Miguel Ruiz: "América está cimentada por mujeres, no por conquistadores, pero no aparecen en la Historia"
El escritor desgrana en su última novela, 'Donde nace el cielo', el papel de las mujeres en la creación y desarrollo de la primera ciudad de América: Santo Domingo.
15 junio, 2024 01:41Miguel Ruiz (Málaga, 1962) es un apasionado de los viajes colombinos y el descubrimiento de América. Es profesor asociado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y se animó a entrar en el mundo editorial en 2006 con el lanzamiento de La tumba de Colón. Fue llegar y besar el santo porque, hoy, 18 años después, sigue reeditándose tras vender más de 200.000 ejemplares y haber sido traducido a 21 idiomas.
El papa mago, El país de los espíritus, Objetivo la luna y La sangre de Colón siguieron a ese primer éxito hasta el punto de que, en total, ha conseguido más de 400.000 lectores por todo el mundo. Acaba de publicar su última novela, Donde nace el cielo (Ediciones B), en la que narra de forma precisa cómo fue la creación de la primera ciudad de América, Santo Domingo, a finales del siglo XV y cómo las mujeres pusieron orden y desarrollo en aquella situación histórica.
Pregunta. "La arriesgada aventura de unas mujeres que se atrevieron a soñar con un nuevo mundo". Es el eslogan de Donde nace el cielo. Aquí las sitúa en 1498 en Santo Domingo, cuando llega un barco completamente lleno de mujeres. Entiendo que está basado en una historia real.
Respuesta. Es una historia real. Los personajes son de ficción, pero sí que es verdad que hubo un primer barco después de los viajes colombinos cargado de mujeres porque los Reyes Católicos dijeron que aquello tenía que ser territorio de Castilla y Aragón y tenía que tener el mismo clima social que había en Europa.
»Ordenaron a todos los conquistadores que buscaran a sus mujeres y las llevaran allá. Y al mismo tiempo había costureras, sirvientas, etcétera, que se embarcaron en ese primer barco y llegaron a esa gran ciudad que se estaba creando como era Santo Domingo.
»A todas ellas les prometieron que iban al paraíso, a un sitio idílico donde “el oro circulaba por los ríos de la isla como los guijarros por los campos castellanos”. Eso es Donde nace el cielo, porque para ellas nacía un cielo.
P. ¿Qué le animó a contar esta historia?
R. Las mujeres son representantes de la sociedad de aquella época y todas ellas son mujeres valientes que van a América huyendo de una sociedad muy cerrada, como era la de la época, donde las mujeres estaban absolutamente apartadas de todo, donde no podían emprender por los gremios.
»Los gremios no dejaban que las mujeres tuvieran nada a su nombre, las mujeres no podían abrir ni una frutería, no podían vender fruta en la época medieval a finales del siglo XV. ¿Entonces, qué pasa? Pues que llegan allí y allí no hay gremios, allí no hay de nada. Además, la moral cristiana está mucho más relajada que en Castilla. Por lo tanto, las mujeres son las dueñas de aquello y eso nadie lo había contado como yo he querido contarlo.
"Las primeras mujeres que fueron a América eran unas valientes que huían de una sociedad muy cerrada, donde estaban apartadas de todo"
»Es decir, lo que he querido contar es que la conquista de América también fue una aventura de mujeres. Es verdad que hoy día se habla de Cristóbal Colón, de Hernán Cortés, de Pizarro, de Cabeza de Vaca, de Ponce de León... Y no se habla de las mujeres, que fueron las que realmente hicieron aquello.
»América es una sociedad cimentada por mujeres, no por conquistadores, a pesar de que ahora estemos derribando por medio mundo las estatuas de los conquistadores cortándoles la cabeza o tirándolos al río.
P. El papel de la mujer en la conquista de América ha pasado completamente desapercibido en la Historia.
R. Absolutamente desapercibido, cuando curiosamente es un papel fundamental. ¿Por qué? Imaginemos aquel momento. En los primeros años solamente había conquistadores, soldados, exploradores que tuvieron relaciones con las indias y hubo un mestizaje profundísimo.
»¿Qué pasó cuando llegaron las primeras mujeres? Pues que tuvieron que resolver ese problema. Tuvieron que encontrarse a sus maridos amancebados con indias y con un montón de niños, que eran niños de la pareja legítimamente casada en España. Esa situación la manejaron las mujeres.
»Las haciendas familiares, el emprendimiento, el empoderamiento en esa época la tenían las mujeres. Cuando en Castilla no la tenían las mujeres, en América sí lo tenían y fueron ellas las que cimentaron esa sociedad. La Latinoamérica que hoy conocemos es una herencia de mujeres, no de hombres conquistadores.
P. En general, la Historia nunca ha reconocido la labor de las mujeres en todos los campos, desde el político o social hasta el artístico.
R. Sí, la figura de la mujer en la Historia está muy apartada. Ha habido un machismo imperante en la historia de la Humanidad. Creo que ahora mismo vivimos una sociedad muy distinta y hay que recuperar esa figura femenina que tuvo muchísimo que ver en un momento tan importante como fue la creación de la Ciudad Primada de América. Santo Domingo fue la primera ciudad, la primera universidad, la primera catedral, el primer palacio, el primer alcázar... Una ciudad con una belleza increíble.
»Los Reyes Católicos querían reproducir allí las condiciones de vida de Europa y que aquello fuera una especie de hub de todo lo que se había descubierto hasta que se supo que era un continente nuevo, que eso fue unos años después. En su momento no se sabía que era un continente nuevo, pensaban que era parte de las Indias, por eso se le llama la Sociedad de Indias.
»Los nobles más importantes de Castilla y Aragón se implantaron en Santo Domingo. Familias como los Dávila, los Bastida, eran grandes fortunas. La propia mujer del virrey Diego Colón es María de Toledo, una mujer que merece una buena novela y que estaba emparentada con la casa de Alba. Fueron todos, incluyendo las mujeres, a preparar una nueva sociedad.
"Hoy la lectura tiene que buscarse un huequecito entre las series de televisión, las redes sociales, los videojuegos..."
P. Su último libro fue La sangre de Colón, que editó en 2020. Han pasado cuatro años. ¿Ha necesitado mucha documentación para esta nueva novela?
R. Tengo la suerte de seguir dando clases en la Universidad de Santo Domingo, donde soy profesor asociado. Voy dos veces al año y allí hay una cantidad de información tremenda. Hay que reconocer que el pueblo dominicano es un pueblo maravilloso, pero organizado no.
»Los libros, los archivos, los legajos están bastante desorganizados. La información no está indexada como puede estar en cualquier biblioteca universitaria española, pero de vez en cuando cae en mi mano alguna joya. Y este fue el caso. Cayó un manuscrito de principios del siglo XVI donde se hablaba de ese primer barco de mujeres y la algarabía que se formó en el puerto de Santo Domingo.
»Aparte de eso, la novela tiene una gran documentación sobre cómo eran las calles de ese primer Santo Domingo, cómo eran los edificios, quiénes eran los maestros canteros, de qué manera se fue desarrollando y en tan poco tiempo. Recordemos que era una explanada selvática y en menos de 10 años se convirtió en una ciudad de piedra, de palacios, de alcázares, de catedrales.
»Es algo increíble lo que se hizo allí. Nunca un continente, en este caso América, tuvo un crecimiento tan brillante y tan acelerado como América con la ciudad de Santo Domingo.
"A veces cae en mi mano alguna joya. Y este fue el caso: un manuscrito de principios del siglo XVI donde se hablaba de ese primer barco de mujeres"
P. Santo Domingo no está ahora precisamente en su mejor momento. ¿Le apena?
R. Sí. Amo mucho esa ciudad. Es impresionante pero, aunque tiene un plan de rehabilitación de la zona histórica, la verdad es que no está a la altura que yo creo que se merece. Ahí está la primera calle de América, la calle Las Damas. Curiosamente esa calle se llamaba Calle del Rey y cuando llega este primer barco cargado de mujeres y empiezan a desfilar con sus pomposos trajes al atardecer, a las dos semanas ya no se llamaba Calle del Rey sino Calle Las Damas. Y 500 años después se sigue llamando así.
P. Su primera novela fue La tumba de Colón en 2006, que fue y sigue siendo pese al paso de los años un éxito en ventas. ¿Por qué tiene esa fascinación por Colón y el descubrimiento de América?
R. Creo que un escritor tiene que especializarse en algo y saber de lo que habla. Cuando el lector ve que el autor escribe de cosas que domina todo fluye mejor. Yo no quiero ni puedo desviarme de lo que sé. Y esta etapa de la historia me apasiona. Entiendo que los españoles cometimos excesos allí con los indios, que a lo mejor no se debería hablar de conquista o descubrimiento. Todo eso lo entiendo, pero hay que reconocer que es una etapa apasionante y cada vez que leo e investigo me gusta más.
»Confío en eso, tengo mucha documentación, cada vez que voy allí es como un paraíso personal y encima me publican y me traducen a varios idiomas. Así que sigo escribiendo de lo que sé. Esta historia de las mujeres y los primeros compases de la ciudad de Santo Domingo me ha gustado mucho y no descarto continuar la saga.
P. La 'conquista' o el 'descubrimiento' de América siempre ha generado polémica. Unos dicen que los españoles les ayudamos en su desarrollo y otros que fuimos unos salvajes. ¿Qué opina usted?
R. Era un momento difícil. Hay que recordar que en España también se cortaban orejas y brazos a quien robaba. Era la ley de Castilla y Aragón de mediados y finales del siglo XV. Los españoles primeros que llegan allí hacen lo que han visto toda la vida. Tanto a indios como a españoles.
»Efectivamente hubo excesos, pero el diezmo de la población india fue por culpa de las enfermedades. Los españoles llevamos allí la viruela, que fue terrible y mató a muchísimos indios porque no estaban preparados.
P. Cambiando de asunto, usted ha vendido más de 400.000 ejemplares de sus novelas, pero su trabajo principal es gerente de la Empresa Municipal de Transportes de Málaga. ¿Es cada vez más difícil vivir de la literatura?
R. Vivimos en una sociedad de ocio donde cada día es más difícil encontrar un hueco porque cualquier ciudadano medio tiene una oferta de ocio a su disposición brutal entre las series de televisión, las redes sociales, los videojuegos... La lectura tiene que buscarse un huequecito. Antes ese hueco era más grande y ahora es más estrecho.
»Aún así, se publica cada día más, hay más editoriales y la competencia es feroz. Todos los meses hay miles de nuevas ediciones de libros lanzados al mercado. Es sorprendente porque me da la sensación de que cada vez se lee menos. Es verdad que las grandes tiradas que se hacían hace 20 años no se hacen ahora. Hace 20 años, un libro que pegaba en condiciones vendía un millón de ejemplares. Ahora mismo eso es ciencia ficción.
"Hace 20 años, un libro que pegaba en condiciones vendía un millón de ejemplares. Ahora mismo eso es ciencia ficción"
P. Ahora que estamos en plena era de la inteligencia artificial, ¿se investigará más por Chat GPT que en los archivos históricos y sobre el terreno? ¿cómo puede afectar al proceso literario?
R. Yo estoy mirándolo con expectación. Yo no la he utilizado nunca, ni siquiera he entrado en el famoso chat, pero sí que estoy viendo lo que está pasando. En Estados Unidos, por ejemplo, ha habido algunos best sellers que estaban fabricados con inteligencia artificial y han funcionado.
»Desde luego la creatividad, esa chispa y oportunismo que tenemos a veces los escritores, encontrar una época bonita, un caso especial… Esa creatividad la tendrá que buscar una persona. Si Chat GPT es la que te escribe la novela es preocupante, desanimante y para asustarse. Yo disfrutaré con mi proceso mientras pueda.
P. Ha comentado antes que ya tiene en mente su próxima novela, relacionada con la trama de este Donde nace el cielo.
R. Sí, me ha dejado muy buen sabor de boca, los personajes siguen tirando de mí. Es una cosa casi mágica, es decir, que voy en un tren o en un avión y se me ocurre como alguno de los personajes podrían seguir evolucionando con la novela que he escrito.
»La novela plantea muchos interrogantes y termina con un final sorprendente. Es una novela rápida, de misterio, de intriga, de emoción. He intentado que sea una novela que se agarra a las manos porque la promiscuidad del lector es brutal y tienes que atraerle desde la página 5 porque si no se van a ver Netflix.
P. Debe generar ansiedad en el escritor esa necesidad continua de ritmo.
R. Hay que tener enganchado al lector en la página 5, y decirle que vaya a la 7 que va estar mejor, y que en la 12 se va a encontrar esto… Es una lucha página a página para que el lector siga atrapado en la historia y sea capaz de llegar hasta la página 510, que es mi caso. Y si no lo consigues, pues te abandonan. Este es el gran reto hoy día de la literatura.