Tumbas en el Cementerio de Nuestra Señora de la Almudena, en Madrid.

Tumbas en el Cementerio de Nuestra Señora de la Almudena, en Madrid. Ricardo Rubio Europa Press

Sociedad

Las 1.281 muertes 'misteriosas' en Madrid: ¿qué hay detrás del exceso de defunciones en 2022?

La sobremortalidad se disparó en verano: se notificaron 2.935 defunciones más que las esperadas, 1.287 de ellas por las altas temperaturas. 

24 febrero, 2023 02:28

La cifra es desconcertante. En el verano de 2022 murieron en la Comunidad de Madrid 1.281 personas más de las esperadas sin razón aparente. Al menos, según el MoMo, el sistema de vigilancia del Instituto de Salud Carlos III diseñado para detectar el exceso de mortalidad en diferentes momentos del año. 

El MoMo se desarrolló en España en 2004 para evaluar y paliar el impacto de las olas de calor en la población. Ahora, también se utiliza para medir de forma indirecta el efecto de cualquier evento de importancia de salud pública. De hecho, durante la pandemia se recurrió a menudo a esta herramienta para calcular la mortalidad por coronavirus.

El MoMo utiliza tres fuentes de datos: el INE, el Ministerio de Justicia y la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Para medir el exceso anormal de muertes, compara el número de fallecidos de un periodo determinado con la tendencia de los diez años anteriores.

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Es importante insistir en este punto: el MoMo hace estimaciones estadísticas, no calcula números exactos de fallecidos porque no trabaja con los certificados de defunción por causa de la muerte. Es decir, no es un registro real de defunciones provocadas por el calor u otros motivos. No hay nombres ni causas concretas.

Cuando el sistema atribuye las muertes a la temperatura, no está diciendo que ese número de personas ha fallecido por golpes de calor. Los datos son estimaciones del exceso de muertes durante los días con los termómetros más altos. "Cuando se sobrepasan los umbrales de temperaturas se ha comprobado que se produce un exceso de mortalidad", explica Rafael Cascón Porres, profesor e investigador titular de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).

Durante 2022, la sobremortalidad se redujo en toda Europa, pero se mantuvo bastante por encima de la media de defunciones de los años anteriores a la pandemia. En España y en otros países del sur el pico se registró en verano.

Un informe elaborado por profesionales del CSIC para la Comunidad de Madrid atribuye el aumento de la mortalidad al coronavirus y al impacto de la ola de calor de julio sobre la salud de las personas. La sobremortalidad aquel mes superó la registrada en la segunda ola del Covid-19, en noviembre de 2020, aunque no a la de la primavera de 2020.

Sin pistas en el MoMo

Sin embargo, hay un exceso de defunciones detectado por el MoMo en los meses de junio, julio y agosto de 2022 que no se atribuye ni al coronavirus ni a las temperaturas. Este fenómeno no solo se da en la Comunidad de Madrid. Se observa en toda España. En la región, en concreto, se notificaron en esos tres meses 13.731 defunciones, 2.935 más que las esperadas. De estas, 1.287 fueron atribuibles al exceso de la temperatura.

Si restamos además las 367 personas que murieron con Covid en esos meses -según los informes del Ministerio de Sanidad-, queda un exceso de 1.281 defunciones sin explicación aparente en el MoMo.

El exceso de calor 

Cascón Porres tiene la hipótesis de que el modelo del MoMo está preparado para estimar las defunciones por altas temperaturas, pero no aquellas que se deben al "exceso de calor", es decir, a olas de calor extremo como los que vivimos el verano pasado.

Por tanto, según el investigador de la UPM, la explicación de la sobremortalidad de 2022 no dejaría de ser el calor. También sostiene que ese exceso de mortalidad por el calor observado en el MoMo se produce en los más mayores.

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La Aemet ya explicó que el pasado verano meteorológico (junio, julio y agosto) en España fue el más cálido de su serie, iniciada en 1961, con una anomalía media de +2.2 ºC. Superó en 0.4 ºC al anterior verano más cálido, que hasta entonces era el de 2003. 

En aquel verano, el Instituto de Salud Carlos III estimó que 3.166 muertes podrían deberse al exceso de calor. Según las cifras del INE, las muertes ocurridas en España en esos tres meses de verano de 2003 fueron 13.000 más que la media en el mismo periodo de los tres años anteriores

Entre el 30 de julio y el 15 de agosto, la península y Baleares sufrieron una ola de calor con una anomalía de 3,8 ºC, y una temperatura máxima de la ola de 36,1 ºC. Madrid fue una de las comunidades que registró una de las anomalías térmicas más destacadas.

Rubén del Campo, el portavoz de la Aemet, ya avisó de que las olas largas tienen un "mayor impacto sobre la salud", según informó Efe. Un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid, que analizó datos comprendidos entre 2000 y 2009, indicó que en España fallecían entonces una media de 1.312 personas por causas atribuibles a las altas temperaturas. La exposición al calor extremo agrava patologías previas y puede exacerbar las enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

En declaraciones a Maldita.es, Julio Díaz, director de la Unidad de referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano, que forma parte de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, también incide en que las dos primeras olas de calor de 2022 coincidieron con una entrada de polvo de Sáhara que contaminó el aire con partículas en suspensión y que pudo afectar a la salud de las personas. A ello se sumó, según Díaz, el efecto del ozono troposférico, un contaminante en alta concentración en el aire como consecuencia del calor.