Puigdemont indigna al PSOE al reabrir ahora "asuntos ya cerrados" en la negociación
Fuentes cercanas a las conversaciones indican que Junts quiere reconsiderar algunos puntos por la "ofensiva" del CGPJ y de la Audiencia Nacional.
8 noviembre, 2023 02:41La negociación del PSOE con Carles Puigdemont para la investidura de Pedro Sánchez se prolonga mucho más allá de lo que tenía previsto el Gobierno. Empieza a ser improbable que se cierre el acuerdo esta semana, y el plan inicial de Moncloa de acabar el próximo domingo con un nuevo Gobierno tras la investidura parece ahora casi imposible.
Esta situación indigna ya a miembros del Gobierno y del partido que no están dentro del estrecho núcleo negociador e inquieta a los que sí están esforzándose desde hace meses en cerrar ese pacto. Sobre todo, porque explican que Puigdemont y su equipo están reabriendo "asuntos ya cerrados".
Se negocia la proposición de ley orgánica de amnistía, un verificador de los acuerdos y un "acuerdo sobre la identidad nacional". Este último punto deberá concretarse durante la legislatura.
[PSOE y Junts enfrían las perspectivas de un pacto inminente: "El límite es el 27 de noviembre"]
Ya no tienen duda de que Junts pretende mostrar su fortaleza negociadora y diferenciarse en lo posible de ERC. Empezaron a sospecharlo el jueves pasado al ver cómo Puigdemont desmantelaba el atril desde el que iba a anunciar el cierre del acuerdo para que pudiera convocarse esta semana el pleno de investidura.
Ahora el Gobierno ya no pone fecha y se limita a pedir "paciencia", a asegurar permanentemente que se avanza en las conversaciones y a explicar que se convocará el pleno del Congreso cuando haya acuerdo.
El malestar en el Gobierno y el partido tiene que ver también con situaciones tan excéntricas como la de la presencia del número tres del partido, Santos Cerdán, encerrado en un hotel de Bruselas desde el domingo por la tarde sólo a la espera de que se cierre el acuerdo, pero sin contacto personal directo con Puigdemont y su equipo.
Esa imagen del responsable de Organización del PSOE varado en Bruselas, se une a la de la urna presidiendo el encuentro con Puigdemont y los cambios sobre los calendarios, según lamentan dirigentes del PSOE.
En este momento queda cerrar el acuerdo con Junts, esperar a que este partido haga su consulta interna; presentar en el registro del Congreso la proposición de ley que deben aceptar y firmar todos los socios de investidura; esperar a que la Mesa del Congreso la califique antes de la investidura como quiere Puigdemont; concluir la negociación con el PNV y pedir a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, que convoque el pleno con una antelación mínima de 24 horas.
Junts frena las prisas
Según fuentes cercanas a la negociación, la declaración en contra de la amnistía del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la imputación de Carles Puigdemont por parte de la Audiencia Nacional han sido los motivos que han llevado a Junts a ralentizar la posibilidad de acuerdo con el PSOE.
"Esta irrupción tiene consecuencias", aseguran las fuentes, que indican que esas actuaciones han llevado a Junts a mirar todo de nuevo "con lupa" para no dejar resquicios ante lo que consideran una "ofensiva" de lawfare, el uso de acciones legales para causar problemas al oponente.
Este lunes, cuando se pensaba que podía haber acuerdo entre el PSOE y Junts, el juez de la Audiencia Nacional que investiga la causa de Tsunami Democràtic anunció que atribuía a Puigdemont, a la secretaria general de ERC Marta Rovira y a otros ex altos cargos de la Generalitat catalana un delito de terrorismo por su participación en la creación de la plataforma.
Pocas horas después, el CGPJ aprobaba una declaración institucional asegurando que la amnistía supone "una grave vulneración de los derechos fundamentales y del propio sistema de división de poderes".
[Marlaska califica de "coacción" las protestas en Ferraz: "Lo de ayer no cabe en una democracia"]
Además de blindarse ante las posibles acciones legales, las fuentes de la negociación explican que en el relato independentista ha calado la idea de que el opresor es "el Estado español" y que ahora Junts tiene difícil explicar a sus bases que dicha "ofensiva" viene de la parte conservadora y no del Gobierno con el que están negociando.
"Las bases entienden que el Estado les está bombardeando y es difícil de explicar", aseguran. "Los dirigentes conocen los matices, pero las bases están pensando en otra cosa", añaden.
Esto coincide con la opinión que tiene el PSOE al respecto: "Todo el mundo tiene que hacer su trabajo interno. Se han estado manteniendo en posiciones muy férreas y hay algunos virajes que cuestan", relataba a este diario, el pasado lunes, un miembro del equipo negociador de Pedro Sánchez.