proud Boys, Ethan Nordean y Dominic Pezzola, así como Stewart Rhodes, un veterano del Ejército que fundó la organización ultraderechista Oath Keepers en 2009 y que estuvo en el Capitolio el 6 de enero.

Rhodes también fue miembro de un chat VIP de Signal junto con Roger Stone, Ali Alexander, Alex Jones y otros aliados clave de Trump, según personas familiarizadas con los mensajes de la aplicación de mensajería Signal, tal y como ha recogido la cadena CNN.

Rhodes, junto con otros nueve miembros de Oath Keepers, irán a juicio en septiembre por cargos de conspiración sediciosa. Actualmente se encuentra recluido en un centro de detención federal cerca de Washington. Rhodes se declaró inocente de todos los cargos penales derivados del 6 de enero.

Rhodes, de 56 años, había utilizado las redes sociales la víspera del ataque para alentar a los suyos, a "todos los patriotas", para que viajaran a Washington a una "misión de seguridad" con la que defender "la lucha del presidente Trump". Este apoyo duró poco, pues el mismo día del asalto y tras lamentar que el expresidente solo sabía "quejarse", dijo que era hora de "tomar las riendas".

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Otro testigo clave que va a comparecer es Stephen Ayres, una de las muchas personas que descendieron al Capitolio el 6 de enero, quien luego fue acusado y se declaró culpable de ingresar ilegalmente al Capitolio.

Gritos e insultos

Raskin también ha narrado una discusión acalorada, con gritos e insultos, en la Casa Blanca el 18 de diciembre que incluyó al expresidente Trump, al abogado Sidney Powell, Michael Flynn y numerosos funcionarios de la Casa Blanca.

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El encuentro comenzó cuando un empleado reunió a los antes citados, partidarios de la conspiración de fraude electoral. Más tarde, otros funcionarios de la Administración se enteraron y se unieron, por lo que se produjo una gran polémica.

"Lo que siguió fue un enfrentamiento acalorado y profano entre este grupo y los asesores de la Casa Blanca del presidente Trump, quienes intercambiaron insultos personales, acusaciones de deslealtad al presidente e incluso desafíos a pelear físicamente", ha dicho.