Piratas de putas tristes
Carmen Balcells, Alberto Manguel, Oriana Fallaci y Juanma Bajo Ulloa
Las ediciones piratas de lo último de Gabo anticipan su publicación oficial. Cumbre de traductores en Tarazona. Bajo Ulloa y sus problemas para distribuir Frágil. Jorge Edwards se pasa a Alfaguara. El MOMA abre su nuevo edificio el 20-N a 20 dólares la entrada. Y la Fallaci sigue luchando contra todo.
Este fin de semana se celebran en Tarazona las Jornadas en torno a la traducción literaria. Talleres, mesas redondas, explicaciones de los traductores de Soledad Puértolas o Catherine Millet, premios nacionales, una conferencia final de Alberto Manguel... Y además la presencia de algunos de nuestros mejores traductores, como Mario Merlino, Miguel Sáenz o Jaime Zulaika. Habrá, entre las conclusiones de este año, una petición recurrente a los críticos literarios: que se acostumbren a valorar, además de la obra original, el trabajo de convertirla en una obra literaria que parezca originalmente escrita en castellano.
Ya hablé aquí de los tormentos que padece Juanma Bajo Ulloa con su nueva película, una historia de amor en torno a la fama y la anorexia. Hablé de sus intentos frustrados de entrar en Berlín y Cannes, y de su rodaje ¿secreto? en el palacio de Ayate. Pero es que los problemas siguen para Frágil, que así se titula el filme. Bajo Ulloa no encuentra quién la distribuya y la causa esgrimida no es otra que veinte minutos de metraje subtitulado. Si no recuerdo mal, la película española más taquillera del momento también lleva subtítulos y nadie le ha puesto problemas.
El chileno Jorge Edwards ha abandonado a sus viejos amigos de Tusquets y publicará su próxima novela, El inútil de la familia, en Alfaguara. Está visto que puede más un contrato suculento con ramificaciones en páginas de periódico y otras minucias mediáticas, que largos años de amistad y complicidades. C’est la vie, Toni. Edwards cuenta en su novela, que sale dentro de unos días en Argentina y Chile y llegará a España en primavera, la loca historia de su tio Joaquín que, además de inútil, era un escritor crápula y jugador, un tipo divertidísimo, que acabó sin embargo suicidándose.
La cita es el 20-N. Ese día el MOMA neoyorquino abre las puertas de su nuevo edificio de Manhattan, tras su periplo de cinco años por las laderas de Queens. Las gentes del arte no faltarán ese día ni pagarán, claro, los veinte dólares que costará la entrada desde ahora. Lo ha reflejado muy bien The New York Times en su portada:"El shock de la nueva entrada", resumiendo así el malestar general por la cifra exagerada. El argumento del museo, que será el más caro de NY es concluyente: "Perseguimos sólo al público que le interesa el arte".
Ni los hermanos Chapman logran escandalizar tanto como Oriana Fallaci cuando se pone estupenda. Pero ahora, en su último libro, Oriana entrevista a Oriana (del que en Italia se vendieron 500.000 ejemplares en una mañana), parece apaciguada. Sigue luchando con el cáncer, sigue fumando y sigue escribiendo la novela que la ocupa desde hace 30 años. Dice que es densa y laboriosa y la cuenta así: "Un niño difícil y exigente, cuyo embarazo ha durado gran parte de mi vida adulta, cuyo parto comenzó gracias a la enfermedad que acabará matándome y cuyo primer gemido no sé cuándo se oirá. Quizá cuando esté muerta."
Otra dama de las letras, la norteamericana Barbara Probst Solomon, recibe el martes el premio Antonio de Sancha que le otorgó la Asociación de Editores de Madrid. ¿Logrará sorprendernos ahorrándonos sus quejas sobre Bush? No lo creo, seguro que también está en campaña, aunque por estos pagos no tengamos ni voz ni voto en las elecciones imperiales.