O futuro
Abraham Gragera
26 mayo, 2017 02:00Abraham Gragera
Abraham Gragera (Madrid, 1973), con sólo un libro publicado, Desviaciones y demoras, fue incluido en las antologías Yo es otro, de 2002, La lógica de Orfeo y Veinticinco poetas españoles jóvenes, ambas de 2003, lo que da idea del interés que su escritura había suscitado. O Futuro es su cuarto libro y está construido sobre escenas autobiográficas, anécdotas de la niñez, el recuerdo del padre y otros personajes, la persona amada, la boda, etc., textos que cobran siempre una dimensión moral y en los que el gesto de recuperar el pasado sirve para hacerlo presente en lo que supuso de saber del mundo. La elegía final por un africano venido al primer mundo, además del trasfondo político, es un emocionante poema sobre la lucha por la vida y sobre la muerte que viene a cerrar el ciclo.Pese a ese transfondo autobiográfico, los poemas de Gragera no giran en torno a un yo omnipresente, por el contrario, acogen al otro, lo hacen suyo, bien sea como personajes del ayer que se evocan, ya desdoblándose la voz en una tercera persona que, si marca una distancia, dan lugar a textos que no dejan de estar llenas de afectividad.
Las secciones "La encarnadura" y "Dos espaldas" son sin más poemas excelentes. Como en otros más del libro, el discurso se recubre de referencias bíblicas; en el segundo, por ejemplo, el viajero en avión escucha la voz de Jonás en la ballena y en su fragmento IX, con el "Perdónalos" de Cristo se lee un poema lleno de piedad por los humanos.
En suma, memoria, exploración de la realidad, palabra para dar cuenta de "la incomprensible / naturaleza", poesía del conocimiento sin que falte por ello una veta política lejos por lo demás de la poesía social clásica, discurso de lo individual y lo colectivo, fe en la poesía como se hace explícita al recordar a los espartanos triunfadores sobre los atenienses llorando ante unos versos de Eurípides. La victoria, así, es de la poesía.
O Futuro, un libro excelente; Abraham Gagera, un poeta que, lo que no suele ser muy habitual, tiene un mundo y un modo poético propios.