Este es el sencillo hábito que mejora la memoria a partir de los 50, según la ciencia
Según los expertos, este sencillo hábito, que en ocasiones nos resulta extraño, aporta muchos beneficios para nuestra mente, mejorando nuestra memoria e incluso, nuestra autoestima.
30 marzo, 2024 09:27Existen mil millones de hábitos que los españoles compartimos entre nosotros, y son más comunes de lo que pensamos. Cenar tarde, quedar para tomar el "aperitivo", echarnos la siesta, largas sobremesas después de comer, saludar con dos besos… una serie de factores que diferencian a las diferentes personas que habitan un país. De todas esas costumbres, hay algunas de ellas que son internacionales, y nadie se libra de hacerlas, incluso indirectamente, como celebrar los cumpleaños o hablar con nosotros mismos.
Todo el mundo, al menos una vez en la vida, ha hablado consigo mismo, Cuando nos aburrimos, queremos desahogarnos, cuando queremos planificarnos o si queremos motivarnos. Incluso nos animamos en los momentos de bajón y nos obligamos a nosotros mismos a reírnos, por cualquier comentario o tontería con la que tendemos a pensar lo graciosos que somos.
Sin embargo, cuando nos pillan hablando solos, especialmente si usamos nuestro propio nombre en la conversación, es una de las situaciones más vergonzosas que podemos experimentar. Y no es de extrañar: parece que estamos alucinando. Esto se debe a que el único propósito de hablar en voz alta es comunicarse con los demás. Pero, dado que prácticamente todos nosotros lo hacemos, ¿podría ser normal después de todo o tal vez incluso, saludable?
Lo cierto es que estamos todo el tiempo hablando solos. Incluso cuando no queremos hacerlo. Ya no son solo los comentarios en voz alta, sino que en silencio lo hacemos cada segundo. De hecho, en muchas ocasiones, solo tenemos a nuestros pensamientos para que sigan la conversación. Si bien hay ocasiones en las que puede plantear problemas o ser un signo de una enfermedad mental, en la mayoría de los casos hablar con nosotros mismos no es más que un hábito común y, de hecho, un ejercicio beneficioso.
El diálogo interno es muy frecuente. Los expertos creen que hablar con nosotros mismos en voz alta puede ayudarnos a procesar nuestros pensamientos de una manera saludable y productiva. Pero además, tiene un papel esencial en mantener nuestra mente en forma, ejercita una de las partes más importantes de nuestro cerebro y mejora la memoria.
Por qué las personas hablan solas
Si bien el diálogo interno es relativamente popular, no se han realizado muchas investigaciones sobre por qué algunas personas hablan consigo mismas en voz alta y otras no. Un artículo de 2019 publicado en la revista Frontiers in Psychology descubrió dos factores que pueden ser determinantes.
Una teoría respaldada por los investigadores es que las personas que pasan más tiempo solas tienen más probabilidades de hablar consigo mismas. Al tener menos interacciones con los demás, buscan la forma de socializar y comunicarse con alguien, que en este caso son ellos mismos. De hecho, este mismo estudio demostró que los adultos que eran hijos únicos tienen más probabilidades de entablar un diálogo interno externo.
En este caso, los diálogos son más bien para satisfacer las relaciones sociales que en ese momento no están teniendo. Actúan consigo mismos como actuarían en una conversación con un amigo, y por lo general, tienden a reflexionar, apoyarse y animarse a ellos mismos buscando esa satisfacción. Incluso, personas que cuentan con grandes grupos de amigos, tienden a preferirlo.
Pero además, los expertos sugieren que las personas hablan solas cuando se ven ante eventos que tienden a provocar estrés, ansiedad o sentimientos similares, como hablar en público. Los sentimientos de ansiedad o las tendencias obsesivo-compulsivas pueden crear alteraciones relacionadas con un aumento del diálogo interno.
Los beneficios de hablar contigo mismo
Podríamos decir que el hablar solo es un hábito que acarreamos desde hace milenios que, incluso, los primates hacen. Ellos no hablan solos como hacemos nosotros, pero se ha descubierto que controlan sus acciones activando objetivos en un tipo de memoria que es específica de la tarea. Por lo que ya no solo nosotros como humanos tenemos esa pequeña voz interior, sino que diferentes especies se ha comprobado que la tienen.
Y aunque parezca que este hábito lo tenemos en cuanto crecemos y desarrollamos unas ideas claras, cuando somos pequeños también mantenemos una especie de conversación interna para advertirnos o controlarnos. El psicólogo suizo Jean Piaget observó que los niños empiezan a controlar sus acciones tan pronto como empiezan a desarrollar el lenguaje, por lo que tienen relación en cuanto a las actividades y acciones que llevan a cabo.
El diálogo con nosotros mismos nos ayuda a organizar nuestros pensamientos, planificar acciones, consolidar la memoria y modular las emociones. Hablar con nosotros mismos es la forma más útil de centrarnos y reflexionar sobre las cosas que están sucediendo en nuestra vida. Añadido a ello, nuestros pensamientos son capaces de motivarnos, exteriorizándolos y repitiéndonoslos a menudo.
Pero añadido a todo lo que ya sabemos, hablar con nosotros mismos puede ejercitar una de las partes más importantes de nuestro cerebro y favorecer nuestra memoria. En el estudio El discurso autodirigido afecta el rendimiento de la búsqueda visual, los investigadores pusieron a prueba a un grupo de participantes, que tuvieron que buscar artículos en una tienda sin decir nada. Ellos buscaron objetos comunes y se les pedía ocasionalmente que dijeran el nombre del objetivo en voz alta. Hablar facilitó la búsqueda, particularmente cuando había una fuerte asociación entre el nombre y el objetivo visual.
Según los resultados compartidos, escuchar "silla" constantemente en comparación con simplemente pensar en una silla puede hacer que el sistema visual sea un mejor "detector de sillas". Los participantes, al hablar consigo mismos, mejoraron su memoria y crearon una asociación más fuerte entre las palabras que decían y los objetivos visuales que buscaban.
Perder la memoria es algo muy habitual a medida que pasa el tiempo, por lo que los expertos sugieren hablar con nosotros mismos a partir de determinada edad, sin miedo a lo que puedan pensar. No necesariamente tiene que ser a gritos o delante de todo el mundo, sino que podemos hacerlo de forma silenciosa o muy bajito, para ayudarnos con nuestras tareas, recordar aspectos fundamentales y mejorar en muchos ámbitos.
A pesar de todas sus ventajas, es cierto que hay muchas situaciones en las que nuestro diálogo interior puede volverse problemático. Cuando hablamos con nosotros mismos a las 3 de la mañana, normalmente intentamos dejar de pensar para poder volver a dormir. De hecho, quienes lo hacen de forma excesiva y con consecuencias perjudiciales, deben acudir a especialistas que descarten una posible enfermedad.