La Rosaleda ajusta cuentas en la tarde más triste del Málaga CF
El último partido de blanquiazules se juega entre las protestas de la afición por el descenso a Primera RFEF.
27 mayo, 2023 20:14Noticias relacionadas
El día había pintado el escenario adecuado para una tarde como la que se esperaba, y llegó, en La Rosaleda el último día del Málaga CF en el fútbol profesional. Era sábado 27 de mayo de 2023 y el conjunto de la Costa del Sol, después de haber pisado la alfombra roja de la Champions League, volvía no ahora al barro de las catacumbas del fútbol español, por ya no quedan charcos en los campos, pero sí a una travesía por el desierto del fútbol semiprofesional que a ver cuanto tarda en recorrer.
Se dejaban atrás 25 años de estar en la élite y la afición quería pasar facturas después de uno de los mayores ejercicios de fe que se recuerdan siguiendo al equipo hasta el final, con el objetivo siendo más que un milagro.
"José María fracasado, queremos en los sillones a profesionales, no a becarios", se podía leer en la pancarta principal que sacaron los aficionados que decidieron acudir a la convocatoria en la recta de tribuna una hora antes del arranque del partido. La mayoría de los manifestantes acudían de negro a una cita en la que se oyeron cánticos como el de "este cortijo, se tiene que acabar", porque contra lo que la afición más crítica denomina 'Cortijo' es contra quien iba dirigida la protesta.
Para el partido, desde la Grada de Animación se ha convocado a la afición a entrar a los 25 minutos de partido, un minuto por cada año en el fútbol profesional que se ha dejado atrás.
La iniciativa no fue secundada por el resto de malaguistas que decidieron acudir a ver el entierro del equipo esta temporada. Eso sí, menos que en todo el curso, como era de esperar. 11.892 en total. Estos permanecieron entre el silencio al que invitaba el ambiente o casi la indiferencia acudiendo al estadio porque hoy en día es lo único que sigue salvando el escudo de un club que con el descenso sufre un palo durísimo.
Una vez dentro del estadio, al que entraron al grito de "¡Este Cortijo se tiene que acabar!, fueron señalando uno a uno a los que consideran culpables del descenso, desde el césped hasta las oficinas. Estos cánticos tampoco recibieron el respaldo del resto de la afición que acudió a La Rosaleda en día más triste.