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Fue el gran protagonista del desfile de carnaval celebrado el pasado sábado en Toledo y se llevó todas las miradas del público presente a lo largo del recorrido, que no salía de su asombro ante el atrevimiento de uno de los 'guerreros' de la comparsa local Ave Fénix, que bailaba muy animado y sin complejos pese ir únicamente cubierto con una capa y con un taparrabos que dejaba a la vista toda su anatomía salvo las partes más íntimas de su cuerpo... aunque muchos se temieron un impúdico descuido de un momento a otro.
Como era de esperar, las fotografías y vídeos del que ya se ha convertido en uno de los personajes del año 2022 en la capital de Castilla-La Mancha comenzaron a circular como la pólvora en las redes sociales y a través de los teléfonos móviles de los toledanos. ¿Pero quién está detrás de todo este divertido revuelo? Se llama Juan Pedro 'Perico' Potenciano y ha atendido la llamada de este periódico para contar cómo fue su primera y muy sonada experiencia carnavalesca.
"La idea del disfraz fue mía y surgió durante una tarde de risas. La coordinadora de la comparsa, Elena, me dijo que no tendría valor de hacerlo y yo le dije eso de 'sujétame el cubata'. No había desfilado nunca en carnaval y pensé que si salía era para reventarlo", dice este artesano de la hojalata de 57 años de edad que actualmente se encuentra desempleado y que hasta 2020 había regentado una conocida tienda en El Arrabal de Toledo. Y vaya si ha conseguido reventarlo. "El desfile era como el antiguo Oeste. La gente estaba con las manos en los bolsillos y cuando me veía desenfundaba el móvil y empezaba a disparar fotografías y vídeos", recuerda sobre lo ocurrido el pasado sábado.
"Te puedes preguntar si se estarán riendo de ti o si se estarán riendo contigo, pero yo considero que se estaban riendo conmigo porque pasaban del asombro a decirme 'ole tú' y a darme ánimos para seguir. La verdad es que yo tenía un subidón... Me lo pasé muy bien, mis compañeros de comparsa se lo pasaron pipa y todos nos reímos lo que no está en los escritos. Como experiencia ha sido un puntazo", asegura Perico, que define como "excepcional a excepción de los cuatro de siempre" la reacción del público toledano a su disfraz.
Sin enseñar más de la cuenta
Se refiere a las voces que, de manera muy minoritaria, le han criticado por el supuesto mal gusto de un atuendo que él define como "no solo atrevido, sino atrevido al punto más". Unos pocos, incluso, han llegado a decir que le vieron todo. Pero Perico aclara que eso es imposible: "Será su mente perversa la que les estará jugando malas pasadas. Iba de forma y manera de que no tuviese ningún percance, porque si hubiese ocurrido el primero que se habría sentido incómodo hubiese sido yo".
Además, el toledano más osado del carnaval quería, con su actitud, lanzar un mensaje a la sociedad sobre la importancia de aceptarse físicamente a uno mismo: "Unos meses antes de desfilar pensé en perder unos cuantos kilos, porque con la pandemia y con un accidente de moto que me tuvo seis meses parado he cogido bastante peso, pero luego me dije que no quería ser como los majaras que están todo el día mirándose y haciendo posturitas en el espejo del gimnasio. Perico iba a salir en estado puro".
Y tan animado iba que ni siquiera pasó frío recorriendo las calles toledanas semidesnudo en pleno mes de febrero. "El día estaba desagradable, pero la temperatura no era mala. Sinceramente, no pasé frío", asegura Perico, que como compañero de batallas abriendo la cabalgata del carnaval toledano tenía a otro 'guerrero' algo más pudoroso. "Esta idea la teníamos desde el comienzo de la pandemia, hace como un año y medio, y durante todo este tiempo ha estado arrepintiéndose de habernos dicho que sí participaba. Cuando en la prueba final de vestuario se vio con el traje puesto me dijo que le daba mucha vergüenza, mucho reparo, y se puso un imperdible para cerrar la capa. Yo le dije que hiciese lo que quisiera, pero a mí no me daba ninguna vergüenza y que allí estábamos para disfrutar", cuenta Perico, que también quiere poner en valor el trabajo que hay detrás de un desfile.
¿Y el año que viene?
"Lo que hemos hecho es ligero de ropa, pero hasta que lo ves todo montado y en su sitio supone mucho curro. Por ejemplo, la guadaña que llevábamos es artesanía pura y está hecha por mí con más de 60 horas de trabajo. Las plumas del gorro vienen del extranjero y nos las tuvieron tres meses retenidas en la aduana porque no sabían lo que era. Al final cada traje te supone 150 o 200 euros", asegura. Por suerte, la comparsa Ave Fénix, con base en el barrio toledano del Polígono y compuesta por familiares y amigos, ha podido recuperar parte de lo invertido gracias al premio de 400 euros conseguido en la capital como mejor grupo local de entre 15 y 30 personas y a otro galardón de 200 euros que obtuvieron el domingo en el municipio vecino de Argés. Aunque el 'guerrero' Perico lo tiene claro: "Que te den un premio y te reconozcan siempre está bien, pero es la anécdota. Lo importante es que lo pasamos muy bien y nos reímos. Con el dinero de los premios juntaremos a toda la comparsa, haremos una barbacoa y veremos a ver qué pensamos para el año que viene".
Pero no lancen las campanas al vuelo porque Perico Potenciano, después de debutar y salir por la puerta grande en el carnaval de 2022, no tiene claro todavía que vaya a repetir en 2023: "Me están achuchando para que sí, pero tengo que verlo muy claro. ¿Después de esto qué me queda? Si hago algo es para volver a romperlo".