La 'superfruta' que todos toman en España sin saber que ayuda a generar más colágeno y tiene gran poder rejuvenecedor

Es la trama de muchas películas de Disney y, aunque todas las mujeres en España soñamos con la eterna juventud, parece que el deseo de tener un aspecto joven para siempre se queda solo en eso, una película. A partir de los 25 años los niveles de colágeno van disminuyendo y lo que antes era una piel tersa y firme, pasa a tener las marcas propias del envejecimiento. 

Pero ¿qué es el colágeno y por qué todos hablan de ello? Se trata una proteína cuyo rol es crucial en lo que al envejecimiento de nuestra piel se refiere. Esta sustancia es la encargada de mantener nuestra piel elástica y joven, pero con el paso del tiempo su producción decae y hay un tipo de fruto que puede llegar a convertirse en ese gran aliado para enfrentarlo.

Tipos de colágeno que pueden influir en el envejecimiento

Existen hasta cuatro tipos de colágeno. El tipo I es el que encontramos en la piel, los tendones o los huesos; el tipo II está en los cartílagos; el tipo III en las fibras reticulares (encargadas de tejidos blandos como el hígado y la médula ósea); y el tipo IV, encargado de la membrana basal celular. 

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Cuando hablamos de envejecimiento, todas las formas de colágeno tienen una importancia vital, sin embargo, es el tipo I el que más parece preocuparnos, ya que es el encargado del aspecto de nuestra piel.

Es por esto, que su presencia en nuestro organismo es esencial a la hora de ralentizar los signos de la edad. 

La fruta clave para prevenir el envejecimiento en España

Aquí es donde la alimentación entra en juego. Y es que, hay ciertas frutas o nutrientes que pueden colaborar para evitar el envejecimiento.

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Por ejemplo, el alto contenido en prolina (una proteína de nuestro cuerpo encargada de mantener la estructura y la fuerza de diferentes tejidos) y junto con la vitamina C, actúan como un potente activador de la producción de colágeno. 

Ambas dos, podemos encontrarlas en comidas como las claras de huevo y los productos lácteos, pero hay alimentos que pueden cobrar un papel mayor en esta lucha contra los signos de la edad. 

Entra entonces a escena nuestro protagonista: la fruta y en concreto una muy popular en España: los frutos rojos y azules.

En este contexto, las moras, los arándanos y las zarzamoras han emergido como auténticos superalimentos para el cuidado de nuestra piel. ¿La razón de ello? Son ricos en un componente clave. 

Los frutos rojos y azules tienen un alto contenido en licopeno, un antioxidante imprescindible para proteger las células del daño oxidativo. Además, esta sustancia promueve la salud de la piel desde su interior y estimula la producción de colágeno. 

Cómo incluir en la dieta los frutos rojos y azules para aumentar el colágeno 

Añadir a nuestra rutina alimentos como las moras o arándanos puede ser de lo más beneficioso. Además de incrementar el colágeno de la piel, su contenido en antioxidantes, vitaminas y fibra es esencial para nuestro bienestar. 

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Una opción es incorporarlos en tus desayunos. Combinado con yogur griego y granola, es una forma excelente de comenzar el día. También puedes añadirlo en batidos o smoothies y junto con otras frutas, crear una bebida energética de forma natural como explica la licenciada en ciencia y tecnología de los alimentos, Mónica Acha, en su canal de Simple Blending. 

Otra forma es incluirlos como ingredientes en ensaladas. Combina arándanos, espinacas, queso feta y nueces, y conseguirás un almuerzo delicioso y nutritivo con tan solo cuatro productos. 

Otros hábitos que aumentan y disminuyen el envejecimiento 

Sin embargo, no todo se trata de lo que consumimos, sino también en cómo cuidamos nuestra piel día a día. Prácticas como la exposición excesiva al sol, el consumo habitual de tabaco o la ingesta inadecuada de azúcares y carbohidratos refinados, pueden acelerar el proceso de envejecimiento.

Pero la alimentación tampoco es lo único que puede ayudarnos a evitar el paso de los años en nuestro rostro. Rutinas de limpieza e hidratación con los productos adecuados, así como practicar ejercicio físico de forma regular o un tiempo de descanso apropiado, también son imprescindibles.

Aplicando estas recomendaciones podrás mejorar la circulación y la oxigenación de los tejidos y tu piel podrá regenerarse durante la noche.