Así es la villa romana que quiere poner en valor Manilva (Málaga)
El Ayuntamiento de la localidad malagueña licita los trabajos para hacer visitables los restos encontrados junto al Castillo de la Duquesa.
16 febrero, 2022 12:06Noticias relacionadas
La riqueza arqueológica que tiene la provincia de Málaga, como tierra por la que pasaron numerosas civilizaciones, vuelve a quedar patente. Si hace apenas unas semanas era en Marbella donde se conocía el descubrimiento de piezas de cierta importancia en la playa de Lindavista, ahora es Manilva la que adquiere protagonismo por la decisión de su Ayuntamiento de poner en valor los restos de una villa romana localizada junto al Castillo de la Duquesa.
Con este movimiento, el municipio busca aprovechar el valor añadido que supone acercar el patrimonio desenterrado a sus vecinos y visitantes. Para cumplir con este objetivo, el Consistorio acaba de licitar la contratación de los trabajos necesarios para hacer factible la contemplación y el recorrido por el interior del hallazgo. El valor de las actuaciones se estima en algo más de 305.000 euros (sin IVA), con un plazo de seis meses.
Atendiendo al proyecto previsto, la intervención incluirá la instalación de unas pasarelas de madera, así como paneles informativos y una iluminación especial. El recorrido se plantea mediante un pequeño control de acceso junto al que deberán situarse paneles explicativos generales del conjunto, pasando directamente a la pasarela por rampas accesibles y tras una serie de etapas, fábrica, piletas, conducciones, restos fabriles del XIX, y por último la villa romana.
Conforme a los detalles técnicos recogidos en la memoria, el valor de lo encontrado en esta parcela municipal es incuestionable. En concreto, el yacimiento está datado entre los siglos I y V d.C, "lo cual es una horquilla de aprovechamiento del hábitat muy amplia, dando paso por tanto a continuas reformas, reaprovechamiento de espacios, etc."
El trabajo arqueológico realizado sobre la parcela ha permitido distinguir cinco fases constructivas en la evolución del yacimiento, que se corresponden con el empleo de distintas fábricas o superposición de estructuras.
Los técnicos responsables del proyecto de actuación, en la que el Ayuntamiento ha contado con la colaboración de la Diputación provincial, destacan la presencia de Roma en todo el entorno del Castillo de la Duquesa. De hecho, se apunta que como en otros asentamientos, en este caso es clave el incremento de la producción agrícola y pesquera, vinculada a la industria de las salazones y su producto principal, el garum.
"Esta industria poseía la peculiaridad de que está en manos de intereses particulares, al margen de la fiscalidad establecida por el poder", se recoge literalmente en la memoria, en la que se añade que es a esta "especial coyuntura" a la que pertenece la fundación que forma parte de la Zona Arqueológica del Entorno del Castillo de la Duquesa.
Incluso, se apunta que la misma "representa de forma exhaustiva el patrón canónico de factoría altoimperial, similar a la vecina villa romana de Sabinillas". Y ello incluye una parte rústica y otra urbana.
La primera de ellas es la dedicada a la labor industrial, que se articula alrededor de tres patios que acogen un conjunto de piletas y almacenes. La segunda, es la dedicada de forma clara a servir como área residencial, a la que habría que añadir las termas y la necrópolis que se hallan en distintas parcelas cercanas.
Aunque la construcción de todo este conjunto de la villa responde a un único impulso edilicio, ha sido posible estudiar algunas refacciones puntuales. La mayor y más importante de ellas tuvo como consecuencia que ciertos sectores de uso residencial se transformaron en nuevas áreas de producción. La cronología de esta reforma parece establecerse en torno al siglo IV d.C.
La desaparición y ruina de este asentamiento romano tiene que ver con la fenomenal crisis que asoló el Mediterráneo Occidental a partir de comienzos del siglo V d.C. "La desestructuración del comercio y las actividades productivas en los albores del bajoimperio ocasionaron el abandono sistemático de la mayoría de los enclaves", explican los expertos.
La villa daba cabida a varios edificios. De ellos destaca el reservado como residencia, que conserva excavadas hasta 21 estancias distribuidas al menos en tres crujías bien diferenciadas. A este hay que sumar otro que forma parte del área industrial, con 14 espacios diferentes y un tercero que debió tener también una función de almacenamiento. De este último se conservan dos piletas con un grueso muro separándolas.