Ignacio Rivera, pionero de las empresas con impacto: "Ser consecuente es abrir fábricas en Galicia y no en el sur"
El presidente de la corporación gallega Hijos de Rivera pretende mantener ligados los valores y la tradición para mirar al futuro.
16 abril, 2024 02:06Para liderar el crecimiento de una empresa familiar y mantener los valores, el camino está lleno de decisiones difíciles. O, como dice Ignacio Rivera, presidente de Hijos de Rivera, la comercializadora de Estrella Galicia, "consecuentes". Las empresas pequeñas son más manejables, flexibles y con capacidad de reacción y adaptación. Además, mantienen un vínculo con la tierra y su gente, y eso es lo que quiere reforzar Rivera. Porque, dice, "somos una especie que vive en el planeta y si somos idiotas nos encargaremos de cargárnoslo, pero eso a la Tierra le da igual".
Recientemente, la empresa se ha unido al movimiento B Corp, que reconoce el esfuerzo de las empresas que mantienen una filosofía que pone por delante a las comunidades y al planeta. Por ejemplo, invertir en una nueva fábrica para mantener la calidad, aunque las que hay pudieran aumentar la producción. “Que tú decidas no abrir una nueva factoría en el sur [de España] y hacerlo en el punto de origen, en Galicia, porque tienes que ser consciente de dónde vienes… eso es ser consecuente”, indica Rivera.
En ese sentido, cuando se interiorizan los valores, como dice que ha hecho Rivera, se actúa por instinto. Así se empuja el propósito de forma natural. Es por eso por lo que el Instituto de Empresa Familiar lo propuso como su presidente; si no hay sorpresas, será elegido como tal en la próxima asamblea en mayo.
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Hijos de Rivera ha crecido en los últimos años y se enfrenta ahora a las dificultades de seguir con los valores que caracterizan a una pequeña empresa familiar con la capacidad de una gran empresa. Rivera es cuarta generación de su familia, y bisnieto del fundador de la compañía en 1906. Lo que empezó siendo una pequeña empresa familiar, facturó 724 millones de euros en 2022 y da empleo a 1.573 personas. A pesar de ello, Rivera asegura que las empresas tienen que “cuidar su origen, a las personas y al planeta”.
Mantener los valores de la empresa tradicional en un mundo de empresas y competencia, “no sólo es necesario, sino que imprescindible, porque si no estás muerto”, dice Rivera. Para él, las empresas tienen que tener unos valores, mantenerlos y unirse a personas que los compartan. Uno de sus objetivos es unir a las personas con los artesanos porque son ellos los que "guardan la esencia de la producción".
Los artesanos de la tierra
Cuando Rivera habla de "cuidar a las personas", matiza, se refiere a "toda la atmósfera alrededor de la empresa", desde trabajadores, proveedores o socios a los clientes. A todos ellos, los considera aliados, porque si les va bien a unos les va bien a los otros.
Y eso se refleja en la plataforma Big Crafters que promociona Hijos de Rivera, un proyecto online que ayuda a pequeños productores que comparten valores y buscan tener un impacto positivo a comercializar sus productos, y especialmente en la digitalización. En esta asociación están empresas de comida y bebidas que comercializan embutidos, vinos y aceites. Es decir, todo aquello que consiguen que se compartan experiencias alrededor la mesa.
La agricultura y la ganadería son la base de la sociedad y la relación entre las personas, y además tienen un impacto directo. El consumo responsable de los productos diarios es la forma más efectiva de activismo. Este proyecto reúne a más de 100 empresas artesanales conectadas con la tierra y que fija población a los territorios rurales.
En los últimos tiempos los hábitos de consumo también han cambiado. Desde la forma en que se compra o en que las personas se relacionan. Ni las nuevas generaciones juegan igual —ahora lo hacen online aunque estén todos juntos en un parque—, ni los adultos hacen los mismos planes. Por eso, lo artesanal, lo auténtico, tiene mucho que ver con el momento que se disfruta que con el producto en sí. También, por tanto, explica Rivera, tiene mucho de los beneficios alrededor de los productos y el impacto que tienen en su proximidad.
Y esta es una filosofía que han intentado mantener en todos los niveles de la empresa. “Una empresa no puede perder su propósito”, da igual lo que se modernice para optimizar recursos. La empresa cerró 2022 con un 11% menos de beneficio por el encarecimiento de los precios de las materias que no fueron acompañadas por el de los productos.