Antonio Durango Yébenes, vendedor de la ONCE en Madridejos y Consuegra (Toledo).

Antonio Durango Yébenes, vendedor de la ONCE en Madridejos y Consuegra (Toledo). Javier Longobardo

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Antonio, el 'centinela de la ilusión' al que ONCE Castilla-La Mancha le abrió "el portón de una nueva vida"

Con 43 años fue diagnosticado de glaucoma en ambos ojos, enfermedad que reduce su visión a un 10 % en línea recta.

28 junio, 2024 10:56

En ocasiones la vida nos tiene guardadas sorpresas inesperadas. Giros de guion que atacan los cimientos de la estabilidad y llenan de interrogantes el futuro. En esos momentos, el trabajo multidisciplinar de organizaciones como el Grupo Social ONCE supone un asidero fundamental para quienes tienen que empezar una nueva etapa vital conviviendo con la discapacidad.

En Castilla-La Mancha, la organización tiene en estos momentos 665 'centinelas de la ilusión', como conocen cariñosamente a sus vendedores. Hasta 156 de ellos tienen algún tipo de discapacidad visual. En un porcentaje bastante alto, su incorporación Grupo Social tiene que ver con una situación sobrevenida por un accidente o por la detección de alguna enfermedad que les obliga a reinventarse.

Uno de estos casos es el de Antonio Durango Yébenes, vendedor de la ONCE en Madridejos (Toledo), que se incorporó a la plantilla a comienzos de 2020 después de ser diagnosticado de glaucoma en ambos ojos, una enfermedad que, como él mismo explica a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM, "solo me permite ver un 10 % en línea recta".

Este antiguo trabajador del sector de la hostelería sintió cómo, con solo 43 años, su vida laboral y personal anterior daba un giro radicl por culpa de un problema médico que le incapacitaba para seguir ejerciendo su profesión.

"Cuando tuve el diagnóstico definitivo me dieron una incapacidad absoluta que me impedía trabajar prácticamente cualquier sitio, pero con mi edad sentía que no podía quedarme en casa", explica Antonio.

En ese momento, alguien cercano le sugirió la posibilidad de llamar a la puerta del Grupo Social ONCE para que evaluasen su caso y le ayudasen a acceder a la cobertura que necesitaba. "Yo tenía un vecino que trabajaba allí. Le expuse mi caso y me animó a dar el paso".

Antonio recuerda con cierta ilusión cómo fue ese primer viaje a la delegación de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), donde todavía sin saberlo estaba escribiendo el prólogo de su nueva vida. Allí llegó junto a su mujer, su apoyo inquebrantable y "conductora que me ha llevado donde lo he necesitado", puesto que la discapacidad también le impide ponerse al volante.

Antonio trabajando en el mercadillo de Madridejos.

Antonio trabajando en el mercadillo de Madridejos. Javier Longobardo

En ese primer contacto, expuso su situación al personal de la ONCE. "Les dije que me habían detectado recientemente la enfermedad y que mi prioridad en esos momentos era ponerme a trabajar y sentirme útil". Así, del despacho del director de la Delegación pasó al de la responsable de los Servicios Sociales para someterse a una primera evaluación.

"Básicamente le repetí lo mismo, que lo que necesitaba era trabajar. Tenía claro que no me iba a esconder de la enfermedad, pero tampoco me iba a poner un cartel en la espalda. A la gente que me preguntaba le contestaba con naturalidad sin la necesidad de esconder nada", afirma Antonio, quien agradece que en esa visita "ya pusieron a mi disposición psicólogos y toda la ayuda que tenían a su alcance".

Antonio Durango, trabajador de la ONCE en Madridejos y Consuegra.

Antonio Durango, trabajador de la ONCE en Madridejos y Consuegra.

A partir de entonces se puso en funcionamiento una maquinaria que le permitió volver a integrarse en el mercado laboral cuando su situación era ya "bastante precaria" después de "muchos meses sin trabajar hasta que tuve el diagnóstico".

Reconocimientos médicos y dos pasos por el tribunal para que le reconociesen la incapacidad -en primera instancia se la denegaron porque faltaba una prueba de campo visual- supusieron esa puerta de entrada a su nueva realidad vital.

Liberación psicológica 

Con todos los trámites listos, llegaba el momento de completar su integración en la ONCE. En este proceso, Antonio destaca "lo rápido que se pusieron manos a la obra". Incluso, "antes de tener la incapacidad ya era afiliado y me sentí muy arropado".

"Yo se lo digo a todo el mundo. A día de hoy estoy muy agradecido a la ONCE. A mi familia y a mí les han dado una estabilidad que me ha permitido liberarme psicológicamente. Puedo hacer planes y tener una vida completamente normal a pesar de la enfermedad", afirma Antonio, quien de manera muy gráfica asegura que el Grupo Social "no me ha abierto una puerta, me ha abierto un portón".

En todo este proceso, también destaca la ayuda que ha recibido por parte de la organización desde todos los ámbitos. "En mi casa han estado dos veces para ver si se podía hacer alguna reforma para adaptarla a mi discapacidad. Han estado pendientes de todos los detalles para que mi vida y la de mi familia sea lo más cómoda posible", apostilla.

Una vez completado el curso para convertirse en vendedor, el 17 de enero de 2020 llegó el día que tanto tiempo llevaba esperando, el de estrenarse en su nuevo trabajo. "Recuerdo que estaba muy nervioso. Yo había trabajado en la hostelería y estaba acostumbrado al trato con la gente pero como siempre que empiezas a trabajar en un sitio, tenía esa mezcla de nerviosismo e ilusión".

Antonio Durango, vencedor de la ONCE en Madridejos durante una jornada de trabajo.

Antonio Durango, vencedor de la ONCE en Madridejos durante una jornada de trabajo. Javier Longobardo

Desde aquel momento, Antonio se encarga de llevar la suerte a sus paisanos de Madridejos tres días de la semana y a sus vecinos de Consuegra otros dos a través de los juegos responsables de la ONCE. 

En estos más de cuatro años como 'centinela de la ilusión', sigue soñando con el momento en el que pueda devolver parte de todo lo que ha recibido con un gran premio. Por el momento, lamenta que "me he quedado a las puertas dos veces" en las que "un número" le ha privado de dar una buena alegría a sus clientes.

"Ojalá ese día llegue pronto", desea Antonio con el afán de poner la guinda a su historia al lado del grupo social ONCE. Cuando llegue ese día, aquí estaremos para contarlo.