Alfaguara. 140 páginas, 9 euros. A partir de 8 años
En 1960 El pequeño Nicolás veía por vez primera la luz. Para aquél entonces un protagonista infantil que narraba en primera persona su visión del mundo, combinan- do ternura e ironía, resultaba una novedad, porque estas aventuras cotidianas divertían al tiempo que realizaban sutiles críticas, sin por ello dejar de ser agudas, a ciertos roles y valores. Siempre valiéndose de la aparentemente ingenua perspectiva infantil. El éxito y la vigencia de este personaje, cuyos cinco títulos gozan de un número de reediciones sin precedentes, radica además en la técnica narrativa que inaugura: relatos cortos con personajes apenas bocetados donde las acciones se suceden con velocidad y la abundancia de diálogos nos permite escuchar las voces infantiles. Las ilustraciones manejan los mismos principios del texto hasta el punto que muchos niños llegamos a pensar que Sempé- Goscinny eran una sola persona. A diferencia de gran parte de sus imitadores, Nicolás es un personaje que sigue siendo joven y fresco, recomendable especialmente para lectores perezosos.