Albares, reunido con Péter Szijjártó, titular de Exteriores de Hungría, en el Consejo de la UE, este lunes en Luxemburgo.

Albares, reunido con Péter Szijjártó, titular de Exteriores de Hungría, en el Consejo de la UE, este lunes en Luxemburgo. MAEC

Política INDEPENDENTISMO

Sánchez busca ahora el apoyo del ultraderechista Orbán para que el catalán sea oficial en la UE

"Es una buena noticia" que se reactive, apunta un estrecho colaborador de Puigdemont. "Es el Gobierno de España el que lo para y lo acelera", añade otro portavoz, "pero el tema está siempre sobre la mesa".

25 junio, 2024 02:22

Este lunes que viene, 1 de julio, el Gobierno de Hungría toma la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea. El primer ministro húngaro es el populista Viktor Orbán, el único primer ministro de los Veintisiete con el que Pedro Sánchez nunca se ha reunido en una bilateral, y es utilizado como ejemplo de "las ultraderechas" a las que se conjuró a "parar" en los últimos años y, más concretamente, en la campaña del 9-J.

Ahora, sin embargo, es a su Gobierno al que se encomienda el Ejecutivo español para retomar su empeño en que el catalán sea lengua oficial de las instituciones comunitarias. Así lo ha anunciado el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras una reunión con su homólogo húngaro Péter Szijjártó.

La cita se celebró en los márgenes de la última reunión de ministros de Exteriores de la presidencia belga, este lunes en Luxemburgo. En ella, el jefe de la diplomacia española acordó "trabajar juntos con este objetivo". 

Szijjártó fue galardonado por el presidente ruso Vladímir Putin con la Orden de la Amistad, en reconocimiento a su "gran contribución al desarrollo de las relaciones bilaterales y la cooperación industrial y de inversión" entre Rusia y Hungría.

La condecoración la recibió el ministro húngaro de Exteriores y Comercio en el Kremlin, el 19 de noviembre de 2021, cuando Rusia ya acumulaba tropas en la frontera ucraniana y tanto la UE como la OTAN alertaban a Moscú.

Szijjártó, ministro de Exteriores de Hungría, saluda a Putin, al recibir la Medalla de la Amistad, en noviembre de 2021, en el Kremlin.

Szijjártó, ministro de Exteriores de Hungría, saluda a Putin, al recibir la Medalla de la Amistad, en noviembre de 2021, en el Kremlin. E.E.

Sólo tres meses después, Putin desoyó las advertencias de la Alianza Atlántica y de la Unión, y el 24 de febrero de 2022 ordenó la "operación militar especial" en Ucrania. Una invasión a gran escala.

Por qué ahora

Fuentes de Junts confirman a este diario que el asunto de la oficialidad del catalán en las instituciones europeas ha vuelto a ser tratado en las recientes reuniones del PSOE y la formación de Carles Puigdemont en Suiza, supervisadas por la Fundación Henri Dunant, que actúa como "verificador" de los acuerdos, y el relator salvadoreño Francisco Galindo.

"Es una buena noticia" que se reactive, apunta uno de los más estrechos colaboradores del expresident fugado. "Es la prensa la que lo recrece, o el Gobierno de España el que lo para y lo acelera", añade otro portavoz, "pero el tema lo ponemos siempre sobre la mesa".

A pesar de que el Ejecutivo del liberal belga Alexander de Croo tomó el testigo de España al frente del Consejo, el pasado 1 de enero, Sánchez no ha vuelto a impulsar el polémico asunto de las lenguas oficiales hasta ahora. Justo cuando más necesitado está de apuntalar sus apoyos independentistas en el Congreso.

Después del rally electoral de las gallegas, las vascas, las catalanas y las europeas, el líder socialista lidia ahora con la difícil tarea de lograr la investidura para Salvador Illa, líder del PSC, en Cataluña, y evitar una repetición electoral. El calendario de unas nuevas elecciones autonómicas en la región le dificultaría sobremanera la negociación de los Presupuestos Generales de 2025.

Y las cuentas públicas, que este año ya fueron prorrogadas, dependen de los 14 votos en el Congreso de Junts y ERC.

El compromiso

El compromiso de lograr que el catalán (además del vascuence y el gallego) sea considerado lengua oficial en la UE lo adquirió el PSOE con Junts el pasado verano. Con esta medida, entre otras, logró los siete votos del partido de Puigdemont para poder tomar el control de la Mesa del Congreso, aquel 17 de agosto, en el que los independentistas catalanes votaron a Francina Armengol para presidir la Cámara Baja.

La expresidenta balear cumplió su parte, y de inmediato impulsó el uso de las lenguas cooficiales en los plenos. De hecho, se estrenó en el debate de la investidura fallida del popular Alberto Núñez Feijóo.

Albares hubo de madrugar aquel 17 de agosto para enviar la petición de cambio de orden del día al Consejo de Asuntos Generales de la UE, y remitirle el documento sellado a Puigdemont, en su refugio de Waterloo.

Pero el Gobierno fracasó durante el semestre de presidencia española, entre julio y diciembre de 2023. Y alrededor de una docena de países amenazaron con vetar el proyecto, mientras el resto no ponía ningún entusiasmo, alegando que esta idea podría dificultar más los trabajos, provocaría reivindicaciones similares de las minorías lingüísticas en otros países y, además, sería carísima.

Ya a mediados de septiembre, Albares llegó a ofrecer a sus colegas centrarse, de inicio, sólo en el catalán. E incluso que España corriera con los gastos para no engordar el presupuesto comunitario. Los "esfuerzos" fueron reconocidos por Puigdemont, que finalmente apoyó la investidura de Sánchez, en noviembre, proposición de ley de amnistía mediante.

Pero el expresident huido de la Justicia española desde 2017 también exigió "seguir insistiendo, y con más determinación", porque su exigencia en este punto es "irreversible". Y deberá verificarse su cumplimiento en próximas reuniones.

Mano de hierro

Hungría aprovechó el pasado agosto, cuando Albares llevó el tema por primera vez a Bruselas, para devolverle a Sánchez su constante maltrato a Orbán: "Que España resuelva sus problemas" de lenguas cooficiales antes de llevarlos a la UE, expresó su ministro entonces. 

Pero lo cierto es que, luego, no fue uno de los gobiernos más hostiles mientras Albares insistió en la idea de colar el catalán como punto a discutir en los Consejos que presidió. La explicación podría estar en que no es un país en el que haya problemas de nacionalismos regionales, ni mucho menos de lenguas minoritarias a ellos vinculados. 

El alemán se habla en algunos municipios cercanos a la frontera austriaca. Lo mismo ocurre con el rumano en algunas zonas lindantes con Rumanía. Sí que hay minorías de otras lenguas, que están protegidas por la ley, como el croata, el serbio, el esloveno y el eslovaco.

Y sólo el romaní es hablado por una minoría de unas 500.000 personas del total de 9,6 millones de habitantes, y no goza de estatus alguno de protección en el país.

Que Sánchez le hubiera pedido esto al belga De Croo, que dimitió tras las elecciones del 9-J, pero que siempre fue muy cercano al español, habría caído en saco roto. Bélgica es un país partido por la mitad en dos lenguas (francés y neerlandés) y regiones (Valonia y Flandes) enfrentadas y con poca vinculación, siquiera institucional.

Quizá por eso es más fácil el apoyo de un país con nulos conflictos nacionalistas, y cuyo Gobierno, en todo caso, maneja a las minorías con mano de hierro. De hecho, Fidesz, el partido de Orbán, fue expulsado del Partido Popular Europeo en la pasada legislatura por sus ataques al Estado de derecho... una acusación que el mismo Orbán ya ha lanzado alguna vez al propio Sánchez.