Crece el número de viviendas visadas en Málaga, pero la mayoría son caras y dejan fuera a la clase media

Poco a poco, casi a cuentagotas, el sector inmobiliario va recobrando el pulso en la provincia de Málaga. En 2022 los promotores recuperaron el ritmo de visados que había antes de la pandemia pero hay dos aspectos que no cambian. El primero es que se proyectan muchos inmuebles de los que, en principio, se necesitan para cubrir la demanda. El segundo es que, precisamente por eso, el precio sigue alto, las clases bajas y medias tienen muy difícil el acceso a una casa y las VPO ni están ni se les espera. 

Pero vamos por partes. El Colegio de Arquitectos de Málaga ha presentado este jueves el informe anual del visado de viviendas, es decir, del número de viviendas que los promotores han dicho que van a hacer en esta provincia y que tienen que inscribir de forma obligatoria en este órgano colegial. Es, por tanto, un termómetro perfecto sobre las inversiones y expectativas del sector.

En 2022 se han visado 7.075 viviendas, lo que supone un crecimiento del 21,5% sobre el dato de 2021. Un 21% puede parecer mucho a priori, pero todo tiene sus matizaciones. Hay que tener en cuenta que en 2020 y 2021 el sector pegó un frenazo por la pandemia, por lo que se está haciendo una comparación con años que han sido muy flojos.

Por otra parte, ahora se está en un nivel similar al de 2018 o 2019 -un poco por debajo incluso- de forma que se ha salvado la pandemia. No obstante, los expertos dicen que la demanda normal en una provincia en pleno crecimiento como Málaga es de 20.000 ó 25.000 unidades al año. Esas 7.000 viviendas apenas representan un tercio del total. 

A eso hay que añadirle que el comprador quiere la casa ya, pero cuando son viviendas nuevas se tarda, de media, un par de años en construirse. Dicho de otra forma, el desajuste entre oferta y demanda se sigue incrementando y eso deriva en precios altos. 

El año pasado, por ejemplo, se terminaron apenas 4.100 viviendas. Las 7.000 que se han visado podrían estar disponibles para ser habitadas, si no hay retraso, en 2024. Y es un círculo continuo. No se trata de alcanzar los 45.000 visados anuales como en la burbuja de principios de siglo, pero tampoco de quedarse cortos y ahora la oferta lo está haciendo.

"Tanto la cifra de viviendas visadas como de terminadas son bajas", ha señalado este jueves el decano de los arquitectos malagueños, Francisco Sarabia, a la vez que ha recordado la necesidad de invertir más en la rehabilitación de edificios para poner en carga inmuebles que estén en desuso. "La rehabilitación es una actividad que esperamos que crezca a través de la próxima ley andaluza de vivienda (Lista) y de las ayudas de los fondos Next Generation", ha añadido. 

Pocas y caras

La realidad es que hay pocas viviendas en el mercado y las que hay están caras, con precios récord tanto en compra como en alquiler. El mayor número de proyectos se han visado en Málaga capital (1.355 viviendas), Estepona (1.067), Mijas (909), Marbella (690) y Torremolinos (509). En total se prevé una inversión de 1.080 millones de euros. 

De vivienda de protección oficial, la VPO, es casi mejor ni hablar. Solo hay 185 viviendas proyectadas en el Colegio de Arquitectos en todo el año 2022 ubicadas en Coín y en Marbella. En el resto de la provincia, nada de nada. Se plantean 1.400 viviendas en Málaga capital, pero por ahora está enredado en trámites burocráticos. 

"Seguimos detectando una escasez de viviendas a precios asequibles, las destinadas a la clase media, que conforman trabajadores, jóvenes, familias monoparentales, etcétera y esa demanda de vivienda no queda suficientemente cubierta con la oferta que existe en nuestra provincia, más enfocada a la vivienda de alto poder adquisitivo, concentrada en los municipios de costa", ha dicho Sarabia. 

¿Qué hay que hacer para que los promotores y las administraciones públicas se animen a hacer viviendas a precio asequible? El decano de los arquitectos malagueños afirma que "seguimos reclamando la atención a esa demanda, que podría tener un tratamiento jurídico y financiero diferente, donde participen el sector público y el privado, y lo mismo ocurre con la vivienda protegida que lamentablemente sigue arrojando unas cifras insignificantes".