Andalucía decide si el PP gobernará solo y Feijóo podrá sacar a Sánchez de Moncloa
Las elecciones andaluzas de este domingo marcarán la política nacional hasta 2023, con posibilidad de provocar cambios en el Gobierno.
19 junio, 2022 02:11Julio Anguita, histórico líder de IU, le dijo con sorna a Felipe González que tenía la impresión de que cada mañana se miraba al espejo y se preguntaba "¿cómo puede tener problemas este país teniendo un presidente como yo?". Estos días, el Gobierno de Pedro Sánchez anda reformulando esa frase para exponer un mensaje que viene a ser "¿cómo es posible que no vayamos a ganar las elecciones con todo lo que estamos haciendo para ayudar a los ciudadanos?".
El mensaje que transmiten Moncloa y sus ministros es el de perplejidad ante la posibilidad de ser castigados en las urnas, mientras relatan todas las medidas aprobadas desde enero de 2019. Por eso, mantienen la idea de la remontada, frente al temor a un hipotético cambio de ciclo político que lleve al PP a la Moncloa.
En la otra orilla, Alberto Núñez Feijóo y los suyos transmiten la idea de que ya es imparable el avance azul en toda España. Ganaron en Madrid, ganaron en Castilla y León, aspiran a ganar en Andalucía, prevén ganar en las municipales y autonómicas de primavera de 2023 y ya se felicitan por ganar en las generales dentro de año y medio.
De hecho, Pablo Casado ya fue investido presidente por las encuestas, aunque terminó apartado por los suyos y enfermo de ansiedad por un poder que creía tener en la mano.
La kriptonita política de Feijóo es Vox, no porque le aparte del poder, sino porque su presencia dificulta su pretendida imagen de moderación y la dependencia de la extrema derecha le puede lastrar y limitar en el futuro.
(Juanma Moreno: "Pido el voto prestado a los votantes del PSOE para gobernar en solitario")
Este domingo, votan más de seis millones de andaluces para elegir un parlamento autonómico de dónde saldrá el Gobierno en la Junta. Así es formalmente, porque la suma de la ansiedad del PP y la desazón del PSOE hace que las elecciones de Andalucía sean mucho más que elecciones autonómicas.
Los dos partidos se juegan superar un escalón importante en sus estrategias de los próximos meses. El resultado no será decisivo para la política española, pero sí determinante en cómo abordar las aspiraciones de cada uno.
Si se suma que Vox se juega mantener su ascenso y aumentar su poder condicionando al PP y que la izquierda que lidera Yolanda Díaz empieza a medir el futuro de su proyecto se refuerza aún más la idea de elecciones con enorme influencia en la política nacional.
En Andalucía se eligen en las generales 61 escaños, lo que supone el 17% del Congreso, por lo que es fundamental un buen resultado en esa comunidad para poder gobernar.
Es cierto que no es lo mismo votar en autonómicas que en generales. Y esa prevención ya ha empezado a hacerla el Gobierno para curarse en salud ante sus malas perspectivas. Es posible que se escuche aún más la próxima semana.
Las encuestas
Todas las encuestas indican que el PP será el partido más votado, con horquillas que van desde los 45 a los 50 escaños (la mayoría absoluta son 55), es decir, con necesidad de apoyos para gobernar.
Con unos 50 escaños, Moreno intentará una investidura en minoría, forzando al resto de partidos a bloquearla. Con menos se resignará a una coalición con Vox, pese a que fuentes del entorno del candidato del PP explican que la sintonía personal entre Moreno y Olona tiende a cero.
El segundo partido sería el PSOE, que aspira a superar los 33 escaños de 2018, cuando su entonces candidata Susana Díaz aspiraba a revalidar la Presidencia de la Junta, pero el relajo y la confianza del electorado de izquierdas sacaron a los socialistas del Palacio de San Telmo.
Por eso es tan importante la participación y, por eso, al PP le preocupa el exceso de confianza de los suyos y al PSOE que sus potenciales votantes tiren la toalla.
Sánchez apostó por Juan Espadas, ha tenido participación intensa en la campaña, ha puesto al partido y al Gobierno al servicio del PSOE andaluz y, además, no se puede permitir una derrota de su partido en su antiguo feudo.
Posibles implicaciones
Hace un año emprendió un giro notable en su estrategia e hizo un cambio notable en su Gobierno y el partido tras la derrota en Madrid. Ahora, hay ministros que ven opciones de algo parecido que muestre que ha entendido el mensaje y que necesita cambiar algo para remontar.
Más aún en situación de dificultades económicas agravadas por la guerra en Ucrania, con tensiones con sus socios parlamentarios y en vísperas de la negociación de unos Presupuestos para 2023 con dudosa viabilidad si insiste en incluir el aumento del gasto de Defensa.
Su consuelo estaría paradójicamente en un ascenso de Vox que condicionara tanto al PP en la Junta como que sacara del centro a Feijóo. Su dificultad es que las encuestas muestran que la estrategia del miedo a la extrema derecha no funciona, como ya ocurrió en Madrid y en Castilla y León.
El tercero sería Vox, que tuvo 12 escaños en 2018 y ahora aspira no sólo a mejorar ese resultado, sino a ser decisivos en la investidura y hacerse valer con un acuerdo de coalición, con vicepresidencia para su candidata, Macarena Olona. La extrema derecha ganaría poder pensando en las generales de 2023.
A la izquierda del PSOE se presentan Por Andalucía y Adelante Andalucía. En el primer caso hay también un interés de cara a la política nacional, porque es la primera vez que se presenta el embrión de lo que puede ser el proyecto futuro de Yolanda Díaz, con presencia de Podemos, Izquierda Unida y Más País, entre otros.
Es la primera vez que la vicepresidenta segunda se vuelca en una campaña electoral de este movimiento y de su resultado se extraerá la idea de si "el artefacto" es viable o no. El eufemístico "proceso de escucha"arrancará en julio y Díaz necesita hacerlo con un buen dato en Andalucía.
Ha quedado fuera Teresa Rodríguez, precedente hace años de Podemos. De hecho, cuentan en Podemos que han detectado que una parte de sus votantes siguen identificando a Rodríguez con la candidatura morada, lo que obviamente les preocupa.