El crucial papel de los caballos en terapias físicas y psicológicas con niños: "Dio sus primeros pasos al bajar"
La equinoterapia busca contribuir cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional mediante actividades con el animal.
27 marzo, 2023 01:51Maia consiguió dar sus primeros pasos gracias a la ayuda de uno de los caballos de Ecrin Terapias. A Claire, los caballos de Horseway le ayudaron a relacionarse mejor con la gente de su edad.
Las terapias asistidas con animales no son nada nuevo. Llevan muchos años ayudando a centenares de personas a sentirse y estar mejor física y psicológicamente. Sin embargo, en los últimos años están experimentando un fuerte crecimiento.
Estos tratamientos se pueden realizar con animales considerados de compañía, como los perros o los gatos, pero también con caballos. Esto es lo que se conoce como equinoterapia.
[Los niños de Carbajosa conocen cómo trabajan los animales de ayuda]
Beneficios neuronales, físicos y emocionales
La equinoterapia o terapia ecuestre es un tratamiento físico y psicológico, cuyo elemento central es el caballo.
Su objetivo es contribuir al desarrollo cognitivo, físico, emocional, social y ocupacional mediante actividades que realizan con los caballos para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Susanna Giménez Bou, la equinoterapeuta de Horseway, explica a ENCLAVE ODS que la equinoterapia comprende diferentes modelos de intervención en función de la disciplina utilizada, el perfil del paciente y el objetivo de la sesión.
"Es importante estar rodeados de naturaleza, que apoya la intervención, beneficia al caballo, aporta bienestar al paciente y permite un abanico más amplio de propuestas en las sesiones", comenta.
Los profesionales de Ecrin Terapias nos explican que esta terapia permite abordar aspectos que en sala son más difíciles de trabajar: "Facilita la adherencia por la motivación intrínseca".
Además, añaden que la equinoterapia favorece el "dual task" (terapias con atención dividida).
Otra ventaja es que el poder trabajar al aire libre viendo a otras personas montar a caballo es muy motivante. "Aunque no es un concepto como tal de inclusión, sí podríamos hablar que es fácil la integración, y esto tiene muchos beneficios a nivel emocional y social", apuntan.
La equinoterapeuta Giménez explica que a nivel educativo desaparece la indefensión ante ciertos aprendizajes y desaparece la creencia interna de que nunca será capaz de, por ejemplo, leer.
A nivel físico apunta que: "Cuando el caballo va al paso, reproduce, a través de sus impulsos rítmicos, el movimiento tridimensional del patrón de la marcha, por lo que cuando una persona que va en silla de ruedas está montada, recibe los mismos impulsos que cuando andaba, eso reporta muchos beneficios neuronales, físicos y emocionales".
Además, Giménez comenta que se pueden trabajar un sin fin de aspectos en función de la necesidad: psicomotrices, fisioterapéuticos, comunicación, vínculo…
Y añade que a nivel emocional reporta mucho bienestar y se puede potenciar la inteligencia emocional dada la naturaleza del caballo, aprovechando su naturaleza de animal manada, por ejemplo.
"En definitiva, cada profesional recurre a su formación base y la adapta a la presencia del caballo para diseñar actividades que ayuden al cliente a la consecución de sus objetivos de mejora", dice.
Conectar con el caballo
Los caballos son una gran ayuda en terapias tanto psicológicas como físicas y a los menores, niños y adolescentes, les reportan enormes beneficios.
Claire hizo equinoterapia el año pasado en Horseway. Ya había tenido contacto con el mundo de la equitación cuando era más pequeña. Tras sufrir bullying en la escuela a la que había ido y tener algunos problemas para relacionarse con gente de su edad, decidieron probar con la terapia ecuestre.
Durante varios meses, Susanna Giménez trabajó con ella y el caballo Coffee. Probó varios, pero es con el que más conectó, "hay caballos con los que te identificas más, conectas más". Tras las actividades con los caballos adaptadas a su situación, Claire cuenta que hablan sobre ello.
Su padre, Salvador, comenta que personas y caballos se relacionan de una forma "espectacular". Si tú estás tranquilo, el caballo lo está. Explica que la filosofía de Horseway es hacer doma conectada: "Primero, jugar con el caballo, cepillarlo, darle de comer… y, cuando se puede, empezar a montar. Lo que se hace es conectar con el caballo".
La historia de Pablo (nombre ficticio) es similar. Él realizó también una terapia en Horseway durante algo más de un año, hasta que llegó la pandemia. El cambio del colegio al instituto le costó y como su madre conocía a la equinoterapeuta decidieron probar. "No le veía en un entrono terapéutico frío, desde una silla y la con la opción de los caballos se abría un mundo de posibilidades, además, a él le encantan los animales", señala.
Y continúa: "Y la verdad es que muy bien porque Susanna tiene la capacidad de ver la esencia de los chicos, los puntos fuertes de ellos para trabajar y los puntos de mejora. Era lo que necesitaba mi hijo".
Para ella, Susanna lo pone muy fácil y "los caballos tienen como la magia de hacer de espejo, pero un espejo sano".
La historia de los mellizos de Maia es diferente. "Decidimos ir a equinoterapia debido a que nuestros mellizos tenían hipotinia y retraso en el desarrollo cognitivo. Una amiga nos habló de esta terapia y me puse en contacto con Ecrin Terapias. Max y Maia tenían un año y medio. Max empezaba a dar sus primeros pasos aun con dificultad, pero Maia apenas gateaba y estaba muy flojita a nivel muscular".
Cuando empezaron la terapia sobre el caballo (en monta gemelar) vieron unos cambios muy positivos. "Maia empezó a dar sus primeros pasos al bajar del caballo, mejoraba la postura y trabajaba el control del tronco. A ambos se les fue fortaleciendo la musculatura".
En junio cumplirán ocho años y seguirán acudiendo. "Creo que es una de las terapias más completas y para nuestros hijos ha sido muy beneficioso".
Cuenta que les encanta ir. Hacen ejercicios, juegos y estimulación, mejoran en su aprendizaje de manera amena y divertida. Lo que más les gusta es la interacción con el animal, les dan de comer, los acarician y cepillan. "Han aprendido a respetarlos y a quererlos, no solo a los caballos, sino también al resto de animales".
¿Cómo es el día a día?
El día a día de un centro en el que se practica equinoterapia suele ser rutinario. En Ecrin Terapias se dedican de martes a viernes a entrenar a los caballos por la mañana (entrenamiento específico para mantener y mejorar su forma física), por las tardes tienen las terapias y también los sábados por la mañana.
"El resto del tiempo es para el descanso y ocio de los caballos. Intentamos que no hagan más de tres sesiones del mismo tipo (es decir, alternar sesiones de fisioterapia con sesiones de psicología)", cuentan desde el centro.
Y añaden: "Las sesiones que tenemos son individuales, algunas son enfocadas a neurorrehabilitación y otras a equitación terapéutica, según los objetivos que se quieran conseguir y el nivel de funcionalidad".
Trabajan por año escolar, "no tiene sentido hacer sesiones sueltas, dado que es una terapia y tiene que haber un seguimiento para poder conseguir los objetivos planteados. Por lo general, nuestros niños y adultos vienen uno o dos días por semana. En septiembre se plantean los objetivos, se da un informe inicial a los padres y se trabaja todo el curso en base a eso. En junio o julio se vuelve a valorar respecto a la información inicial".
En Horseway cuando la persona llega, recoge el caballo, lo limpia y se dirige a la pista donde le espera la sesión: un circuito, paseo por el bosque, montar, jugar… lo que requiera la sesión.
Cuando acaba, devuelven los caballos, agradecen y se van. "Las profesionales y los caballos a veces pasamos frío, calor, un poco de lluvia, viento…, pero trabajar con ellos en la naturaleza no tiene precio, ya no volvería a meterme en un despacho", dice Giménez.
Ellos trabajan proyectos grupales de manera quincenal, durante un curso escolar y cada sesión dura unas tres horas, dependiendo de la dotación de la fuente de financiación para alargar más o menos cada propuesta.
Las sesiones individuales duran una hora normalmente y son semanales, pero depende de la economía y la logística de cada familia. Habitualmente las familias realizan el dispendio económico en función de la gravedad de su caso.
Capacidad para detectar emociones
Es importante saber que no todos los caballos pueden hacer terapia. "Es fundamental que estén estables a nivel emocional y sanos a nivel físico para poder ser facilitadores de una terapia. Hay caballos con más sensibilidad que otros, pero todos los caballos tienen capacidad para detectar emociones debido a su sistema límbico", explican.
Y continúan: "De hecho, uno de los mayores problemas que hay en la terapia es que por desconocimiento, sobre todo, la gente no valora la capacidad de absorción emocional que tiene el caballo con el que hace terapia y muchos acaban con problemas de ansiedad por carga emocional. Hay que valorar cómo es la canalización emocional del caballo para no superar ciertos límites".
Susanna Giménez Bou cuenta que hay profesionales que le confieren una magia especial: "La verdad es que responde a todos los movimientos internos del ser humano con una delicadeza y una asertividad increíble a pesar de su tamaño. Es capaz de vincular, perdonar, tomar decisiones, comunicarse… y también sentir dolor físico y emocional, deprimirse, enfadarse… Son animales muy curiosos, altamente sociales y pueden establecer lazos afectivos entre ellos que duran toda la vida".
"Las personas que trabajamos en este ámbito necesitamos caballos equilibrados, felices, sanos, que puedan dar respuestas y reaccionar ante las dificultades del cliente. No buscamos caballos que tengan un interruptor “on/off”, así que afortunadamente se ha avanzado mucho en este sentido, aunque todavía queda mucho trabajo por hacer…", concluye.